La agitada reunión que cambió el papel de Elon Musk dentro del gobierno de Donald Trump

Según el periódico, el multimillonario también discutió con el secretario de Transporte, Sean Duffy, sobre si los empleados de la oficina que dirige Musk, el Departamento de Eficiencia del Gobierno (Doge, por sus siglas en inglés) trataron de despedir más controladores aéreos cuando ya hay una escasez de personal en la Administración Federal de Aviación.

El departamento que lidera Duffy ha estado bajo un fuerte escrutinio desde que dos aeronaves estadounidenses se estrellaran, una en enero pasado y otra poco después de que Trump asumiera un nuevo mandato.

Después de escuchar a ambas partes, de acuerdo a los testigos, el presidente señaló que él apoya el trabajo de Doge, pero que de ahora en adelante los secretarios del despacho estarán a cargo de esos despidos y que el equipo de Musk solo aconsejará cómo se deben hacer.

Un vocero del departamento de Estado le dijo al diario estadounidense que para Rubio la reunión había sido una «discusión abierta y productiva».

La Casa Blanca no ha respondido a la solicitud sobre una declaración que le hizo la BBC.

La reunión planeada de forma apresurada evidencia que Trump ha decidido restringir el poder de Musk y Doge para recortar los gastos del gobierno.

Trump solo habló de lo que se había comentado en la reunión cuando se filtró a la prensa.

El presidente de EE.UU. dijo en su cuenta de la red social «Truth Social» que había instruido a sus secretarios a trabajar con Doge en las «medidas necesarias para reducir los costos».

«Como los secretarios conocen mejor a las personas que trabajan en cada departamento, ellos pueden decir con precisión quien se queda y quien se va», escribió.

«Debemos usar un bisturí, no un hacha», añadió.

Hace solo unas semanas, Musk usó una motosierra en un evento político, lo que es un símbolo visible de los agresivos empeños de cortar el gasto del gobierno, que ha enfurecido a los Demócratas y ha preocupado a algunos funcionarios de la administración Trump.

El equipo de Elon Musk ha enviado múltiples correos electrónicos desde una cuenta oficial del gobierno a empleados federales para animarlos a aceptar varios meses de sueldo anticipado a cambio de sus renuncias.

Esos correos pedían a los empleados federales que enviaran un reporte semanal de sus logros o si no podrían ser despedidos.

Algunas agencias instruyeron a sus empleados que ignoraran esas peticiones.

Doge también ordenó el despido de muchas personas recién contratadas quienes, debido a que se encontraban en «periodo de prueba», no tenían la protección de un empleado federal.

Algunas agencias del gobierno desde entonces han hecho caso omiso de esas órdenes porque sus empleados esenciales, tales como las personas encargadas de la seguridad de las armas nucleares se han visto afectados.

Durante un evento en la oficina oval este viernes, Trump fue preguntado sobre la reunión del gabinete y los reportes de los intercambios acalorados.

Él insistió que no hubo «enfrentamiento». Y alabó el hecho de que Musk y Rubio se llevan «muy bien».

Pero la publicación del jueves en la red social «Truth Social» aparentemente le da más autoridad a los secretarios del gabinete que a lo que quiere hacer Musk.

Lo que también es cierto es que puede ser una forma de evitar que su administración sea demandada legalmente debido al poder que tiene la oficina de Musk y el propio empresario quien, a diferencia de los secretarios de gobierno, no está sujeto a la aprobación de su puesto en el Senado.

Varios jueces federales que supervisan estos casos ya han expresado su preocupación por la autoridad de Musk. Preocupaciones que pueden verse alimentadas aún más por los comentarios de Trump durante su discurso ante el Congreso el martes en el que señaló de nuevo que el multimillonario era, de hecho, el hombre a cargo de Doge.

Musk y Trump han integrado una formidable asociación hasta ahora, como el hombre más rico del mundo y el político más poderoso de Estados Unidos.

Durante meses se ha especulado en Washington si esa asociación podría finalmente fracturarse.

Sin embargo, esas predicciones generalmente han sido seguidas por renovadas señales de cortesía entre los dos hombres.

El viernes por la noche, Musk fue visto abordando el Air Force One con el presidente para un vuelo de fin de semana a la casa de Trump en Mar-a-Lago en Florida.

El lío en la sala del gabinete puede ser la primera grieta en la base, pero hay mucha evidencia de que Trump todavía apoya los esfuerzos y objetivos de Musk, incluso aunque en los próximos días prefiera usar un bisturí y no una motosierra.

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