8 jugos de fruta que solo puedes saborear en la Amazonía

En las laderas orientales de los Andes, donde los ríos caen en espectaculares cascadas hacia la cuenca amazónica, los viajeros encontrarán el aguaje, fruto de la palma moriche.

En la pequeña ciudad peruana de Tingo María los mercados están repletos de bandejas con esta fruta cuya piel recuerda a la de una armadillo o tatú. Los lugareños la remojan en agua durante uno o dos días, antes de pelar la cáscara marrón para revelar una pulpa de color naranja intenso. Luego la pulpa se remoja y machaca para transformala en aguajina, una bebida espesa y cremosa con un sabor a medio camino entre el pastel de calabaza y el flan.

Algunos lugareños dicen que la fruta contiene compuestos con estrógeno y que los hombres deben tener cuidado con el consumo excesivo, aunque hay poca evidencia científica en ese sentido. «La aguajina es muy beneficiosa -para los huesos, la piel y la tez-, especialmente para las mujeres», dice Gianina Pujay, una aguajinera que vende la bebida frente al mercado de frutas de Tingo María.

En la misma región, la cocona, un fruto tropical pariente lejano del tomate común, produce un jugo ácido con un sabor similar al de un híbrido de piña y papaya, y una pulpa espesa, casi aceitosa.

«Muchas frutas amazónicas se consumen en jugo porque su pulpa es ácida, fibrosa o difícil de comer cruda, como la cocona», explica Miluska Carrasco, investigadora y nutricionista del Instituto de Investigación Nutricional del Perú. «Además, es una forma práctica de aprovecharlas rápidamente antes de que se echen a perder».

Descendiendo desde las laderas de los Andes hacia la cuenca amazónica, los ríos pierden caudal y se transforman en vías de actividad comercial. A orillas del río Ucayali se encuentra la ciudad portuaria fluvial de Pucallpa, la vía más lejana del sistema vial peruano que te llevará al centro de la Amazonía. Aquí, donde barcazas con carga, barcos de pasajeros y canoas transportan mercancías por la selva, el camu camu es un jugo imprescindible.

Esta pequeña fruta ácida, parecida a la ciruela, tiene un sabor a fresa o frutilla ácida con un toque de melocotón o durazno y es una de las favoritas de los vendedores locales de jugos.

«Tiene más vitamina C que las naranjas«, afirma Carrasco, «además de otros compuestos bioactivos». Mientras que una naranja de ombligo aporta unos 6 mg de vitamina C por cada 100 g, el camu camu contiene más de 2.000 mg por la misma cantidad de pulpa.

Sin embargo, la temporada de camu camu es corta, generalmente entre enero y marzo, así que aprovecha el jugo fresco cuando esté disponible. Los lugareños también comen las pequeñas ciruelas con sal; solo escupen las semillas.

En el corazón del vasto estado brasileño de Amazonas, 1.125 kilómetros al este de Pucallpa en línea recta (y al menos una semana o más en barco), las palmeras de tucumã producen una fruta naranja cuya temporada solo va de febrero a agosto.

Durante esta época se suele consumir esa fruta con harina de yuca en el desayuno, y es un ingrediente clave del sándwich x-caboquinho, típico del estado, cuyas rebanadas se cubren con queso coalho salado (un queso artesanal elaborado en Brasil) y trozos dulces de plátano frito.

Para hacer jugo del tucumã, notoriamente fibroso, los vendedores usan peladores, licuadoras y coladores para transformar la fruta en pulpa y obtener el líquido con ligero sabor a nuez.

Según Francisco Falcão, agricultor de la comunidad de Bom Jesus en el Bosque Nacional de Tefé, «la gente dice que el tucumã es bueno para comer y mejora la vista y la piel».

De hecho, la fruta es rica en manganeso y calcio. Mientras que el kiwi, que es relativamente rico en calcio, contiene alrededor de 30 mg de calcio por cada 100 g, el tucumã contiene alrededor de cuatro veces más.

También en la región de Tefé «hay una palmera cuyo fruto se come», dice Falcão. «La pupunha es una planta que cosechamos desde diciembre hasta febrero».

En las zonas hispanohablantes de la Amazonía este fruto oleaginoso se conoce como pejibaye o pijuayo, y es una fuente clave de grasas naturales, además de vitamina B1 y vitamina E.

La pupunha crece en racimos de frutos anaranjados y rojos con forma de bellota. Los frutos no se pueden comer crudos, pero una vez hervidos, constituyen un refrigerio sustancioso similar a una batata oleaginosa.

Los frutos hervidos también producen un jugo naranja cremoso una vez despulpados. En Perú las comunidades forestales fermentan la pulpa para obtener una bebida ligeramente alcohólica llamada chicha o masato, especialmente durante la época de cosecha.

En Manaus, capital del estado de Amazonas, la refrigeración permite a los pobladores locales y a visitantes disfrutar de frutas en diversas presentaciones.

La gruesa cáscara del cupuaçu contiene un conjunto de semillas rodeadas de una pulpa blanca y carnosa. Esta pulpa se puede transformar en un jugo sedoso y ácido. Pero últimamente los lugareños han estado usando su jugo para elaborar helado. De hecho, este helado se está poniendo de moda en el resto de Brasil, y las heladerías de Río de Janeiro ahora también lo ofrecen.

El cupuaçu sabe a piña cremosa, lo cual es sorprendente dado que la planta es un pariente cercano del cacao. «Es del mismo género que el cacao y la gente elabora con ella cupulate (en lugar de chocolate)», dice Daniel Tregidgo, investigador del Instituto Mamirauá para el Desarrollo Sostenible de Brasil. «Cuando vas a los mercados ves montones enormes de semillas de cupuaçu. Las miro y pienso: ¡qué chocolate tan moderno!».

¿Por qué aún no hemos oído hablar del cupulate? En opinión de Tregidgo, «es una cuestión de inversión. Si tomas algo del centro de la Amazonía e intentas lanzarlo al mercado global sin ser un explotador o dañar el medio ambiente, será complicado»..

Las barras de cupuaçu tienen sabor a chocolate, pero conservan parte de su toque cítrico.

En el delta del Amazonas, el jenipapo es conocido por su uso tradicional como tinta azul o tinta temporal para tatuajes. La fruta, que crece a lo largo de toda la costa brasileña además de la Amazonia, tiene una pulpa amarillenta que es una gran fuente de vitamina B1 y zinc.

Si bien el jenipapo se puede consumir como jugo fresco con un sabor similar al de los albaricoques secos, también puedes probar el licor de jenipapo, una tipo de cachaza que se sirve en pequeños bares.

Si bien el consumo de açaí se ha convertido en una tendencia global, la versión que se sirve en la Amazonia se parece poco al fruto congelado que puede hallarse en el extranjero.

Lo que muchos viajeros desconocen es que existen siete especies distintas de palmeras de açaí. Los lugareños distinguen entre açaí do Pará, açaí do mato y juçara, según la región. En Belém, por ejemplo, los vendedores utilizan prensas para extraer la pulpa espesa y violácea de la baya, que se vende en bolsas transparentes y se consume directamente con cuchara, como si se tratara de un gazpacho morado.

Fuera de su área de distribución natural en Brasil, en el resto del país se disfruta de la pulpa en yogures y helados.

Puedes leer la nota original en inglés en el sitio de BBC Travel.

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