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¿Quiénes fueron los Hiwis?

¿Quiénes fueron los Hiwis?

Desde el arranque de la Operación Barbarroja a inicios del verano de 1941, el avance alemán fue imparable, ocupando importantes extensiones de territorio de la Unión Soviética. En apenas 10 semanas los alemanes se encontraban a las puertas de Leningrado y en tres más en los arrabales de Moscú. Para el 21 de agosto de 1942 ya estaban en Stalingrado, la ciudad bautizada en honor del dictador soviético. En su avance, y en especial en sus comienzos, ingentes cantidades de soldados del Ejército Rojo se rindieron ante la, aparentemente, imparable apisonadora de la Wehrmacht. 

Soldados soviéticos en un campo de tránsito en Stalingrado (1942). Foto: Getty.

Durante toda la Operación Barbarroja los alemanes capturaron cerca de cinco millones de soldados soviéticos. Para esas tropas el destino final era los campos de concentración, en los que tendrían que sobrevivir en durísimas condiciones. Según la ideología nazi la población eslava no estaba formada más que por Untermenschen, seres inferiores destinados a ser meros esclavos de sus amos de raza aria. El final de los comisarios políticos sería la ejecución. Según la orden nº 44822 del Alto Mando del Ejército alemán (OKW) emitida antes de lanzarse la Operación Barbarroja, estos debían ser ajusticiados sumariamente.

Guerra del hambre

Debido a las malas condiciones de cautiverio, dos millones de prisioneros de guerra soviéticos murieron de hambre solo durante la Operación Barbarroja. Al final del conflicto, casi el 60% de todos los prisioneros de guerra soviéticos habían muerto en cautiverio. Vista la durísima situación de los prisioneros, la supervivencia era esencial. Una opción era unirse a sus enemigos. En Stalingrado, los prisioneros soviéticos considerados poco fiables o demasiado leales al régimen soviético terminaron encarcelados en Dulag-205. Tras la capitulación del VI Ejército, los responsables del Dulag-205 fueron capturados. En los interrogatorios se reveló un régimen de hambre, palizas y muertes. La existencia de Dulag-205 fue uno de los descubrimientos más espantosos hechos por el Ejército Rojo en Stalingrado.

Soldados de la Wehrmacht marchan cerca de Stolpce (Bielorrusia) durante la Operación Barbarroja. Foto: AGE.

Según el historiador alemán Werner Röhr, los motivos por los que soldados y civiles soviéticos se hicieron voluntarios para servir en unidades alemanas deben tenerse en consideración debido a la política alemana de «Guerra de Aniquilación» (Vernichtungskrieg) que aplicaba una «guerra del hambre» contra las poblaciones del Este con el acaparamiento de los recursos para Alemania. Un número muy significativo de minorías étnicas de las repúblicas no rusas, como Ucrania, vieron el ejército alemán más como un libertador que como un ocupante. Ofrecerse como voluntario supuso a los prisioneros de guerra escapar en parte del durísimo sistema de campos de prisioneros de guerra alemán. Confiaron en las promesas de las octavillas que les hacían creer que si desertaban, volverían a sus casas con sus familias, pero muchos acabaron en los campos de prisioneros pasando penalidades o vistiendo el uniforme gris de la Wehrmacht.

Teniendo en cuenta el mal trato recibido por los prisioneros, es muy complicado saber si el voluntario lo era por un deseo genuino de luchar contra el régimen estalinista o por tener una mejor oportunidad de supervivencia. Frente a los campos de prisioneros nazis se encontraba el cruel sistema soviético y las purgas indiscriminadas, que desde antes de la guerra habían hecho estragos en el Ejército Rojo. El hecho de que los soldados estuvieran en una constante amenaza de ejecución debido a la orden nº 227, del 28 de julio de 1942, firmada por Stalin ante el imparable avance alemán y las graves pérdidas soviéticas, también explica el motivo por el cual un gran número de soldados soviéticos acabara luchando en el bando alemán. Debido a lo que los comisarios políticos llamaban «incidentes extraordinarios», la jurisdicción política o militar soviéticas ajusticiaron, a aproximadamente 13.500 de sus propios soldados en Stalingrado, lo que equivale a más de una división.

