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Los primeros cerdos se domesticaron hace 8.000 años, según un análisis de dientes fósiles con restos de arroz cocido y otros alimentos humanos

Los primeros cerdos se domesticaron hace 8.000 años, según un análisis de dientes fósiles con restos de arroz cocido y otros alimentos humanos

A quienes han convivido con cerdos les sorprenderá poco saber que estos animales destacan por su inteligencia. Pueden aprender tareas, reconocer a otros individuos y hasta resolver problemas sencillos. Sin embargo, su historia con los humanos comenzó mucho antes de lo que solemos imaginar. Mucho antes de las granjas, los cercados y la vida rural como la conocemos, ya había jabalíes curioseando en los alrededores de asentamientos humanos. Lo que comían, cómo se comportaban y en qué momento dejaron de ser animales salvajes para convertirse en parte de nuestra vida doméstica es algo que apenas comenzamos a entender con claridad.

Una nueva investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ha proporcionado una pista concreta sobre ese proceso. El equipo liderado por Jiajing Wang, de la Universidad de Dartmouth, ha hallado rastros de arroz cocido, tubérculos y residuos humanos en el sarro dental de dientes de cerdo fosilizados. Estos restos, provenientes de dos yacimientos en el sur de China, han permitido reconstruir parte de una historia fascinante: la domesticación progresiva de los cerdos a partir de jabalíes salvajes hace unos 8.000 años.

El estudio también aporta claves sobre el llamado síndrome de la domesticación, un fenómeno evolutivo en el que los animales que conviven con humanos tienden a volverse más dóciles, pequeños y sociables con el paso de las generaciones.

Alimentación compartida: la clave del acercamiento

Uno de los descubrimientos más relevantes de esta investigación es la identificación de restos de alimentos cocinados como arroz y ñames en los dientes de estos antiguos cerdos. El análisis microfósil del cálculo dental —una placa mineralizada que se forma sobre los dientes y puede preservar restos durante milenios— permitió identificar 240 gránulos de almidón en 32 muestras distintas.

Esta información sugiere que los animales accedían con regularidad a comida humana, algo que no ocurriría si vivieran en un estado completamente salvaje. Como señala Wang en el artículo, “estos son vegetales que estaban presentes en el entorno en aquel momento y que se encontraban en asentamientos humanos”. La presencia de alimentos cocinados apunta a una relación estrecha: los cerdos no solo merodeaban cerca de los humanos, sino que probablemente se alimentaban directamente de sus sobras.

Además del arroz y los ñames, también se encontraron trazas de un tubérculo no identificado, bellotas y hierbas silvestres. Esta dieta combinada, rica y diversa, no refleja un patrón salvaje típico, sino una alimentación facilitada por la proximidad a comunidades humanas, posiblemente como resultado de la convivencia en los márgenes de estos primeros asentamientos.

Fuente: ChatGPT / E. F.

Restos fecales y parásitos: una relación más estrecha de lo esperado

Uno de los aspectos más llamativos del estudio es la detección de huevos de parásitos humanos (Trichuris) en el cálculo dental de 16 de las muestras analizadas. Estos huevos, de forma ovoide y tonalidad marrón amarillenta, corresponden al parásito conocido como whipworm, que afecta a los intestinos humanos. Su presencia en los dientes de los cerdos sugiere que estos animales consumieron alimentos o agua contaminada con excrementos humanos.

Este hallazgo refuerza la idea de que los cerdos compartían el entorno más inmediato con los humanos, probablemente viviendo en los mismos espacios o muy cerca de ellos. Como afirma el artículo, “los cerdos son conocidos por su hábito de alimentarse de residuos humanos, lo que constituye una evidencia adicional de que estos ejemplares probablemente vivían con personas o mantenían una relación muy cercana”.

Más allá de lo escatológico del dato, esto ofrece una pista sobre los inicios de la domesticación: no fue necesariamente un proceso planeado, sino una consecuencia del contacto cotidiano entre humanos sedentarios y animales oportunistas.

