En la cresta montañosa de Anavlochos, en el noreste de Creta, un conjunto singular de figurillas femeninas de terracota vuelve a avivar los debates arqueológicos recientes. Aunque su hallazgo inicial se remonta a 1929, es ahora, gracias a nuevas excavaciones y estudios interdisciplinarios, cuando se empiezan a esclarecer los misterios que rodean a estas representaciones, conocidas popularmente como las damas de Anavlochos. Un reciente proyecto de arqueología experimental ha comenzado a reconstruir las técnicas de producción y el posible uso ritual de estas figuras, lo que ofreciendo una visión inédita del mundo simbólico y espiritual de las comunidades cretenses del segundo milenio a.C.
Un yacimiento en altura con historia compleja
El sitio de Anavlochos ocupa una cresta de cinco kilómetros que se eleva sobre el actual pueblo de Vrachasi, en la región cretense de Mirabello. Su ocupación principal se desarrolló entre el periodo minoico tardío IIIC (ca. 1200 a.C.) y los inicios del siglo VII a.C., aunque algunos sectores se siguieron visitando hasta la época clásica.
El arqueólogo francés Pierre Demargne en 1929, bajo los auspicios de la Escuela Francesa de Atenas, fue el responsable de las primeras excavaciones en el área. En el sector conocido como Kako Plaï, Demargne descubrió un depósito votivo con figurillas y placas de terracota que cubren un amplio espectro cronológico, desde el periodo protogeométrico (ca. 1050-900 a. C.) hasta la época clásica (siglo IV a. C.). Este hallazgo pionero sentó las bases para el reconocimiento de Anavlochos como un centro religioso y ceremonial de relevancia regional.

Las figurillas femeninas del santuario de Kako Plaï
Durante la última década, las nuevas campañas arqueológicas han permitido ampliar y sistematizar los datos sobre el lugar gracias a la identificación de santuarios, viviendas y cementerios. En la terraza inmediatamente superior al depósito original excavado por Demargne, los trabajos de 2017 sacaron a la luz un pequeño edificio con banco interior, donde se halló una copa skyphos y la cabeza de una figura femenina de terracota, que debió acerse del banco donde estuvo expuesta.
Esta cabeza remite iconográficamente a las figuras de brazos alzados típicas de los santuarios del Minoico Tardío IIIC. Con todo, la pieza carece de atributos como la tiara que las suele caracterizas. Los estudiosos han sugerido, por tanto, que se trata de una pieza de transición entre el final de la Edad del Bronce y el periodo protogeométrico.
A diferencia de otros santuarios urbanos, donde estas figuras aparecen en grupo y asociadas a objetos rituales, en Anavlochos esta figura apareció sola, en un edificio periférico de carácter claramente extraurbano. Esta posición plantea preguntas sobre la especificidad del culto que allí se practicaba.

Los depósitos votivos de la cumbre
Durante la campaña de 2016, se descubrieron dos nuevos depósitos en la cima del Anavlochos. Según los arqueólogos, esto reforzaría la idea de una continuidad cultual en esta zona elevada, aunque con prácticas diferenciadas.
El primero de estos depósitos contenía más de 550 fragmentos de figurillas femeninas, placas y figuras de estilo dedálico, datadas entre el periodo protogeométrico y el clásico. Todas las representaciones, según han afirmado los estudiosos, se corresponden con figuras femeninas. En el grupo de piezas se incluye imágenes de mujeres con el tocado polos, figuras kourotrophoi (mujeres con niños) y esfinges, con un repertorio iconográfico que conecta con otros santuarios de Creta oriental. Esta distribución sugiere que Anavlochos formó parte de una red regional de cultos, en la que las figurillas femeninas desempeñaron un papel central.
Situado a unos 150 metros hacia el este, el segundo depósito ofrecía un contenido de naturaleza distinta. Se identificaron figuras zoomorfas —bóvidos, équidos y aves— realizadas, en su mayoría, con el torno y asociadas a cerámica del Minoico Tardío IIIC. En este contexto, destaca un toro de gran tamaño y factura fina, que remite a producciones similares procedentes de Festo. El conjunto sugiere la existencia de un santuario rural a cielo abierto, dedicado, quizás, a un tipo distinto de culto animal o agrícola.

Arqueología experimental: nuevas luces sobre viejos enigmas
Un equipo internacional dirigido por la Universidad de Cincinnati ha dado un paso decisivo en la investigación de las damas de Anavlochos. Gracias a los métodos de arqueología experimental, los investigadores han logrado reproducir las técnicas utilizadas por los antiguos artesanos para modelar estas figuras.
La profesora Katherine Petrole, especialista en análisis coroplástico, explicó que las figuras femeninas no se produjeron en serie, como se había pensado en un principio, sino esculpidas y ensambladas a partir de componentes modelados a mano. Según señaló Petrole, los torsos, brazos y cabezas se trabajaron por separado. Posteriormente, se ensamblaron con una precisión que requería una gran pericia técnica.
Los análisis también han revelado que muchas de las figurillas tuvieron una función votiva clara. Se crearon para ser depositadas en contextos rituales, tal vez como ofrendas a una deidad femenina. En algunos casos, se ha sugerido una posible vinculación con Deméter y las Thesmophoria, las fiestas dedicadas a la fertilidad y la regeneración agrícola.

Un retrato cambiante de lo femenino
Las figurillas de Anavlochos no solo arrojan luz sobre las técnicas cerámicas utilizadas durante la Edad del Bronce y el Hierro, sino también sobre las concepciones de lo femenino en la Creta postminoica. Algunas representan mujeres con polos, un tocado cilíndrico asociado al ámbito sagrado; otras, como las kourotrophoi, sostienen niños, lo que sugiere una asociación con la maternidad y los cuidados. Este abanico de representaciones apunta a una compleja iconografía de lo femenino, en la que confluyen aspectos religiosos, sociales y simbólicos.
Según han señalado los investigadores responsables, estas figuras femeninas actuarían como espejos de un sistema de creencias que otorgaba a lo femenino un rol ritual de primer orden. Las damas de Anavlochos se crearon con un propósito ceremonial y se dispusieron en santuarios que continuaron activos incluso tras el abandono del asentamiento.

Cuando la arqueología experimental nos devuelve la historia
El estudio de las damas de Anavlochos representa un ejemplo paradigmático de cómo la arqueología moderna puede reconstruir aspectos profundos de las culturas antiguas. Al integrar los análisis técnicos con los estudios de contexto y la arqueología experimental, esta aproximación metodológica nos permite comprender mejor cómo las sociedades cretenses del final de la Edad del Bronce representaban, veneraban y ritualizaban lo femenino.
Desde su hallazgo en 1929 hasta los más recientes análisis, estas figurillas han pasado de ser simples curiosidades arqueológicas a convertirse en testigos fundamentales de un sistema religioso olvidado. Aunque muchas preguntas siguen abiertas —¿quiénes eran estas figuras? ¿a qué diosa estaban dedicadas? ¿qué papel tenían en la comunidad?—, las damas de Anavlochos ya han empezado a contar su historia.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2025-06-03 15:00:00
En la sección: Muy Interesante