“Yo creo que es fácil destruir, lo más difícil es construir”, afirmó el alcalde de Ipiales, Nariño, Amílcar Pantoja, en una reunión con los habitantes de los barrios que protestan y realizan bloqueos de vías, ante la falta del servicio de agua potable en esa ciudad limítrofe con el Ecuador.
Conforme a los criterios de
Al enfrentar la primera gran crisis de su administración, el funcionario debió decretar el toque de queda y la ley seca en el municipio en la noche del sábado 20 de julio, en medio del malestar generalizado de la comunidad.
El toque de queda se volverá a aplicar este domingo 21 de julio entre las 9:00 de la noche y las 5:00 de la madrugada del lunes 22 de julio, al tiempo que la ley seca estará en vigencia hasta las 6:00 de la madrugada del lunes.
Las drásticas medidas ya comenzaron a dejar las primeras consecuencias negativas para la economía del municipio.
Más de 2.000 atletas de Nariño y del vecino país del Ecuador que se habían inscrito para participar este domingo en la primera carrera atlética por las calles de la ciudad, debieron cancelar su asistencia al evento deportivo.
Con el fin de atender la emergencia sanitaria en la ciudad, el alcalde recalcó que se cuenta con siete carrotanques para la distribución del líquido en los sectores más afectados por el desabastecimiento, entre esos los vehículos de los municipios de Pupiales y Túquerres, al igual que la disponibilidad de las plantas de tratamiento de agua de Pupiales, Aldana, Potosí, Carlosama y Cumbal.
En ipiales se viven momentos de tensión.
Foto:
Sin embargo, denunció que en la noche del viernes los conductores de los carrotanques fueron agredidos por los habitantes de los barrios, y hasta llegaron a quitarles las llaves para evitar que distribuyeran el agua a los vecinos.
“En el momento en que nosotros maltratemos a alguna persona, dañemos un vehículo los alcaldes de los municipios que nos están colaborando van a decir eso no está bien”, recalcó.
Luego precisó que “esta es la gran oportunidad para demostrar que los ipialeños somos gente correcta y que tratamos bien a la gente”.
Reconoció además que el sistema de acueducto del municipio es “viejo y obsoleto”, señalando también que en algunos sectores fue necesario cerrar seis válvulas “con el fin de evitar que la gente siga tomando el agua y deje sin agua a otros habitantes”.
Indicó que según un estudio adelantado por la Empresa de Obras Sanitarias de Pasto, Empopasto, el agua con el que se abastece a la comunidad es potable a pesar de las redes antiguas de conducción existentes.
Hizo referencia a la construcción de la nueva planta de tratamiento que se venía planteando hace varios años, pero que solo empezó a ejecutarse en julio del año pasado y debía entregarse en julio del presente año, insistió que eso no ha ocurrido porque hay un faltante de 3.000. millones de pesos que la administración municipal los está buscando.
Sobre la citada obra que tiene un costo de 32.000 millones de pesos, recalcó que no es la solución definitiva al problema.
Insistió que la solución a un corto plazo para enfrentar la emergencia radica en la construcción de dos pozos profundos, mientras que a un largo plazo plantea tener como nueva fuente de abastecimiento del acueducto el río Carchi, obra que demandaría una inversión de 60.000 millones de pesos aproximadamente.
Actualmente el acueducto se abastece de las aguas del río Blanco, cuyo caudal y calidad resultan muy obsoletos, lo que causa el desabastecimiento de agua en el barrio Puenes y aledaños ubicados en la zona alta de la ciudad.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2024-07-22 02:29:48
En la sección: EL TIEMPO.COM -Colombia