Trump impone aranceles a México, Canadá y China, sus tres principales socios comerciales

Pero no solo los dos socios de Washington en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ahora conocido como T-MEC, fueron sancionados, sino también China, cuyos productos ahora deberán pagar un impuesto de 10% para entrar a territorio estadounidense, informó la Casa Blanca.

Unos vaticinios que Trump ha desestimado.

«Los aranceles no causan inflación, provocan el éxito», respondió el viernes del Despacho Oval.

Las autoridades estadounidenses han ofrecido varias razones para las medidas.

«El presidente aplicará aranceles de 25% a México y Canadá y 10% a China por el fentanilo ilegal que han obtenido y permitido distribuir en nuestro país y que ha matado a decenas de millones de estadounidenses», justificó el viernes Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca.

Unas 100 mil personas mueren al año en EE.UU. por culpa del opiáceo, de acuerdo con las cifras oficiales.

La lucha contra la inmigración ilegal ha sido otra excusa aportada por Trump y sus colaboradores.

No obstante, el mandatario admitió que las medidas también buscan equilibrar el enorme déficit comercial que EE.UU. tiene en la actualidad y como prueba advirtió que la Unión Europea (UE) también correrá la misma suerte.

«La UE nos ha tratado terriblemente», dijo el viernes.

«No aceptan nuestros automóviles, no aceptan nuestros productos agrícolas, no aceptan casi nada. Padecemos un déficit enorme con la UE. Así que vamos a hacer algo muy sustancial con la UE», remató.

También dejó en claro que con esta estrategia espera que muchas empresas vuelvan a instalarse en EE.UU.

«Queremos que las farmacéuticas vuelvan y la manera para que regresen es levantando un muro y eso muro son los aranceles», declaró a los periodistas.

¿Todos las exportaciones mexicanas, canadienses y chinas estarán afectadas? No hay certeza, porque, hasta el momento, las autoridades estadounidenses no han presentado una lista detallada de los productos a los que impondrán tarifas.

Sin embargo, el viernes Trump reveló que al petróleo canadiense tendría unos aranceles más bajos del 10%, que podrían entrar en vigor más tarde, el 18 de febrero.

Y acto seguido mencionó algunos de los productos que serán castigados.

«Pondremos aranceles a los chips, al petróleo y gas muy pronto. Creo que alrededor del 18 de febrero», indicó.

«Y pondremos más aranceles al hierro. Ya tenemos aranceles al hierro y con eso salvamos nuestra industria acerera, pero son relativamente pequeños en comparación con lo que haremos», prosiguió.

«Vamos a poner aranceles al aluminio y, por último, al cobre. El cobre tomará algo de tiempo», concluyó, no sin antes mencionar a los medicamentos y semiconductores.

Lo que sí dejó en claro Trump que es que las tasas adicionales eran inevitables y que no estaban sujetas a negociación con los países afectados.

«No son una herramienta de negociación. Es economía pura. Tenemos grandes déficits con los tres países», zanjó, al tiempo que recordó que en su primera administración medidas similares le permitieron a EE.UU. recaudar «US$ 600.000 millones de otros países».

También le restó importancia a la posibilidad de que estas medidas reaviven la inflación en EE.UU.

«(Durante mi primer gobierno) no tuvimos casi inflación y le impuse miles de millones en aranceles a distintos países», dijo.

«Creo que podría haber alguna perturbación temporal y de corto plazo, pero la gente lo entenderá», declaró, al tiempo que agregó: «Los aranceles nos harán muy ricos y muy fuertes».

Cuando Trump impuso aranceles a los productos chinos en 2018 y 2019, hubo que esperar dos a tres semanas para que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza comenzara a cobrar las nuevas tasas, debido a las actualizaciones del sistema informático y los avisos requeridos para los importadores, recordó Reuters.

Se espera que la decisión de Trump genere una represalia lo que podría afectar más de US$ 2,1 billones en comercio entre EE.UU. los tres países sancionados.

La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum se reunió en la noche del viernes con parte de su gabinete para analizar la situación.

Tras advertir que los aranceles de Trump costarían 400.000 empleos en EE.UU. y aumentarán los precios a los estadounidenses, la mandataria prometió que respondería «con cabeza fría».

Más contundente se mostró fue la respuesta del gobierno canadiense. El todavía primer ministro, Justin Trudeau, quien prometió que su administración responderá con contundencia.

En similares términos se pronunció, su posible reemplazo, Mark Carney, quien dijo: «nos vamos a enfrentar al abusador, no vamos a retroceder. Estamos unidos y vamos tomar represalias».

Desde China, en cambio, han venido abogado por una solución «ganar-ganar». Así lo dejó en claro el viceprimer ministro, Ding Xuexiang, ante el Foro Económico Mundial en Davos.

Durante la campaña electoral, Trump amenazó con imponer aranceles de hasta el 60% a los productos fabricados en China, pero en su primer día de vuelta en la Casa Blanca se abstuvo de tomar medidas inmediatas y, en su lugar, ordenó a su administración que estudiara el tema, recordó Peter Hoskin, reportero económico de la BBC.

China, Canadá y México son los principales socios comerciales de EE.UU., y representan el 40% de los bienes importados a ese país el año pasado.

«Los aranceles del presidente Trump afectará primero a EE.UU.», advirtió Matthew Holmes, jefe de políticas públicas de la Cámara de Comercio de Canadá.

«Desde mayores costos en las gasolineras, en los supermercados y en las cajas en línea, los aranceles se propagan por toda la economía y terminan perjudicando a los consumidores y a las empresas de ambos lados de la frontera», agregó.

La decisión de Trump ha hecho que aumenten los temores de que los nuevos y elevados gravámenes desencadenen una guerra comercial, distorsionen otras economías y hagan subir los precios en EE.UU.

Los mercados financieros se vieron sacudidos el viernes por los planes arancelarios, y el mercado de divisas mostró una particular volatilidad. El dólar canadiense y el peso mexicano se debilitaron, mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron y las acciones cerraron el día a la baja, reportó Reuters.

Los aranceles son un impuesto a la importación de bienes que se producen en el extranjero.

En teoría, gravar los artículos que entran a un país significa que es menos probable que la gente los compre porque se vuelven más caros.

La intención es impulsar la compra de productos locales más baratos, lo que impulsaría la economía del país.

Sin embargo, si las importaciones estadounidenses de petróleo de Canadá y México se ven afectadas por aranceles se corre el riesgo de encarecerla, lo que podría aumentar los precios de la gasolina hasta de los alimentos.

Alrededor del 40% del crudo que pasa por las refinerías de petróleo de EE.UU. es importado, y la gran mayoría proviene de Canadá.

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