«Todo se compraba con oro: desde una libra de arroz o una de azúcar, hasta un ‘bom bon bum’ o un ‘rato’ sexual con una prostituta», afirman algunos campesinos del sector que no quisieron dar su nombre por temor. Este precioso mineral era la moneda de cambio a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, en medio de una espesa niebla que acariciaba hectáreas de vegetación y pequeños riachuelos con tonalidades amarillentas y plateadas, producto de la contaminación.
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El propósito, mantenerse con la energía suficiente en el Parque Nacional Natural Los Farallones de Cali, para extraer a toda costa, el oro de las minas ilegales, que según las autoridades, representan el combustible para el funcionamiento de grupos armados ilegales y bandas criminales en el suroccidente del país.
Y el mensaje que queremos dar es que lo de la COP16 no fue sólo flor de día. Seguimos demostrando que Cali está comprometida con el medio ambiente
Es por eso que en los últimos años la misión ha sido clara: acabar con la minería ilegal en este parque natural, considerado como la joya de la corona ambiental de la región, fuertemente golpeada por la contaminación, a través del uso de mercurio.
Aunque durante este 2024 la ofensiva por parte de la Alcaldía y la Fuerza Pública ha sido más agresiva, la del último fin de semana de noviembre fue una de las definitivas para cerrar algunas de las minas más grandes de la zona (‘El Feo’, ‘El Pataqueso’ y ‘El Paisa’). Por tal motivo, no escatimaron fuerzas ni personal para llevar a cabo esta labor antes de finalizar el año.
Álvaro Pretel, subsecretario de Seguridad y Justicia de Cali, contó que los últimos tres meses han adelantado con intensidad el cierre de diferentes minas ilegales de oro, por el deterioro ambiental al que estaba sometido el parque natural y el peligro en el que se encontraba el recurso hídrico de los caleños.
Las condiciones climáticas de las minas hacen difícil su acceso.
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La sola llegada hasta la zona donde se encuentran las minas ilegales, no es tarea sencilla. Se debe caminar entre 9 y 12 horas, acampar, soportar temperaturas que pueden llegar hasta los 4° en una altura de 3.400 metros sobre el nivel del mar.
«Los Farallones es donde nacen los siete ríos de nuestra ciudad. Lamentablemente este tipo de intervenciones donde se utiliza mercurio para extraer oro. Lo que hacen es comprometer la calidad del recurso hídrico«, comentó Pretel.
Además, considera que para atacar de raíz este tipo de economías ilícitas, se debe intervenir de manera contundente e integral. Es por eso que trabajan de manera conjunta en un operativo con Policía, Ejército, Ministerio de Ambiente, gobernación del Valle del Cauca y Parques Nacionales.
Varios ríos y quebradas han sido contaminados por el uso del mercurio.
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«Nunca se ha puesto un freno como lo hemos hecho en la administración Alejandro Eder. En esta Alcaldía nos propusimos cerrar y acabar este problema de raíz, por eso hemos hecho la implosión de 11 minas y 20 socavones durante estos meses. Estas minas que están aquí generaban alrededor de 159 mil millones de pesos. También emplearon una tonelada de mercurio, lo que generó una afectación muy grande», anotó el funcionario.
Impacto al crimen organizado
Para el subsecretario de Seguridad y Justicia, Álvaro Pretel, la implosión de las minas también hace parte de la lucha contra las bandas criminales que se lucran de esta actividad ilegal.
Autoridades hallaron varios elementos para la extracción ilegal de oro.
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«También estamos desarticulando las estructuras criminales. Ya tenemos algunas capturas de personas que hacen la fundición del oro y el proceso de lavado de este recurso. Y el mensaje que queremos dar es que lo de la COP16 no fue sólo flor de día. Seguimos demostrando que Cali está comprometida con el medio ambiente, que es nuestra bandera», expresó el funcionario.
Proceso de implosión
El mayor Gustavo Escobar, comandante del grupo de Especiales contra la explotación ilícita de minerales número 4, explica que antes de la implosión, primero verifican que al interior de las bocaminas no se encuentren personas, teniendo en cuenta que en estos lugares han hallado elementos como las motobombas que se encargan de generar la energía eléctrica, así como taladros, granuladores y artículos empleados para la minería ilegal.
La última mina en cerrarse fue ‘El Paisa’, para la cual fueron necesarias varias semanas para limpiarla y posteriormente, destruirla con explosiones controladas.
Las implosiones se realizaron de manera controlada.
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Andrés Mauricio Portilla, jefe de Carabineros y Protección Ambiental de la Policía Metropolitana de Cali, explicó que emplearon explosivos tipo anfo e indugel, a través de una técnica que permite desmantelar de manera controlada el macizo rocoso.
«Colocamos cargas de fondo y de columna con detonadores técnicos de alta precisión para fragmentar la roca y colapsar la estructura», agregó.
Reconciliación con la naturaleza
Desde la Alcaldía tienen claro que el solo cierre de las minas no es suficiente, sino que se requiere de una atención integral y seguimiento constante que impida el regreso de la delincuencia en esta zona, donde el manglar se abraza con el bosque y que alberga una extensa riqueza de fauna y biodiversidad.
El primer paso es recuperar las hectáreas afectadas por esta práctica ilegal, que requerirá de un amplio equipo de trabajo interinstitucional. El propósito es ‘blindar’ la naturaleza y el medio ambiente, tal como lo había manifestado el alcalde de Cali, Alejandro Eder.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2024-12-02 19:25:00
En la sección: EL TIEMPO.COM -Colombia