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¿Por qué aumentaron los hogares con mujeres a la cabeza en la región y en el país?

¿Por qué aumentaron los hogares con mujeres a la cabeza en la región y en el país?

El histórico aumento de hogares liderados por mujeres en el país, que se desprende de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del último año, recientemente divulgada por el Dane, representa un reto para autoridades y organizaciones de Cali, del Valle y del territorio nacional, en aras de construir políticas públicas que atiendan esta realidad.

Según el Dane, 8,2 millones de hogares tienen jefatura femenina, es decir, 45,4 % de 18 millones en total, porcentaje que ha sido el más alto de la historia, inclusive, antes de la pandemia. En 2019 eran 6,1 millones, lo que devela un aumento de 7 puntos porcentuales (2,1 millones) para el 2023. 

“Más allá de las cifras, hay una serie de implicaciones que se desprenden de la encuesta, entre ellas, la necesidad de analizar la calidad de vida de los hogares con jefatura femenina. Lo que buscamos con esta mirada es aportar elementos que propicien la reflexión y que inviten al diseño de estrategias que brinden bienestar”, explicó el director de Planeación de la Fundación WWB Colombia, Esnéyder Cortés.

La directora nacional del Dane, Piedad Urdinola, explicó que el número de hogares con jefatura de la mujer pasó de un 38,4 %, en 2019, a 45,4 %, en 2023. «Este aumento se da sobre todo en las cabeceras, al pasar del 41,6 % a 47,9 %, y en los centros poblados y rurales dispersos pasó de 28,3 % a 36,7 %. Estamos viendo cómo la brecha entre lo urbano y lo rural viene cerrándose”, expresó. 

De acuerdo con el análisis de la organización, en 2019, antes de la pandemia, por cada 100 mujeres jefas de hogar había 160 hombres; ahora, esta proporción se ha reducido a 120 hombres por cada 100 mujeres, lo que implica un cambio definitivo en la distribución de roles familiares y en las dinámicas de género en el país.

 “Al observar con mayor detalle la composición de los hogares, se revelan diferencias significativas que podrían influir en los niveles de vulnerabilidad socioeconómica. Se encontró que el 69,9% de los hombres jefes de hogar lideran hogares biparentales (con padre y madre), mientras que este porcentaje es considerablemente menor para las mujeres, alcanzando solo el 31,4 %. En contraste, las mujeres se concentran en mayor medida en los hogares monoparentales (solo madre o padre), representando el 44,8 %, mientras que para los hombres jefes de hogar este tipo de hogares apenas alcanza el 7,1%”.

Situación que repercute en términos de dependencia económica, puesto que en los hogares biparentales es posible negociar las responsabilidades de los gastos y la demanda de cuidado, dada la presencia del jefe del hogar y su cónyuge, mientras que en los hogares monoparentales es su jefe quien asume de manera exclusiva la carga económica y de cuidados de los hijos y/o personas dependientes. Precisamente la encuesta del Dane refleja que, en los 8,2 millones de hogares con jefatura femenina, el 40,3% tiene menores de edad y en un 34,5 % hay adultos mayores, lo que implica mayores responsabilidades de cuidado y de sostenimiento.

En relación con el estado civil, la encuesta relaciona que el 65 % de las mujeres que lideran hogares son solteras, en contraste con el 28,4 % de los hombres en la misma posición. Esta diferencia de 37% evidencia disparidades que se reafirman en que el tamaño promedio de los hogares liderados por mujeres solteras es considerablemente mayor que aquellos encabezados por hombres solteros.

“Existe una disparidad significativa en razón del género dentro de la estructura de los hogares, ya que la responsabilidad de suplir necesidades de cuidado y sustento económico recae en mujeres cabeza de familia solteras, jefas de hogares con más integrantes y con mayor presencia de personas en edades dependientes, lo que conlleva a condiciones de mayor vulnerabilidad y dificultad de materializar un proyecto de vida por fuera del hogar”, señala el análisis. 

Bienestar

Otro aspecto en el que hace hincapié el análisis de la Fundación WWB Colombia es en el bienestar subjetivo, asociado a aspectos como la satisfacción general con la vida, el nivel del ingreso, la salud, la seguridad, el trabajo y el tiempo libre de las personas. En una escala de 1 al 10, se encontró que para el 2023, en todas las calificaciones de satisfacción, las mujeres jefas de hogar tuvieron promedios más bajos que los hombres. Se resaltan aspectos como el trabajo (mujeres 7.1 frente a hombres 7.5) y el ingreso (mujeres 6.5 frente a hombres 7.0).

Además, se observan diferencias en los aspectos emocionales: las jefas de hogar reportan niveles más bajos de felicidad, y mayor preocupación y tristeza. También expresan sentir que sus actividades y logros tienen menor valor y se sienten menos realizadas en sus proyectos de vida. En la percepción que tienen de su realidad económica, el 49,5 % de ellas se consideran en situación de pobreza, frente al 45,5% de los hombres en igual posición. 

