Ramsés II, Tutankamón o Cleopatra: conocemos bien a estos faraones sobre los que se siguen escribiendo repetidos estudios históricos. Sin embargo, más allá de estos gobernantes célebres, existieron otros faraones cuyas contribuciones políticas, militares y religiosas han tenido una menor difusión. Nos adentraremos en la vida y el legado de cinco de estos faraones menos conocidos, cuyos reinados fueron cruciales en el desarrollo del antiguo Egipto.
Pirámide de Djedkare Isesi. Fuente: Didia/Wikimedia
Djedkare Izezi (Dinastía V)
Djedkare Izezi fue el octavo faraón de la Dinastía V y reinó del 2414 al 2375 a.e.c., aproximadamente. Su dilatado reinado se considera un momento de transición entre el gobierno centralizado de las dinastías anteriores y la fragmentación que posteriormente llevaría al Primer Período Intermedio.
Djedkare reestructuró la administración del estado. Durante su mandato, los nomarcas (gobernadores regionales) comenzaron a adquirir mayor poder. Esta descentralización administrativa resultaría en la disminución de la autoridad faraónica directa en las regiones más distantes de sus dominios.
En el ámbito religioso, Djedkare también redujo la influencia de los sacerdotes de Heliópolis, que habían acumulado un poder considerable en las dinastías precedentes. Dio mayor preponderancia a otras divinidades como Osiris.
Su pirámide en Saqqara, conocida como «La pirámide del espíritu de Djedkare», fue una de las últimas grandes construcciones funerarias de la V Dinastía. Los restos conservados evidencian que debió tratarse de una estructura imponente, pero su estado ruinoso ha impedido estudios más exhaustivos.
Las colosales pirámides egipcias estaban destinadas a albergar los restos mortales de los faraones. Fuente: Pixabay
Mentuhotep II (Dinastía XI)
Mentuhotep II, también conocido como Nebhepetra, es célebre por ser el faraón que reunificó Egipto tras el caótico Primer Período Intermedio. Ascendió al trono en el 2061 a.e.c. y gobernó durante más de medio siglo. Bajo su reinado, Egipto dejó atrás la fragmentación política y territorial para dar paso al Imperio Medio.
Las campañas de Mentuhotep II fueron cruciales para la unificación de Egipto. Lideró una serie de expediciones contra los reinos rivales de Heracleópolis y otras regiones del norte. Estas campañas reestablecieron la hegemonía de Tebas sobre todo Egipto. Una vez consolidado su poder, Mentuhotep II también emprendió expediciones a Nubia para asegurarse la provisión de oro y otras materias primas.
En términos religiosos, Mentuhotep II fue un ferviente devoto de los dioses de Tebas, en particular Amón. Durante su reinado se construyó el famoso complejo funerario en Deir el-Bahari, cerca de Tebas. Esta estructura monumental es precursora de los templos mortuorios que alcanzarían su apogeo en el Imperio Nuevo.
Mentuhotep II. Fuente: José R. Lázaro/Wikimedia
Neferusobek (Dinastía XII)
Neferusobek o Sobekneferu fue la última gobernante de la Dinastía XII, alrededor del 1806-1802 a.e.c., y la primera mujer en la historia egipcia en ostentar el título de faraón con plena legitimidad. Su ascenso al trono marcó un hito en la historia egipcia, ya que las mujeres, aun aquellas que disfrutaban de un estatus social elevado, rara vez ocupaban el trono de forma oficial.
Neferusobek promovió el culto del dios cocodrilo Sobek, lo que indica su preferencia por las tradiciones religiosas del sur de Egipto. Su apoyo a Sobek, dios de la fertilidad y las aguas del Nilo, refleja la importancia del control de las aguas fluviales y de la agricultura para garantizar la estabilidad económica del reino.
Neferusobek también contribuyó al legado arquitectónico de Egipto. Se sabe que ordenó la construcción de varias estructuras, incluida una ampliación del complejo de Amenemhat III en Hawara. Por desgracis, gran parte de su obra no se ha conservado o permanece aún sin identificar, lo que ha contribuido a que su reinado no haya sido tan estudiado como el de otros faraones de la Dinastía XII.
Recreación de una esfinge egipcia. Fuente: Microsoft Designer/Erica Couto
Ramsés XI (Dinastía XX)
Ramsés XI reinó entre el 1107-1077 a.e.c y fue el último faraón de la Dinastía XX. Su reinado marcó el final del Imperio Nuevo. Aunque su gobierno duró casi tres décadas, estuvo plagado de crisis internas, conflictos con los sumos sacerdotes de Amón y la exposición creciente a las invasiones extranjeras.
Ramsés XI tuvo que lidiar con la creciente influencia del clero de Amón en Tebas. El oficial militar y sumo sacerdote Herihor llegó a controlar de facto la región sur del reino hasta el punto de conseguir establecer una suerte de gobierno paralelo. Esta situación socavó gravemente la autoridad de Ramsés XI, que se vio cada vez más aislado en el norte del país.
A pesar de los problemas internos, Ramsés XI organizó varias expediciones militares para mantener el control sobre las minas de oro, sobre todo en Nubia, vitales para la economía egipcia. Sin embargo, su capacidad para ejercer y estabilizar su poder fuera de las fronteras de Egipto se fue reduciendo hasta desembocar en la fragmentación del reino.
Cartuchos del faraón Sheshonq I. Fuente: Osama Shukir Muhammed Amin FRCP/Wikimedia
Sheshonq I (Dinastía XXII)
Sheshonq I fue el fundador de la Dinastía XXII, también conocida como la dinastía libia. Aunque extranjero procedente de la tribu libia de los Meshwesh, Sheshonq logró ascender al trono en el 943 a.e.c. gracias a sus vínculos con la familia real egipcia y su habilidad para consolidar alianzas con las élites militares y sacerdotales.
Uno de los aspectos más destacados del reinado de Sheshonq I fueron sus exitosas campañas militares en el Levante. Su campaña más famosa fue contra el Reino de Israel y Judá, mencionada tanto en los textos egipcios como en la Biblia, donde es conocido como el rey Shishak. En estas campañas, Sheshonq I saqueó varias ciudades, incluida Jerusalén, lo que le permitió consolidar su control sobre las rutas comerciales del Mediterráneo oriental.
Sheshonq I también implementó reformas administrativas significativas. Centralizó el poder y reorganizó las provincias egipcias para asegurar un control más eficaz del reino. A nivel religioso, su ascenso marcó un cambio en la influencia de los clérigos de Amón, quienes habían dominado la política teocrática del sur durante el Imperio Nuevo. Ordenó, además, la ampliación del templo de Karnak. Inscripciones detalladas de sus campañas militares adornan las paredes del templo, lo que subraya su deseo de ser recordado como un gran faraón guerrero.
Referencias
- Bierbrier, Morris L. 2023. Historical Dictionary of Ancient Egypt. Londres: Rowman & Littlefield.
- Weigall, Arthur. 2015. A History of the Pharaohs, Vol. 1-2. Cambridge: Cambridge University Press.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2024-10-13 06:30:00
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