La condena al cierre de la agencia de ayuda USAID ordenado por Trump y que unió a Obama y a Bush

Los autores calificaron las cifras de «asombrosas» y proyectaron que un tercio de las personas en riesgo de muerte prematura eran niños.

Sin embargo, un funcionario del Departamento de Estado afirmó que el estudio utilizó «suposiciones incorrectas» e insistió en que Estados Unidos continuaría administrando la ayuda de forma «más eficiente», según informó la agencia de noticias AFP.

Bush y Obama transmitieron sus mensajes de condena en una videoconferencia que organizaron con Bono, el cantante de la banda U2, para miles de miembros de la comunidad de USAID.

Bush, correligionario del Partido Republicano de Trump, se centró en el impacto de los recortes a un programa contra el SIDA y el VIH iniciado por su gobierno y al que posteriormente se le atribuye haber salvado 25 millones de vidas.

«Han demostrado la gran fuerza de Estados Unidos con su trabajo, y eso se debe a su buen corazón», dijo Bush a los trabajadores de USAID en una declaración grabada, según medios estadounidenses.

«¿Es de nuestro interés nacional que 25 millones de personas que habrían muerto ahora vivan? Yo creo que sí y ustedes también», añadió.

Obama, miembro del opositor Partido Demócrata, reivindicó el trabajo realizado por los empleados de USAID.

«Desmantelar USAID es una farsa y una tragedia, porque es una de las labores más importantes que se realizan en el mundo», declaró Obama.

Bono, veterano defensor de la ayuda humanitaria, habló sobre los millones de personas que, según él, podrían morir a causa de los recortes.

«Los llamaron delincuentes, cuando eran los mejores de nosotros», dijo a los asistentes a la videoconferencia.

Fundada en 1961, USAID empleaba a unas 10.000 personas, dos tercios de las cuales trabajaban en el extranjero, según el Servicio de Investigación del Congreso.

Los polémicos recortes comenzaron a principios del segundo mandato de Trump, cuando el multimillonario y exasesor presidencial Elon Musk recibió el encargo de reducir la plantilla federal.

La medida fue ampliamente condenada por organizaciones humanitarias de todo el mundo.

Entre los programas que se vieron afectados figuraban los esfuerzos para proporcionar prótesis a los soldados heridos en Ucrania, la limpieza de minas terrestres en varios países y la contención de la propagación del ébola en África.

El miércoles por la mañana, el sitio web de la agencia mostraba un mensaje que indicaba que todo el personal contratado directamente por USAID a nivel mundial había sido puesto en licencia administrativa a partir del 23 de febrero.

El secretario de Estado, Marco Rubio, declaró previamente que los 1.000 programas restantes tras los recortes serían administrados por su departamento.

«Esta era de ineficiencia, autorizada por el gobierno, ha llegado oficialmente a su fin», añadió el martes.

«Bajo la administración Trump, finalmente tendremos una misión de financiación extranjera en Estados Unidos que priorice nuestros intereses nacionales», escribió en una publicación en Substack.

Trump reiteró su deseo de que el gasto en el extranjero esté estrechamente alineado con su enfoque de «Estados Unidos Primero».

USAID era considerada parte integral del sistema de ayuda global. Tras el anuncio de los recortes de Trump, otros países, como el Reino Unido, Francia y Alemania, siguieron el ejemplo con sus propias reducciones.

El mes pasado, las agencias de Naciones Unidas afirmaron que se enfrentaban a «los recortes de financiación más profundos jamás sufridos por el sector humanitario internacional».

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