Adicional a esto, el 43,2% de los hogares con jefatura femenina indicaron que sus ingresos solo alcanzan para cubrir los gastos mínimos, esta cifra desciende al 37,1% en hogares a cargo de un hombre; una diferencia de 6 puntos. 

“En prospectiva, las mujeres jefas de hogar tienen proyecciones más pesimistas frente al futuro que los hombres jefes de hogar, donde el 39,5  % de las mujeres en este rol manifiestan que su situación económica va a ser peor o mucho peor dentro de 1 año; en cambio esta cifra disminuye para los hombres jefes de hogar a un 36,4 %”, señala el análisis.

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Al revisar los ingresos también se perciben diferencias. Mientras que en los hogares liderados por hombres el ingreso per cápita es superior al promedio ($1.241.250), llegando a $1.338.390, el de los hogares con jefatura femenina es de $1.123.251. Esto indica que por cada peso per cápita de ingreso de las mujeres jefes de hogar, los hombres jefes reciben 1,19 pesos más.

Seguridad alimentaria

El 43,6 % de los hogares liderados por mujeres expresó preocupación por la escasez de alimentos; el 35,4 % no pudo acceder a alimentos saludables, el 39,5 % consumió una variedad limitada de alimentos, el 22,5 % se vio obligado a omitir una comida diaria, el 30% mencionó ingerir menos alimentos de lo necesario y el 13,5% experimentó la falta total de alimentos. 

En hogares con jefatura masculina, los porcentajes fueron ligeramente inferiores: el 37,1% se preocupó por la falta de alimentos, el 30 % no pudo consumir alimentos saludables, el 33,7 % experimentó una variedad reducida de alimentos, el 18,2% tuvo que saltarse una comida, el 24,1% comió menos de lo necesario, y el 10,4% sufrió la falta absoluta de alimentos.

La encuesta mide también otros eventos que evidencian vulnerabilidad, siendo el más frecuente que en los últimos 12 meses el 8,2% de los hogares colombianos se atrasaron en el pago de los servicios públicos. Al profundizar, se puede notar que en el caso de la jefatura femenina es del 9,5 %, y en el caso de la masculina, es del 7,1%. El segundo evento que más aconteció fue la pérdida del empleo; entre los jefes de hogar liderados por una mujer soltera, el 7 % entró en condición de desempleo, frente a un 5,4% en el caso de los hombres soltero.

Cuidado e inclusión financiera

Las mujeres jefas de hogar concentran mayoritariamente su tiempo en los oficios de la casa respecto a los hombres, incluso en más proporción que realizando actividades remuneradas. 

En una semana promedio, el 46,9 % de las jefas de hogar se dedicó a tareas domésticas en comparación con el 27 % de los hombres; por su parte, el 45,3% de ellas ocupó la mayor parte al trabajo remunerado frente al 64% de los hombres.

En Colombia, la desigualdad económica marcada entre hombres y mujeres se ve reflejada desde las condiciones de empleo y desempleo. 

De acuerdo con el Dane, la diferencia de tasa global de participación (TGP) en el trimestre de diciembre 2023 a febrero 2024 entre hombres y mujeres fue de 24,8 puntos porcentuales, donde los hombres tenían un 76,5% y las mujeres un 51,7 % .

En torno a estas diferencias, la Asobancaria, en su informe sobre la jefatura femenina en Colombia y la inclusión financiera precisó que es necesario fortalecer del liderazgo femenino para que las mujeres puedan acceder a servicios financieros. 

La inclusión financiera es un facilitador para reducir la pobreza extrema y promover círculos de prosperidad social. Esto se debe a que proporciona a las personas la oportunidad de acceder a productos y servicios que satisfacen sus necesidades. Sin embargo, este proceso se ve limitado por brechas desde la oferta y la demanda”.

Para la Banca de las Oportunidades, las cifras relativas al acceso a productos financieros revelan disparidades entre mujeres y hombres. 

En 2022, el acceso fue del 88,7 % para las mujeres y del 95,6 % para los hombres, evidenciando una brecha de género. En el uso de productos financieros, la disparidad persiste, el 74,9 % de las mujeres utilizan estos servicios, mientras que en los hombres esta cifra asciende al 79 %. En el acceso al crédito, la diferencia también es considerable, pues para las mujeres es del 34,2 %, mientras que para los hombres es del 38,1 %.

Emprendedoras

Hay que tener en cuenta que muchas de las mujeres cabezas de hogar buscan, a través de emprendimientos, sacan a sus familias adelante. 

En otro estudio de la Fundación WWB Colombia, el Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM) y la Universidad Icesi, se indicó que 27 de cada 100 personas emprendedoras en el Valle superaban los 55 años. 

Este informe sobre emprendimientos en contextos vulnerables de Cali señaló que el 61 % de los negocios estaba a cargo de mujeres y el 78,5 % era para ingresos familiares.

​CAROLINA BOHÓRQUEZ
​CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
​CALI

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2024-05-26 23:40:00
En la sección: EL TIEMPO.COM -Colombia

Publicado en Colombia

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