Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Murcia (UM) ha puesto en tela de juicio la teoría predominante sobre la transición entre la Edad del Cobre y la Edad del Bronce en la península ibérica.
Esta investigación desafía la creencia de que grupos guerreros procedentes de las estepas del este de Europa habrían invadido violentamente la península, reemplazando a la población masculina local. En su lugar, los hallazgos sugieren un proceso de integración y mezcla entre los pueblos locales y los grupos recién llegados, todo ello en un contexto de debilitamiento demográfico que afectaba a las poblaciones ibéricas.
¿Realmente hubo una invasión violenta en la prehistoria ibérica? Fuente: Wikimedia Commons / ASOME-UAB
Desde hace décadas, la teoría de una invasión violenta ha sido aceptada como una explicación plausible para el colapso de las sociedades del Cobre y el surgimiento de nuevas dinámicas sociales y culturales en la Edad del Bronce.
Esta hipótesis ha sido respaldada, en parte, por el descubrimiento de restos arqueológicos que indican destrucción en ciertos asentamientos y por estudios genéticos que han mostrado la presencia de un importante componente «estepario» en la población ibérica de la Edad del Bronce.
Según esta interpretación, grupos de pastores nómadas con ascendencia procedente de las estepas póntico-caspianas habrían llegado a la península, imponiéndose por la fuerza y desplazando a la población masculina local.
Sin embargo, la nueva investigación liderada por Rafael Micó y su equipo sugiere que el escenario pudo haber sido muy diferente.
Utilizando un enfoque multidisciplinar que combina análisis genéticos con nuevas dataciones por radiocarbono, el estudio propone que, más que una invasión violenta, lo que ocurrió fue un proceso de integración entre los grupos esteparios y las comunidades locales, que ya se encontraban debilitadas demográficamente.
El declive de las sociedades del Cobre: un contexto clave
Uno de los puntos clave del estudio es la identificación de un declive demográfico significativo entre las sociedades de la Edad del Cobre en la península ibérica antes de la llegada de los grupos esteparios.
Las evidencias arqueológicas apuntan a que, hacia el 2500 a.C., las comunidades locales ya mostraban señales de debilitamiento, como la disminución de la densidad poblacional y el abandono de grandes asentamientos. Este declive parece haberse acentuado hacia el 2200 a.C., justo cuando se inicia la transición a la Edad del Bronce.
Este contexto de crisis demográfica es esencial para entender los cambios que ocurrieron en la península. Según los investigadores, en lugar de enfrentarse a una población numerosa y organizada, los grupos con ascendencia esteparia habrían llegado a una región donde las comunidades locales estaban fragmentadas y debilitadas. Esto habría facilitado una integración más pacífica, en la que los recién llegados se mezclaron con los habitantes locales en lugar de imponer su dominación por la fuerza.
El estudio también pone en duda la idea de un reemplazo masivo de la población masculina local. A pesar de que los análisis genéticos han mostrado un aumento significativo de la presencia del haplogrupo R1b, asociado con los grupos esteparios, los autores señalan que no hay evidencia suficiente para concluir que los hombres locales fueron sistemáticamente eliminados. En lugar de ello, sugieren que la integración de los grupos esteparios fue un proceso gradual.
Yacimiento arqueológico de Motilla del Azuer en Daimiel. Fuente: Ángel M. Felicísimo /Wikimedia Commons
El papel de los enterramientos y las prácticas funerarias
Una de las principales evidencias utilizadas en el estudio es el análisis de los cambios en las prácticas funerarias.
Durante la Edad del Cobre, las comunidades de la península ibérica solían enterrar a sus muertos en grandes tumbas colectivas, como los tholoi y las cuevas naturales. Estos enterramientos comunales reflejaban una sociedad en la que las conexiones familiares y sociales eran fundamentales.
Sin embargo, con la llegada de la Edad del Bronce, se observa un cambio hacia enterramientos individuales o dobles en fosas más pequeñas. Este cambio ha sido interpretado tradicionalmente como una señal de la introducción de nuevas costumbres por parte de los invasores esteparios.
No obstante, el estudio sugiere que este cambio en las prácticas funerarias no fue el resultado directo de una imposición violenta, sino más bien de una adaptación a nuevas circunstancias sociales y demográficas.
Las comunidades locales, ya debilitadas por el declive demográfico, adoptaron nuevas formas de organización social que, en parte, fueron influenciadas por los recién llegados. La mezcla cultural y genética que ocurrió en este período podría explicar la adopción de costumbres funerarias diferentes, sin necesidad de recurrir a la idea de una conquista violenta.
Trabajos arqueológicos en la Motilla del Azuer. Fuente: Gobierno de Castilla-La Mancha / Wikimedia Commons
La importancia de las nuevas dataciones por radiocarbono
Uno de los aspectos más innovadores del estudio es el uso de nuevas dataciones por radiocarbono para reevaluar la cronología de los cambios sociales y culturales en la península ibérica. A través del análisis de restos humanos procedentes de tumbas tanto colectivas como individuales, los investigadores han podido establecer una secuencia más precisa de los eventos que ocurrieron entre el 2500 y el 2000 a.C.
Los resultados de estos análisis sugieren que el cambio de las tumbas colectivas a los enterramientos individuales ocurrió de manera relativamente rápida, pero no de forma abrupta. Esto refuerza la idea de que los grupos locales no fueron sustituidos violentamente, sino que, en un contexto de crisis demográfica, se produjo una integración gradual de las nuevas costumbres.
Un nuevo paradigma para la prehistoria ibérica
El estudio de la UAB y la UM desafía una de las teorías más arraigadas en la prehistoria de la península ibérica y abre la puerta a una nueva interpretación de los eventos que ocurrieron hace más de 4000 años.
En lugar de una invasión violenta por parte de guerreros esteparios, los investigadores proponen un escenario de interacción y mezcla entre grupos locales y recién llegados. Este proceso de integración habría sido facilitado por el debilitamiento de las sociedades locales, que ya estaban en declive antes de la llegada de los grupos con ascendencia esteparia.
Este nuevo enfoque no solo cambia nuestra comprensión de la prehistoria ibérica, sino que también invita a replantear cómo interpretamos las dinámicas sociales y culturales en otros contextos arqueológicos. A medida que se obtienen más datos y se refinan las técnicas de análisis, es probable que esta visión más matizada de la prehistoria continúe ganando terreno entre los especialistas.
Referencias:
- Rafael Micó, Eva Celdrán Beltrán, Joaquín Lomba Maurandi, Camila Oliart Caravatti, Cristina Rihuete Herrada, Miguel Valério, Tracing social disruptions over time using radiocarbon datasets: Copper and Early Bronze Ages in Southeast Iberia, Journal of Archaeological Science: Reports, 2024, 104692, ISSN 2352-409X, doi:10.1016/j.jasrep.2024.104692.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2024-09-10 12:30:00
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