Según el historiador británico Antony Beevor en su libro Stalingrado, «las divisiones de la línea del frente del VI Ejército tenían 50.000 ciudadanos soviéticos con uniforme alemán. Durante las batallas finales, muchos informes alemanes dan testimonio del valor y lealtad de estos Hiwis, que lucharon contra sus propios compatriotas».

Soldados alemanes conducen a desdichados civiles rusos a un destino incierto. Foto: AGE.

Entre la espada y la pared

En un principio estos «voluntarios» eran conocidos entre los germanos como «nuestros rusos» o «nuestros Ivanes». El nombre oficial era Hilfswillige (Auxiliar Voluntario), que abreviado se quedó en «Hiwi». Al principio los Hiwis usaban uniformes rusos sin distintivos, que después fueron sustituidos por viejos uniformes alemanes con un brazalete distintivo y placas de identificación (Erkennungsmarken). Procedentes de todos los territorios ocupados del Este, realizaban todo tipo de tareas auxiliares como trabajos de cocina, cuidado y mantenimiento de los transportes hipomóviles, mensajeros, vigilancia de campos de prisioneros, carga y descarga, suministro de munición o faenas propias de los zapadores como cavar trincheras y construir fortificaciones. 

Según algunas fuentes, en la primavera de 1942 la cifra de Hiwis había alcanzado los 200.000 y para finales de ese mismo año se multiplicó por 5, llegando al millón de efectivos. Creían haber huido de la crueldad del Ejército Rojo, pero con los alemanes la disciplina era inflexible. Podían terminar ante el pelotón de fusilamiento casi por cualquier cosa. En una ocasión, uno de estos «voluntarios» fue preguntado sobre si sería capaz de matar a su propia gente, a lo que respondió: «¿Qué podemos hacer? Si regresamos donde los rusos, nos tratarían como traidores (lo que significaba la muerte). Y si nos negamos a combatir, nos fusilarán los alemanes».

Los Hiwi Wachmänner fueron entrenados para participar en el exterminio judío. En la imagen, levantamiento del gueto de Varsovia (1943). Foto: AGE.

Aunque inicialmente eran reclutados de los campos para realizar trabajo auxiliar, muchos Hiwis eran usados en tareas de combate debido a las importantes bajas en las filas alemanas. Por este motivo, el jefe del Estado Mayor del XI Cuerpo de Ejército, el coronel Groscurth, transmitió al general Beck su inquietud: «Es preocupante que nos veamos obligados a reforzar nuestras tropas de combate con prisioneros de guerra rusos, que ya se están convirtiendo en pistoleros. Es una situación extraña que las “bestias” a quienes hemos estado combatiendo estén ahora viviendo con nosotros en la armonía más estrecha». 

La cuarta parte de la fuerza del VI Ejército alemán eran Hiwis en diferentes puestos auxiliares o de combate. Según ciertos cálculos, la cifra podría llegar a los 70.000. De hecho, las 71ª y la 76ª divisiones tenían en sus filas más de 8.000 Hiwis cada una, prácticamente el mismo número que de alemanes. Aunque existía un claro desprecio entre los altos mandos alemanes hacia los Hiwis, en la mayoría de las unidades alemanas del frente parece que fueron relativamente bien tratados o al menos tolerados por los soldados.

A los soviéticos les preocupaba la existencia de desertores o prisioneros en el ejército alemán, llegando a creer que las purgas no habían sido suficientes para acabar con los traidores a la Madre Patria. El NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) en Stalingrado tenía verdadera obsesión con la posibilidad de que los alemanes usaran a los Hiwis para infiltrarse en las líneas soviéticas tras llegar varios informes indicando que se habían detectado infiltraciones y se habían visto patrullas alemanas con Hiwis en sus filas.

Miembros del Ejército Ruso de Liberación, formación militar rusa de voluntarios armados por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Foto: ASC.