Fuente: ChatGPT / E. F.

El contexto arqueológico: Jingtoushan y Kuahuqiao

Los restos analizados provienen de dos yacimientos del sur de China: Jingtoushan y Kuahuqiao, ubicados en la región del bajo Yangtsé. Ambos se caracterizan por ser sitios húmedos y encharcados, lo que ha favorecido la conservación excepcional de restos orgánicos como el cálculo dental.

Estos lugares fueron habitados por comunidades que ya practicaban una agricultura incipiente y mostraban un alto grado de sedentarismo. En particular, Kuahuqiao se ha asociado con una agricultura intensiva de arroz, tal como indican los residuos de almidón hallados en herramientas de molienda y cerámica. Esto coincide con el perfil alimentario detectado en los cerdos, lo que apunta a una relación ecológica entre la producción de alimentos humanos y la adaptación de los animales al nuevo entorno creado por las aldeas neolíticas.

El hallazgo de restos tan específicos, como el arroz cocido, en dientes fósiles de animales, representa una de las pruebas más directas del contacto estrecho entre humanos y jabalíes en este periodo. Estos datos permiten a los arqueólogos vincular cambios conductuales y dietéticos en los animales con la aparición de los primeros núcleos de vida sedentaria.

Fuente: PNAS

Cambios físicos y de comportamiento: del bosque al corral

El proceso de domesticación no se limita a lo que comen los animales. También deja huellas en sus cuerpos y comportamientos. El estudio detalla cómo los jabalíes que se acercaban a los humanos fueron perdiendo su tamaño y agresividad con el paso de las generaciones. “Convivir con los humanos les daba acceso fácil a la comida, así que ya no necesitaban mantener sus físicos robustos. Con el tiempo, sus cuerpos se hicieron más pequeños, y sus cerebros también se redujeron aproximadamente un tercio”.

Este fenómeno no fue inmediato. Como advierten los investigadores, los cambios morfológicos suelen darse más tarde que los comportamentales. Es decir, antes de que los cerdos se vieran diferentes, ya se comportaban de forma distinta: eran menos agresivos, más tolerantes y más proclives a permanecer cerca de los humanos. El artículo pone énfasis en que este tipo de domesticación inicial sigue un patrón conocido como vía comensal, en la que el animal se acerca al ser humano de forma voluntaria porque obtiene beneficios, sin que el humano lo busque activamente para domesticarlo.

Este patrón se diferencia del llamado camino de la presa, en el que los humanos seleccionan activamente animales para su aprovechamiento (como ocurrió con cabras o vacas). En el caso del cerdo, la domesticación comenzó de forma pasiva, a través de la basura, los restos de comida y la tolerancia mutua.

De animales oportunistas a especie doméstica

El análisis dental también permitió comparar las formas y tamaños de los dientes de los cerdos fósiles con los de cerdos modernos. Algunos ejemplares ya presentaban dientes más pequeños, semejantes a los de las razas actuales. Este dato respalda la hipótesis de que ya existía una transición morfológica hacia una forma doméstica, aunque parcial.

El estudio demuestra que este cambio fue gradual y dependió del contexto humano: a medida que las aldeas crecían y se generaba más basura orgánica, aumentaban las oportunidades para que los jabalíes se convirtieran en cerdos. El entorno humano, con sus rutinas y residuos, actuó como una fuerza selectiva que favoreció a los animales más sociables, menos temerosos y con capacidad para convivir con las personas.

Como concluye Wang, “nuestro estudio muestra que algunos jabalíes dieron el primer paso hacia la domesticación al alimentarse de residuos humanos”. Lejos de una historia de control y selección, lo que emerge aquí es una narrativa de adaptación y convivencia, en la que el cerdo encontró en los humanos un compañero de viaje evolutivo.

Referencias

  • Jiajing Wang et al. Early evidence for pig domestication (8,000 cal. BP) in the Lower Yangtze, South China. Proceedings of the National Academy of Sciences (2025). DOI: 10.1073/pnas.2507123122.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2025-06-11 04:27:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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