Varios países, incluidos Reino Unido, Noruega, Alemania y Francia, así como otras naciones de la Unión Europea, han ofrecido entrenamiento a soldados y oficiales ucranianos. Uno de ellos, con el nombre de guerra Mara, forma parte de la 114 Brigada de Defensa Territorial de Ucrania, que combate la invasión rusa. En otoño de 2023, realizó un entrenamiento básico de dos meses en Francia.
«A veces, los instructores occidentales no entienden el tipo de guerra que estamos librando. Ellos están acostumbrados a luchar contra terroristas que no tienen tanques, artillería ni drones», explica. Mara echó en falta más formación en el uso de drones y medicina táctica, mientras que consideró innecesario el ejercicio de montar y desmontar un campamento. «Aquí nadie hace eso. Todos nos refugiamos en trincheras. Cuando empieza el bombardeo de artillería, nos escondemos en los agujeros, no nos ponemos a desmontar tiendas de campaña», relata.
Según él, lo más útil fueron los entrenamientos de tiro: «Tanto de noche, con dispositivos de visión nocturna, como con obstáculos y en zonas urbanas». También le impresionó un ejercicio de escape de cautiverio en una ciudad construida especialmente para el entrenamiento, del tamaño de un distrito de Kiev. «Había edificios en ruinas, condiciones muy similares a las que enfrentamos en Ucrania«, señala.
Otro elemento llamativo fue la simulación en el sistema de alcantarillado de esa ciudad de entrenamiento. «Teníamos que establecer una emboscada y descendimos allí. El hedor era insoportable porque los instructores habían esparcido carne podrida. Nos dijeron que en la guerra tendríamos que arrastrarnos sobre cadáveres. Y, efectivamente, cuando regresamos a Ucrania, tuvimos que hacerlo de verdad». Según Mara, este entrenamiento psicológico ayudó a su unidad a mantenerse operativa incluso en condiciones extremas.
Intercambio de experiencias
«Nos enseñaron lo básico: cómo manejar las armas y disparar correctamente. Pero no diría que todo fue útil», recuerda un soldado de la Guardia Nacional que estuvo en Poloniaen octubre de 2024.
«Desde el primer momento, los instructores dijeron que se trataba de un intercambio de experiencias. Nos transmitieron sus conocimientos y nos pidieron que les contáramos cómo era nuestra realidad», explica. En ese momento, su unidad aún no tenía experiencia en combate: «Básicamente, solo estábamos descubriendo quién sabía hacer qué».
Otro aspecto que se suponía que se entrenaría en el extranjero era la coordinación en una rotación en el campo de batalla. «¿Cómo se puede hablar de coordinación si veo a mis compañeros por primera vez?», cuestiona un soldado de la 153 Brigada Mecanizada Independiente, que recibió formación en Alemania.
Según él, enviaron a una unidad recién creada al entrenamiento, lo que no tenía sentido. «Nos entrenaron instructores estadounidenses que intentaron transmitirnos conocimientos, pero no tienen experiencia en nuestra guerra». Además, en Alemania se les entrenó en el uso de morteros estadounidenses, pero en el frente solo disponían de morteros ucranianos, lo que obligó a los soldados a recibir formación adicional una vez de regreso.
Entrenamientos con armas occidentales
Danylo Chrebtov, soldado de la 35ª Brigada de Infantería de Marina, valora positivamente su entrenamiento en Noruega, donde en 2022 aprendió a manejar el sistema de misiles Hellfire, que posteriormente recibió su unidad.
«Los instructores habían estado en Afganistán y tenían experiencia en combate. Queríamos aprender lo máximo posible de ellos», recuerda.
El curso de dos semanas combinó teoría y práctica: «Trabajamos directamente con el equipo, disparamos al mar y a objetivos en movimiento», explica.
Sin embargo, Chrebtov también observó problemas en la selección de los soldados enviados al entrenamiento. Según él, tres militares de su grupo asistieron a la formación solo por tener conexiones familiares con oficiales de alto rango. «Cuando regresaron a Ucrania, se quedaron en la retaguardia. En su lugar, podrían haber recibido formación soldados dispuestos a ir al frente», critica.
En el campo de batalla, el sistema Hellfire resultó valioso para su unidad. «Pudimos destruir una fortificación rusa», recuerda Chrebtov, quien recibió una condecoración militar tras esa misión.
Problemas imprevistos en entrenamientos
No siempre la formación en el extranjero coincide con el programa anunciado. Un soldado de la Defensa Territorial que fue entrenado en Eslovaquiaen julio de 2023 relata que sus comandantes le prometieron formación en «las armas y equipos más modernos» y en medicina táctica.
«Pero resultó que nos dieron una formación básica, como para reclutas. Nuestros compañeros se sintieron un poco decepcionados», explica.
Ante las quejas, los instructores modificaron el programa e incorporaron especialistas en entrenamiento táctico. A partir de entonces, los soldados entrenaron con el equipo soviético remanente en el ejército eslovaco, lo que resultó más útil.
A pesar de esto, el soldado considera que el entrenamiento fue demasiado largo: «Duró un mes entero. Nos parecía que solo estábamos perdiendo el tiempo. Por otro lado, podría decirse que tuvimos un mes de descanso de la guerra. Estábamos en un lugar con una naturaleza hermosa, sin alarmas aéreas», concluye.
(gg/ers)
Fuente de TenemosNoticias.com: www.dw.com
Publicado el: 2025-02-26 15:56:00
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