Esta semana se conocieron los resultados del Índice Departamental de Competitividad, elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, y allí se reafirmó una verdad que, pese a que lleva años en la agenda pública, no muestra mayores avances: el país crece de forma desbalanceada y con poco avance en la periferia.
Tras medir el desempeño de los 32 departamentos y Bogotá, en 13 pilares de crecimiento y desarrollo, los investigadores concluyeron que el avance en competitividad regional es real, pero no equitativo y que si bien todos los territorios mejoraron su puntaje respecto al recálculo de 2019, la brecha entre el más competitivo y el de menor desempeño no se redujo y por el contrario, aumentó.
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En este sentido, indicaron que Bogotá conserva el primer lugar del ranking con un puntaje de 8,13 sobre 10, mientras que Vichada permanece en la última posición con 2,52. La diferencia entre ambos es de 5,6 puntos, superior a los 5,3 registrados en 2019 y se debe a que el Distrito Capital incrementó su puntaje en 0,6 puntos, mientras que Vichada apenas avanzó 0,3, dejando claro que los ritmos profundamente desiguales.
Para entender mejor estos resultados, hay que decir que el IDC 2025 evalúa 98 indicadores distribuidos en 13 pilares, organizados en cuatro grandes factores, que son condiciones habilitantes, capital humano, eficiencia de los mercados y ecosistema innovador y se revisan mediante una metodología que incluye únicamente indicadores duros provenientes de fuentes oficiales nacionales y presenta mejoras técnicas relevantes.
Este ejercicio, que no es comparable con versiones anteriores salvo con el recálculo incluido en esta edición, busca ofrecer un diagnóstico útil para la toma de decisiones en política pública, desarrollo regional y fortalecimiento institucional.
Regiones y economía en Colombia.
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El triángulo de oro
En la visión regional hay que decir que Bogotá lidera nueve de los 13 pilares del índice, entre ellos instituciones, infraestructura, adopción TIC, salud, entorno para los negocios y educación superior y que su fortaleza estructural en conectividad, capital humano, servicios y ecosistema digital la consolidan como el centro más competitivo del país.
Por otra parte, en segundo lugar aparecen Antioquia (6,82) y Valle del Cauca (6,30), que también muestran desempeños sobresalientes en pilares como innovación, sofisticación del mercado, y adopción de tecnologías; mientras que Santander subió al cuarto lugar tras avanzar dos posiciones, y Risaralda ocupa el quinto puesto, pese a haber descendido en el escalafón.
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En contraste, los cinco departamentos con menor puntuación son Guaviare (3,69), Amazonas (3,43), Vaupés (3,29), Guainía (2,93) y Vichada (2,52). Estos territorios siguen enfrentando retos estructurales de gran profundidad en acceso a servicios, conectividad, educación y empleo formal.
De acuerdo con el informe, las mayores disparidades entre territorios se concentran en los pilares de adopción TIC, sistema financiero, sofisticación y diversificación, e innovación; en los que la diferencia entre el mejor y el peor desempeño supera los 7,5 puntos sobre 10.

Pesos colombianos
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“Bogotá alcanza un puntaje de 9,25 en adopción TIC, liderando en casi todos los indicadores relacionados con conectividad, infraestructura digital, graduados en programas tecnológicos y uso de internet. En contraste, Vaupés apenas logra un puntaje de 0,47, lo que evidencia la profunda desigualdad en el acceso a capacidades tecnológicas que son clave para la productividad”, dice el reporte.
Lo mismo ocurre en el pilar de innovación, donde la baja densidad de investigadores, inversión en ciencia y tecnología, y debilidad institucional en regiones periféricas refuerzan la concentración de capacidades en los departamentos centrales.
Ana Fernanda Maiguashca, presidente del Consejo Privado de Competitividad, señaló que “creemos que el IDC 2025 es un insumo crucial para la coyuntura política. Desde la Universidad del Rosario y el Consejo Privado de Competitividad ponemos este ejercicio a disposición de la ciudadanía, el sector privado, la academia, y los gobiernos locales, con el fin de enriquecer el debate de los grandes temas del país desde un enfoque subnacional de competitividad”.
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No hay convergencia
Si bien todos los territorios mejoraron en comparación con 2019, el progreso no ha significado una convergencia regional. De hecho, hay evidencia de que la mejora ha sido más rápida en los territorios ya avanzados, ya que según el IDC 2025, Vaupés, Arauca, Caquetá y el Archipiélago de San Andrés registraron los mayores avances porcentuales en sus puntajes generales desde 2019.
Ana Isabel Gómez, rectora de la Universidad del Rosario, señaló que “con esta edición del IDC hemos querido reconocer las iniciativas locales que han demostrado aciertos en política pública. Así, entregamos reconocimientos a tres departamentos: Putumayo con el mayor avance en el ranking general, Guaviare con la mejor política pública en educación, y Antioquia por su desempeño consistente en la medición”.

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El índice también muestra que, aunque Magdalena, Casanare, Tolima, Putumayo y Vaupés mejoraron su posición, otros departamentos como Caldas, Cundinamarca, Bolívar, Cauca, Caquetá, Guaviare y Guainía experimentaron retrocesos de entre una y dos posiciones frente a 2024.
Competitividad, desarrollo y bienestar
Una de las secciones más reveladoras del informe muestra la relación directa entre competitividad, desarrollo económico y calidad de vida. Los departamentos con puntajes más altos en el IDC también exhiben mayor PIB per cápita, menores tasas de pobreza multidimensional y mayores niveles de satisfacción con la vida.
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Bogotá, por ejemplo, no solo lidera el índice general, sino que también presenta una de las tasas más bajas de pobreza multidimensional del país (5,4%) y altos niveles de bienestar subjetivo. En contraste, Vaupés y Vichada, con bajos niveles de competitividad, reportan tasas de pobreza del 37,4% y 70,2%, respectivamente.
Estos datos refuerzan la idea de que un entorno competitivo impulsa el bienestar económico y social, y que fortalecer la competitividad territorial es una estrategia clave para combatir la pobreza y cerrar brechas estructurales.

Economía colombiana.
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¿Qué hacer?
Así las cosas, el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario cerraron adviertiendo que no existe una receta única para impulsar la competitividad regional y que Colombia es un país de regiones diversas, con estructuras productivas, capacidades institucionales y niveles de desarrollo muy heterogéneos.
En ese sentido, plantearon que los hacedores de política deben diseñar estrategias territoriales diferenciadas, centradas en las oportunidades y restricciones específicas de cada departamento y que para lograrlo, se requiere información de calidad, articulación público-privada y un compromiso sostenido con la equidad territorial.
Al mismo tiempo, el informe propone que el país priorice el cierre de brechas en áreas como infraestructura digital, inclusión financiera, innovación, acceso a salud y educación técnica. Estas dimensiones no solo explican buena parte de la competitividad, sino que también inciden directamente en el bienestar de la población.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.portafolio.co
Publicado el: 2025-06-12 12:49:00
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