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La respiración consciente genera beneficios para la salud avalados por la ciencia. Si alguna vez te han dicho que debes “respirar hondo” en un momento de estrés, debes saber que este consejo no es solo un tópico, sino que está respaldado por investigaciones científicas.
Las investigaciones demuestran que la respiración consciente aporta una serie de beneficios inmediatos y a largo plazo, entre los que se incluyen la mejora de la salud cardíaca, la reducción de la ansiedad, la mejora del estado de ánimo, de la función cognitiva y una mejor calidad del sueño.
Estas investigaciones también sugieren que la forma de respirar, día tras día, puede influir en todo, desde la salud cardíaca y el estado de ánimo hasta la memoria y el sueño.
Entonces, ¿qué tipo de respiración funciona mejor? Eso depende de lo que necesites: un rápido reinicio mental, apoyo durante el esfuerzo físico o unos minutos de relajación más profunda.
Una de las formas más rápidas de calmar el cuerpo es el suspiro fisiológico. Se realiza como una doble inhalación nasal (la primera inhalación más larga, seguida inmediatamente por una segunda más corta sobre la primera), antes de exhalar por la boca.
La técnica de respiración con los labios fruncidos es otro ejercicio al que se puede recurrir para calmarse rápidamente o para superar el esfuerzo físico, como levantar pesas. Se realiza inhalando por la nariz y exhalando lentamente por los labios fruncidos, como si se soplara a través de un pitillo.
Si tienes más tiempo, hay varios estilos de meditación que pueden ayudarte a relajar el cuerpo. Entre ellos se incluyen la respiración en caja (a veces llamada respiración del cuadrilátero), la respiración coherente, la respiración tranquila y la respiración diafragmática (abdominal).
La respiración en caja controla las inhalaciones, las exhalaciones y las retenciones de aire durante períodos específicos. Inhala lentamente por la nariz contando hasta cuatro, retén el aire durante cuatro segundos, exhala por la boca contando hasta cuatro y vuelve a contar hasta cuatro antes de repetir.
Hay que tener en cuenta que la cantidad de tiempo no importa, siempre y cuando las proporciones sean iguales. Se puedes empezar con una repetición de 3-3-3-3, pero alarga cada segundo hasta alcanzar una respiración yóguica de una respiración por minuto.
La respiración coherente es similar a la respiración en caja, pero sin retener el aire. Inhala por la nariz durante seis segundos y luego exhala por la nariz durante seis segundos.
La respiración tranquila es otra opción y se realiza inhalando suavemente y en silencio por la nariz, seguido de una exhalación aún más suave y silenciosa por la nariz. El objetivo es respirar tan ligeramente que parezca que apenas se respira; incluso se debe sentir una ligera falta de aire, lo que indica que el ejercicio está funcionando.
La respiración diafragmática se puede realizar en sesiones de cinco a diez minutos, dos o tres veces al día. Se hace inhalando profunda y lentamente por la nariz, permitiendo que el abdomen se expanda mientras se llenan los pulmones de aire. A continuación, se exhala por la boca mientras se contrae el abdomen. Los principiantes deben probarlo tumbados boca arriba con las rodillas dobladas y las manos sobre el vientre para sentir mejor cómo cada respiración expande el estómago.
Con información de Infobae
Fuente de TenemosNoticias.com: lapatilla.com
Publicado el: 2025-06-06 08:49:00
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