El Ministerio de Hacienda presentó a la presidenta de la Comisión Séptima del Senado, Nadya Georgette Blel, el impacto fiscal del proyecto de ley aprobado en segundo debate de la Cámara de la reforma de la salud, que hasta ahora no ha sido discutido en esta estancia del Congreso.
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En concreto, el documento detalla las proyecciones de gastos del sistema, así como también los ingresos de los próximos nueve años. Los cálculos se fundamentan en la estimación de costos presentados por el Ministerio de salud, al igual que otros rubros vinculados a las modificaciones introducidas durante el trámite legislativo.
Ahora bien, analizando los datos de ingresos vs gastos, en los primeros años de proyección el sistema de salud tendría un déficit debido a que la derogación sería mayor a la de la entrada de los recursos. Por ejemplo, la cartera de Hacienda estima que para el 2026 los ingresos sean de al menos $106,8 billones, mientras que los gastos de $109,7 billones, es decir una diferencia de $2,9 billones.
En ese sentido, el déficit de recursos también se evidenciaría en el 2027 por $1,6 billones y para el 2028 por $1,4 billones. Para el caso del 2029, la tendencia al alza volvería a reflejarse, significando al menos unos $2,2 billones faltantes para cubrir los gastos, en comparación con los ingresos.
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Del 2030 en adelante, el documento del Ministerio de Hacienda resalta una mejora e incluso una diferencia positiva en donde los gastos quedarían cubiertos en el sistema con un sobrante significativo.
Otro de los aspectos a destacar es que en comparación con el concepto emitido en septiembre del 2024, tanto la cifra de gastos, como la de ingresos se aumenta. Un ejemplo de ello es que durante el 2024 el documento estimaba para el 2034 un gasto en salud por $148,8 billones, mientras que para esta actualización el dato se aumentó en $15 billones a unos $163,8 billones, es decir un 10%.
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Personal de salud
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De igual forma sucede con los ingresos. Para ese mismo año, en el documento anterior, se proyectaba un total de $156,6 billones, mientras que para esta ocasión el dato aumentó en $15,6 billones, hasta los $172,2 billones. Esto refleja que a pesar de que los ingresos incrementarán en los próximos nueve años, el gasto sería muy similar a esa entrada de recursos.
En el actual informe, uno de las cifras que se agrega es el de las nuevas fuentes de financiación. Como bien se conoce, el sistema de salud recibe aportes de la Nación que tendrían un incremento gradual de $41,4 billones en 2026 y pasarían a $83,7 billones en 2034. Así mismo para el caso de cotizaciones se estima un ingreso de $36 billones para el próximo año, hasta los $47,2 billones en el 2034.
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También se encuentra el Sistema General de Participaciones (SGP) que aportaría $19 billones en el 2026, incrementando gradualmente cada año hasta alcanzar los $30,2 billones en nueve años. Y en otras fuentes se calcula aporte $7,9 billones en el 2026 y unos $10,8 billones en el 2034.
Para este concepto se tomó en cuenta que durante el debate y aprobación de la reforma de la salud en la Cámara de Representantes se dieron nuevas fuentes de financiación para el sistema, que corresponden a impuestos saludables y el IVA Social.
En ese sentido, el recaudo esperado de ambas nuevas formas de financiación iniciaría en el 2026 con $5,2 billones, manteniéndose igual en el 2027, pero incrementando hasta $6,1 billones en el 2030 y alcanzando un total de $7,2 billones en el 2034.
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Finanzas en salud
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Preocupaciones del sector
Augusto Galán, exministro de Salud y director de Así Vamos en Salud, hizo una lectura crítica del documento. Aunque reconoce que “hay un balance fiscal para la reforma proyectada de 2034”, también subraya que las fuentes de financiación nuevas no son claras y que el proyecto “tiene muchos riesgos para ser realmente sostenible”.
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Uno de los puntos centrales tiene que ver con la fragilidad del modelo financiero planteado. Galán asegura que “hay una sostenibilidad precaria que es parcial, porque está sustentada en supuestos optimistas que asumen un crecimiento constante en los próximos años y no incorpora choques económicos imprevistos”. Es decir, el modelo no contempla escenarios adversos, lo que compromete su robustez ante eventuales crisis.
Además de estas proyecciones macroeconómicas, el informe también evidencia huecos en la planeación del gasto. Según Galán, hay incertidumbres sobre gastos no cuantificados, por ejemplo, el tema del talento humano, las instituciones prestadoras de servicios itinerantes que están planteadas y la formalización laboral no tienen cuantificados los costos y los gastos.
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Salud
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Otro aspecto es la posibilidad de mantener cuentas con destinación específica, por ejemplo, “el antecedente del Fosyga no fue bueno porque genera muchas rigideces en el gasto”, recordó Galán, en alusión al extinto Fondo de Solidaridad y Garantía, cuya experiencia dejó lecciones sobre los peligros de restringir la flexibilidad presupuestal del sistema.
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El informe también pone condiciones para la viabilidad del plan. Galán resalta que “el balance depende de que se cubran las obligaciones corrientes acumuladas a 2024. Este es un punto muy importante”. A esto se suma el requerimiento de respetar los techos de gasto, y la advertencia de que el ritmo de implementación de dos a tres años es poco realista, de acuerdo con el propio Ministerio de Hacienda.
“Es financiable sobre el papel, pero depende de elementos de gestión y de previsión fundamentales que no están claros”, afirmó Galán. Entre ellos, mencionó la insuficiencia de la capacidad operativa de la Adres y del sistema de información del sector, aspectos que serían determinantes para ejecutar eficientemente la reforma. Además, destacó que Hacienda “pide una eficiencia en la ejecución territorial”, además de una regla fiscal interna para el sector salud y una progresividad y priorización del gasto “que sea realista”.
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Sistema de salud
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EPS estatales
Vale detallar que dentro de los comentarios sobre el articulado, el Minhacienda indicó que las EPS con participación accionaria del Estado podrán certificar el pago de sus pasivos y acreencias por parte de la Nación o entidad territorial, como respaldo del cumplimiento de las condiciones de permanencia para poder transformarse en gestoras.
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“En el último reporte de información financiera realizado por parte de Nueva EPS ante la SNS en los FT001, con corte de 31 de diciembre de 2023, el pasivo asciende a $6.672 miles de millones de pesos, con unas reservas técnicas de $6.209 miles de millones, sin embargo, hasta la fecha, no se cuenta con información certificada sobre los Estados Financieros definitivos de las vigencias 2023 y 2024”, destacan.
También, mencionan que el proyecto contempla cinco nuevas fuentes de financiamiento para el pago de pasivos del sector salud, entre las que se incluyen recursos del Fondo de Solidaridad de Fomento al Empleo y Protección al Cesante (Fosfec), saldos de cuentas maestras, excedentes del saneamiento de aportes patronales, excedentes propios del sector salud y un mecanismo de crédito del Grupo Bicentenario.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.portafolio.co
Publicado el: 2025-05-13 20:34:00
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