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Hasta 1913, los sostenes eran meros apéndices de los insufribles corsés de ballenas y cordaje, casi tan incómodos como las armaduras de los caballeros medievales. Pero ese año, la joven aristócrata neoyorquina Mary Phelps Jacobs cambió la historia. Se había comprado un carísimo vestido de noche para una fiesta y estaba encantada con él, pero dejaba traslucir el contorno del corsé y pensó que eso era imperdonable. Entonces se le ocurrió la solución. Con ayuda de su doncella confeccionó un improvisado sujetador con un par de pañuelos blancos, una cinta y un cordón. Sus amigas se dieron cuenta enseguida de que Phelps llevaba una ropa interior original, ligera y práctica, y ella les hizo a cada una un sostén de regalo. Después de que una desconocida le enviara un dólar junto con el pedido de un modelo, se decidió a presentar su creación a la oficina de patentes.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es
Publicado el: 2024-01-06 11:30:00
En la sección: Muy Interesante