A las 11: 00 a. m. en el sol pareciera que está más cerca de Barranquilla. La sensación es de María del Rosario, una modista que no sabe qué hacer para sofocar la alta temperatura que asegura la tiene al borde del desespero.
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La mujer tiene dos abanicos de frente y agita pedazo un cartón, mientras se balancea en una mecedora tratando de espantar el calor que la atormenta.
La queja de María del Rosario es la misma de miles de costeños que por estos días sufren por la intensa ola de calor que golpea a la región, pese a las lluvias que han caído, lo que ha generado preocupación entre las autoridades de salud debido a sus potenciales efectos negativos en la salud de la población.
“Estamos acostumbrados al color, lo feo es que sea de día, noche, madrugada, hasta cuando llueve hace calor. Todo el día uno permanece bañado en sudor”, dice Luis Miguel Hernández, trabajador de una tienda en el barrio Paraíso, norte de la ciudad.
Y no es para menos, a las 10: 30 a. m. de este lunes Barranquilla reportaba una sensación térmica de 45 grados y una temperatura de 33 grados bajo sombra.
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En un comunicado expedido este martes la Secretaria de Salud de Barranquilla explica que cuando la temperatura ambiente supera los 32 °C el riesgo es sufrir algún trastorno como el llamado golpe de calor, en el que la persona puede presentar sudoración, dolor de cabeza, palidez, deshidratación, baja tensión arterial y hasta pérdida de la conciencia.
En respuesta a esta situación, la Alcaldía Distrital de Barranquilla ha emitido una serie de recomendaciones para proteger a los ciudadanos, especialmente a los grupos más vulnerables: niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
El primer llamado de las autoridades en salud a toda la comunidad es mantener una actitud preventiva, no permanecer demasiado tiempo bajo el fuerte sol y tomar abundante líquido para evitar una deshidratación.
La ola de calor golpea en todas partes
Las autoridades de salud han emitido recomendaciones para protegerse del calor, como evitar largas caminatas y no exponerse al sol durante periodos prolongados. Además, aconsejan mantenerse hidratado, usar ropa ligera y buscar lugares frescos.
En Valledupar se mantiene la alerta amarilla declarada por la Secretaría de Salud Municipal y continúa activo el Plan de Contingencia en la red hopsitalaria.
El golpe de calor incrementó las enfermedades respiratorias, hipertensión, vómitos y dolor de cabeza, especialmente a los adultos mayores.
En la capital del Cesar, dos adultos mayores fallecieron en circunstancias que podrían estar relacionadas con el incremento de las temperaturas. “Esta alerta amarilla no se ha bajado a verde. Se mantiene. Los pacientes fallecieron de infarto agudo de miocardio, pero, es posible que el calor les pudo haber acelerado este proceso”, recalcó una funcionaria de salud municipal.
Esta alerta amarilla no se ha bajado a verde. Se mantiene. Los pacientes fallecieron de infarto agudo de miocardio, pero, es posible que el calor les pudo haber acelerado este proceso
Lo preocupante esta oleada de calor es que obliga a los costeños a incrementar el consumo energético, ya que aumenta la demanda de electricidad para la climatización, especialmente el uso de abanicos y aires acondicionados, lo que puede sobrecargar las infraestructuras eléctricas y elevar los costos energéticos, complicando más el problema que se vive en la región por los altos costos de la factura de la luz.
La factura del servicio de energía con el aire prendido durante tiempo más prolongados, en una casa de estrato tres, para combatir el calor, ha pasado de 200 y 250 mil pesos hasta llegar a los 500 mil y 600 mil pesos.
Mucho cemento
Una isla de calor, explica Ragnel, es un área urbana o metropolitana que experimenta temperaturas significativamente más altas que las zonas rurales circundantes. “Esto es causado por la alta concentración de superficies impermeables como asfalto y edificios, que absorben y retienen el calor, la disminución de vegetación que proporciona sombra y enfriamiento, y las actividades humanas que generan calor adicional, como el tráfico y la industria”, subraya el experto.
El investigador de la Uniatlántico señala que las olas de calor afectan a los ecosistemas locales, poniendo en riesgo la biodiversidad al impactar especies de flora y fauna sensibles a cambios extremos de temperatura.
Además, agrega, generan estrés adicional sobre los recursos hídricos debido al aumento en la demanda de agua y la evaporación, y tienen efectos negativos en la economía local, afectando sectores como la agricultura y la pesca.
Cabe recordar que el Ideam advirtió que pese a que el Fenómeno del Niño está concluyendo, aún se sienten sus efectos en términos de temperaturas máximas por encima de lo normal.
Por eso María del Rosario mantiene prendidos día y noche los dos abanicos, y no suelta el pedazo de cartón con el que trata de pelear con los cambios bruscos de temperatura.
Leonardo Herrera Delgans
Corresponsal EL TIEMPO Barranquilla
leoher@eltiempó.com y en X: @leoher70
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2024-05-25 01:00:00
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