La Familia del reconocido ganadero Víctor Julio Velázquez Rodríguez vive un angustioso drama, tras su secuestro el pasado 5 de diciembre en zona rural de Curumaní (centro del Cesar). Su esposa e hijos hacen un llamado urgente a los captores para que traten con humanidad al adulto mayor, quien requiere tratamiento médico constante.
“Pedimos a quienes tienen secuestrado a mi padre respeten su vida. Si mi padre tiene sed, denle de beber. Si tiene hambre, denle de comer. Si tiene sueño, permítanle dormir bien. Mi padre es un hombre de la tercera edad, con quebrantos de salud, pedimos que no lo dejen sufrir, que lo liberen prontamente”, comentó entre lágrimas, Wilfrido Velázquez, hijo del ganadero.
El día del secuestro, Velázquez Rodríguez, de 70 años de edad, se encontraba en su finca ‘Los Corazones’, ubicada cerca al perímetro urbano de Curumani. Ese día, estaba ordeñando varias vacas en compañía de dos trabajadores y una persona que realizaba reparaciones a una báscula.
Al lugar, irrumpieron abruptamente cinco hombres encapuchados, fuertemente armados. Tras amarrar al ganadero y amordazaron a tres personas más que se encontraban en el predio, se llevaron a Velázquez en un vehículo Renault 12 color crema.
“Los hombres preguntaron quién era el dueño del predio. Mi padre respondió inocentemente que era él. Entonces lo amarraron, lo amordazaron y se lo llevaron en el carro con rumbo desconocido. A dos trabajadores y una persona que estaba realizando reparaciones a una báscula, también los amordazaron y los amarraron. Uno de los trabajadores logró quitarse la cinta que tenía en la boca y llamó a uno de mis hermanos”, comentó el hijo del ganadero.
Víctor Julio llegó a Curumaní hace aproximadamente 50 años desde su tierra natal Convención (Norte de Santander). Comenzó a trabajar como un campesino más de esa región, labrando la tierra y sembrando cultivos de maíz, yuca y plátano. Con el tiempo, adquirió una finca de 30 hectáreas y se dedicó a la ganadería, siempre manteniendo su esencia campesina.
Su familia lo define como un hombre humilde, generoso, dedicado a las labores del campo y solidario con quienes requieren de su ayuda.
“Mi padre es un campesino neto. Lo poco que ha logrado tener en la vida ha sido fruto de su gran esfuerzo. Es una persona sencilla, se moviliza en motocicleta, su espíritu solidario le ha creado una cercanía con la comunidad. Su casa es la casa de todos, cuando alguien requiere de su ayuda, siempre se solidariza con las necesidades de los demás”, recalca otro de sus hijos.
Desde el día del secuestro del ganadero, su esposa Carmen Emilse Durán y sus seis hijos, tres mujeres y tres varones, están agobiados por su ausencia. La preocupación que les asiste en que Velázquez Rodríguez sufre quebrantos de salud propio de su edad. Requiere de un tratamiento permanente y suplica a los captores para que le suministren la medicación que necesita.
“Requiere dos tabletas diarias de Prednisona 50 miligramo, por siete días. También toma Fenalgex, Nutrilite Double, complemento dietrio Gordy Gold. Desde el momento de su secuestro, nadie se ha comunicado con nosotros. Les pedimos a quienes tengan a mi padre que le faciliten esta medicación que son las primordiales para su salud”, destacó otro de los hijos del ganadero.
Comunidad rechazó el secuestro del ganadero
El pasado fin de semana, la comunidad de Curumaní y delegaciones de los municipios vecinos de Chiriguaná, Pailitas, Pelaya, El Carmen (Norte de Santander) se unieron en una emotiva marcha, exigiendo su liberación y mostrando su solidaridad con la familia afectada. La situación es crítica y el clamor por su liberación resuena en cada rincón de Curumani.
“Hacemos un llamado para que una delegación humanitaria pueda ayudarnos en este proceso de liberación. A mi padre, donde quiera que esté, que sepa cuanto lo extrañamos y lo queremos. Confiamos en Dios para que esta pesadille termine pronto y mi padre pueda celebrar la navidad con toda la familia”, resaltó Wilson Velázquez Durán.
Mantienen recompensa
El Alcalde de Curumaní, Hermes Martínez, detalló que en la zona se viene registrando un despliegue de operativos tras el secuestro del ganadero. En el municipio se realizó recientemente un Consejo de Seguridad donde se estableció una recompensa de $30 millones de pesos por parte de la Gobernación del Cesar para quienes aporten información sobre el paradero del secuestrado.
«Tras el secuestro, se realizó en Curumaní un Consejo de Seguridad con la participación de diversas autoridades. La Policía y el Ejército han estado trabajando de manera conjunta, y hemos recibido refuerzos del Gaula, el Grupo de Operaciones Especiales de Seguridad (Goes), la Policía de Turismo y Carabineros, sumando cerca de 46 uniformados que están apoyando la búsqueda y liberación del señor Víctor Julio Velázquez», explicó Martínez.
Curumaní tiene 45 habitantes, quienes en años anteriores sufrieron muchos embates violentos. Uno de estos episodios se registró el 5 de diciembre del 2005 cuando ocurrió la masacre en la vereda Lama Verde, situación que la comunidad no quieren volver a vivir.
“Yo también soy víctima de la violencia, ya que mi padre, Hermes Martínez Palomino, fue asesinado por las Farc en el año 2002. Durante los últimos años, Curumaní ha estado calmado, pero estos hechos recientes nos llenan de preocupación. En este momento la Gobernación está construyendo una sede de la estación de policía. Tenemos 52 cámaras habilitadas para la seguridad, pero necesitamos un aumento de pie de fuerza por parte de la Dirección Nacional de Policía”, puntualizó el mandatario.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para EL TIEMPO
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2024-12-09 17:05:00
En la sección: EL TIEMPO.COM -Colombia