En El Caldero

Según avanzaba el ejército alemán, este debía afianzar su retaguardia y para ello la Wehrmacht se aprovechó de los Hiwis encuadrándolos en milicias locales que realizaban funciones de policía y de lucha antipartisana. Estas milicias operaban con personal que no eran de nacionalidad rusa. Eran principalmente de Bielorrusia, Ucrania, Estonia, Letonia o Lituania. De las repúblicas bálticas había aproximadamente 56.000 voluntarios locales que trabajaban junto a 4.000 policías alemanes. En Ucrania las cifras ascendían a más de 70.000 efectivos en las milicias locales y 14.000 policías germanos, según datos alemanes de 1942. Entre estas milicias se encontraban las llamadas unidades cosacas, formadas principalmente por ucranianos y rusos. Debido a que Hitler se negaba a que cualquier eslavo, considerado infrahumano, llevase el uniforme alemán y a la necesidad de efectivos para la retaguardia, estos fueron «reconvertidos» en cosacos, que sí eran considerados racialmente tolerables.

En Stalingrado el destino de los Hiwis estaba irremediablemente ligado al de los alemanes. En Der Kessel (El Caldero) los soldados alemanes y sus Hiwis se encontraban sin agua ni raciones suficientes. En medio de un indescriptible olor a descomposición de los cadáveres sin enterrar, eran atacados por las epidemias y hordas de piojos. 250.000 soldados quedaron atrapados. Hitler dio la orden directa de no retroceder ni rendirse. Aguantar hasta el último hombre y la última bala.

En el Kessel, el número de voluntarios soviéticos era de varias decenas de miles. Algunas cifras lo estiman en 51.700 en el mes de noviembre de 1942, aunque según datos alemanes tomados del conteo de las raciones del VI Ejército a primeros de diciembre, la cifra sería de poco más de 20.000. Tal diferencia de cifras (en apenas un mes) puede deberse a que muchos fueron incorporados de forma irregular a las unidades alemanas, al alto número de bajas o a deserciones. Aunque, sobre el papel, los Hiwis recibían las mismas raciones que los soldados alemanes, muchos murieron de inanición.

Prisioneros del Kessel en el pueblo de Kalach (1943). Foto: Getty.

Durante los combates finales, numerosos testimonios e informes alemanes dejan muy claro el valor y lealtad de los Hiwis, que lucharon contra sus propios compatriotas. Un oficial alemán del distrito fabril de Stalingrado informó que: «Los tártaros eran especialmente valientes. Como artilleros antitanques que utilizaban un arma rusa capturada, se sentían orgullosos de todo tanque ruso que alcanzaban. Estos hombres eran fantásticos».

«Ya no eran rusos»

Pero para entonces estos rusos «con uniformes alemanes» conocían el final que les esperaba. No tenían plaza en los últimos vuelos que salían del Kessel y el NKVD y el SMERSH («Muerte a los Espías» fue el nombre del departamento de contraespionaje de la Unión Soviética) esperaban el momento de encargarse de los que consideraban traidores «ex rusos».

Se sabe muy poco sobre el destino de los Hiwis capturados al final de la batalla. No hay archivos abiertos que aporten datos. Cuando cayó Stalingrado, cualquier soldado con el uniforme alemán incompleto era sospechoso de ser «ex ruso» y se arriesgaba a que lo mataran en el acto. La mayoría cayeron a manos del NKVD y el SMERSH (incluso los que se rindieron a británicos y estadounidenses) y aunque muchos fueron intérpretes o informantes, nada se sabe de ellos. Es plausible que estos fueran asesinados pues hay relatos que cuentan que Hiwis capturados fueron asesinados a golpes, para ahorrar en municiones.

Centro de la ciudad de Stalingrado después de la liberación de la ocupación alemana. Foto: ASC.

Los que se libraron de la muerte fueron a parar a los gulags, para terminar muriendo poco después debido al trabajo extenuante. Se desconoce cuántos lograron sobrevivir pero los que lo consiguieron fueron despojados de su identidad nacional y privados de sus derechos civiles, incluido el derecho al voto, hasta 1995.

En Rusia la Gran Guerra Patria es un elemento de orgullo nacional y la historia de los Hiwis es un tema tabú. Muy pocos creen que durante la guerra hubiera compatriotas con el uniforme alemán. Aun así, consideran lo mismo que en el 42/43, que estos «Ya no eran Rusos».

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2024-05-20 06:11:09
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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