El choque de trenes entre los gigantes egos de Donald Trump y Elon Musk que muchos anticiparon cuando nació la alianza entre el republicano y el hombre más rico del mundo ha llegado y en forma de una explosión monumental y de efectos impredecibles.
Menos de una semana después de que el padre de Tesla y Space X abandonara formalmente su trabajo como «empleado especial del Gobierno» de Estados Unidos en una rueda de prensa conjunta donde todo fueron halagos y elogios, el presidente y él se han enzarzado en la más pública de las disputas y en ataques mutuos de una ferocidad inusitada. El presidente ha amenazado con dejar a las empresas de Musk sin contratos públicos ni subvenciones y el empresario ha replicado poco después asegurando que el republicano aparece en los archivos del depredador sexual Jeffrey Epstein y que esa es la razón por la que no se han hecho públicos».
El deterioro de lo que durante unos meses fue una relación de ensueño este jueves ha sido vertiginoso. Ha empezado en una comparecencia en el Despacho Oval, donde Trump recibía al canciller alemán, Friedrich Merz, Trump se ha confesado «profundamente decepcionado» con Musk, que lleva varios días intensificando y afilando sus críticas al megaproyecto de ley presupuestaria del republicano, la llamada «gran bella ley» que Musk denuncia como una «abominación repugnante» por el aumento del déficit que representaría.
«Teníamos una gran relación, no sé si la seguiremos teniendo», ha llegado a decir Trump sobre el milmillonario, que fue su principal donante de campaña y durante los 130 primeros días de su mandato estuvo al frente del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), recortando programas y personal.
No mucho después, y conforme Musk respondía también con duros ataques y críticas a Trump, el presidente recrudecía el asalto y llegabar a sugerir poner fin a contratos públicos con empresas de Musk y subvenciones. Además, aseguraba también que Musk se estaba «desgastando», que fue él quien decidió pedirle que saliera del gobierno y que el empresario se había vuelto «loco«.
Musk, por su parte, contestaba no menos gallito y tras decir con sarcasmo que «esto no hace más que mejorar» y colgar unos emoticonos de partirse de risa respondía a Trump: «adelante, hazlo si te atreves». Lo hacía reposteando un mensaje que recordaba que cortar contratos con Space X, por ejemplo, sería el fin de la Estación Espacial Internacional.
Poco después llegaba lo que él mismo calificaba como «la bomba«: su afirmación sobre Epstein, a la que ha añadido el mensaje: «¡Ten un gran día, DJT!», las iniciales de Trump.
El choque no ha acabado ahí. Musk ha dicho que «a la vista de la declaración de Trump sobre cancelación de contratos», iba a ordenar el desmantelamiento del programa Dragon, su sonda con la que recientemente rescató a los astronautas varados en la EEI.
Además, ha reposteado un mensaje de otro usuario que llama a sacar a Trump de la presidencia a través de un impeachment (que sería su tercer juicio político) y a sustituirlo por el presidente JD Vance.
Igualmente, ha criticado la estrategia de guerra comercial de Trump, asegurando que sus aranceles «provocarán una recesión en la segunda mitad del año»
Caída en bolsa de Tesla
Esta guerra de cuchillos verbales y retóricos lanzados a las yugulares que luego han escalado a las graves amenazas y acciones escala por minutos. Y es un combate que ya ha empezado a dejarse sentir de forma negativa en la cotización en el precio de acciones de empresas de Musk como Tesla, que han perdido el 14%.
Ya antes de las amenazas Trump había sugerido que Musk se opone a la ley omnibús, que es una pieza clave de su agenda política que zozobra y está poniéndole claramente nervioso, por su propio interés personal y de sus negocios. Había minimizado además el papel que el titan de Silicon Valley jugó en su reelección, diciendo que habría ganado en Pensilvania incluso sin el potente respaldo del milmillonario y había insinuado que lo que le pasa es que echa de menos el Despacho Oval.
«Ingrato»
Nada de eso había quedado sin respuesta y Musk se ha pasado toda la comparencia, y tiempo después una vez que ha concluido la retransmisión en directo, dando respuestas al presidente. «Sin mí Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara Baja y los republicanos estarían 51-49 en el Senado» ha escrito en X antes de responderse a sí mismo justo después para añadir: «cuánta ingratitud».
Antes Musk había usado, por ejemplo, expresiones de desdén a acusaciones de Trump como un despreciativo «‘whatever'» (cuya traducción puede ser un «pues vale» despectivo) y seguía denunciando la ley y algunos de sus aspectos, como el recorte de incentivos para vehículos eléctricos mientras se mantienen intactos los subsidios a combustibles fósiles.
Musk incluso llegaba a acusar al presidente de faltar a la verdad cuando ha dicho que él conocía de antemano los detalles de la propuesta de ley. «¡Falso!», ha escrito el empresario. «Nunca, ni siquiera una vez, se me enseñó este texto que se aprobó (en la Cámara Baja) en plena noche tan aceleradamente que casi nadie en el Congreso pudo leerla».
La fortuna y la política
Trump también ha comparado a Musk con otros antiguos colaboradores que, una vez que dejaron el gobierno, empezaron a mostrarse hostiles con él. Entre esos y Musk, no obstante, hay una diferencia significativa. Nadie en el mundo tiene una fortuna como él. Y hace un par de días ya sugería que puede volver a usarla para tratar de influenciar en las elecciones, esta vez poniendo dinero en campañas para las legislativas de noviembre del año que viene contra republicanos que han votado ya o voten a favor de la propuesta de ley.
Este jueves, Musk seguía señalando a un camino en que su dinero puede hacer daño a Trump y su partido. Y fijaba en su perfil de X un mensaje con una encuesta en la que pedía sí o no a una pregunta: «¿Es hora de crear un nuevo partido político en EEUU que de hecho represente al 80% en el medio?»
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-06-05 14:08:00
En la sección: El Periódico – internacional