La economía colombiana avanza por una cuerda floja y aunque algunos indicadores dan señales de mejoría, el deterioro de las cuentas fiscales amenaza con convertirse en una herida profunda, difícil de cerrar en el corto plazo, por lo que la advertencia es clara: si el país pierde de forma definitiva su grado de inversión, podría tardar al menos 10 años en recuperarlo.
Así lo plantea Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, quien recuerda que “la última vez que Colombia perdió el grado de inversión, entre 1999 y 2000, le tomó 11 años volver a recuperarlo” y que hoy, los riesgos fiscales son aún más complejos, en medio de una caída estructural en la inversión pública, gastos rígidos crecientes y reformas que ampliarían los déficits a largo plazo, como la pensional.
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En este sentido, un reciente análisis de Davivienda Corredores reseña que en 2024, la economía colombiana repuntó desde un magro crecimiento del 0,7% en 2023 a una expansión estimada de 1,7% y que el alivio provino de factores como la desaceleración de la inflación y el inicio del ciclo de reducción de tasas del Banco de la República.
Sin embargo, dejan claro que el rebote es insuficiente para cambiar el fondo de la historia, relacionado con sectores clave como minería, industria y construcción, que siguen en terreno negativo; por lo que para 2025, el escenario base proyecta un crecimiento del 2,6%, advirtiendo que los dos motores tradicionales de expansión están averiados, ya que la inversión privada sufre por la creciente desconfianza en el rumbo económico del país, y la inversión pública cae más del 17%, según las estimaciones más recientes.
Recorte fiscal.
Imagen generada con Inteligencia Artificial – ChatGPT
No hay plata
Si bien la ejecución presupuestal del primer cuatrimestre ha sido ágil y según Langebaek se han usado más de $30 billones de los $50 congelados en 2023, desde sus conocimientos, el problema estructural permanece, ya que Colombia no tiene con qué financiar el ritmo de gasto que sostiene y tarde o temprano de recortar.
“La alerta más reciente la encendió el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF): los ingresos del Gobierno estarían sobreestimados en $34 billones y los gastos, subestimados en $28 billones. Esa brecha de $62 billones no es un simple error contable; es una problemática creciente que ya está afectando la política monetaria, las tasas de interés y la percepción de riesgo del país”, acotó.
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Dicho esto, agregó que “cerca del 95% de los ingresos están comprometidos en deuda, pensiones y salarios. No hay espacio para invertir” y resalta que, en ese contexto, cumplir con la regla fiscal exigirá un recorte de $46 billones en 2025, una cifra que califica como “astronómica” y políticamente compleja.
Para el equipo de Visión Davivienda, lo anterior no es el único frente de presión fiscal y recuerdan que la reforma pensional recientemente aprobada implica un aumento estructural del déficit del orden de 1% del PIB por año durante las próximas cuatro décadas, por lo que además, la ley de transferencias territoriales podría generar nuevas cargas sobre el balance del gobierno central.

Pesos colombianos
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Riesgos reales
De esta forma queda claro que Colombia ya no tiene margen para errores y las principales agencias calificadoras mantienen al país en perspectiva negativa, mientras la posibilidad de una degradación completa es alta y de ocurrir, el costo no solo será reputacional, sino financiero, porque aumentaría el costo del endeudamiento, limitaría el acceso a crédito externo y encarecería el financiamiento interno, arrastrando consigo al sistema bancario, las empresas y los hogares.
Germán Cristancho, gerente de Investigaciones Económicas de Davivienda Corredores, advierte que esa desconfianza ya se refleja en el mercado, donde “las tasas largas están cerca del 12% porque el Gobierno está pagando más para financiarse. Eso pone un piso muy alto al costo del crédito hipotecario y al crédito empresarial”.
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Y aunque algunos proponen eliminar la tasa de usura como solución para reactivar el crédito, Cristancho es tajante y recuerda que “la tasa de referencia real en Colombia es la de los TES. Si esa tasa está en 12%, es imposible prestar más barato sin asumir pérdidas. Solo con una mejora creíble en el panorama fiscal bajarán las tasas estructuralmente”.
Por otra parte, hay que tener presente que la situación fiscal también limita la política monetaria y aunque el Banco de la República ha recortado su tasa de interés desde el pico de 13,25% a un nivel inferior al 11%, el margen para seguir bajando tasas es estrecho, si se tiene en cuenta que la inflación, aunque en descenso, podría repuntar al cierre del año hasta 4,31%, impulsada por el aumento del salario mínimo (9,54%) y un posible rebrote de precios de alimentos.
Para los expertos a cargo de estas alertas, la situación mencionada obliga a la autoridad monetaria a moverse con cautela, teniendo presente que un recorte acelerado sin respaldo fiscal podría debilitar aún más la confianza de los inversionistas y deteriorar la estabilidad cambiaria.

Riesgos Fiscales – Economía
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Presiones diversas
El equipo de Visión Davivienda cerró diciendo que además, Colombia enfrenta un entorno externo incierto, ya que la idea de una reelección de Donald Trump en Estados Unidos y la desaceleración de China amenazan los flujos financieros hacia economías emergentes; mientras que internamente, la desalineación entre el Banco de la República y el Gobierno, sumada a la incertidumbre fiscal y regulatoria, continúa erosionando la confianza empresarial.
Y aunque el mercado accionario ha subido un 20% en dos años, los precios aún reflejan castigos excesivos, dado que muchas compañías cotizan por debajo del valor de sus activos, lo que sugiere oportunidades desaprovechadas por la persistente emocionalidad e incertidumbre que condicionan las decisiones de inversión en el país.
En consecuencia, los expertos concluyeron que recuperar el grado de inversión no será una tarea sencilla y que exigirá un ajuste fiscal riguroso, la implementación de reformas estructurales y el envío de señales claras de responsabilidad fiscal, dado que sin credibilidad sostenida, cualquier margen de error podría traducirse en consecuencias irreversibles, especialmente considerando que en 2025 Colombia debe evitar decisiones improvisadas, pues tanto el tiempo como la confianza juegan en su contra.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.portafolio.co
Publicado el: 2025-05-13 20:26:00
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