Habitaciones del pánico en las escuelas, la radical solución contra los tiroteos en Estados Unidos | elperiodico.com

A finales de mayo de 2022, Kevin Thomas recibió una llamada de su mujer Kristen, que lloraba al otro lado del teléfono. «Tienes que arreglar esto«, le pidió. Su esposa acababa de ver en las noticias un reportaje sobre la masacre en la escuela Robb Elementary de Uvalde (Texas) en la que el 24 de mayo murieron 19 niños de entre 7 y 10 años y dos adultos. El horror de las armas de fuego no da respiro en Estados Unidos, pero Thomas, de profesión contratista, tenía una idea en mente. «Sé que si empiezas no te detendrás hasta que termines», le animó de nuevo Kristen, explica el hombre a ‘The Washington Post’. Tras meses de trabajo, un centro educativo de primaria de Alabama ha presentado su invento: una habitación del pánico plegable a prueba de balas donde los estudiantes y maestros pueden esconderse en caso de que se produzca un tiroteo.

A simple vista es una pizarra blanca y la profesora de educación especial Hali Marquette de la escuela West Elementary de Cullman escribe en ella, que hace esquina de forma estratégica. En caso de tiroteo, solo hay que tirar de una manija situada en el centro y en 10 segundos se convierte en un refugio de cuatro paredes y una puerta que no tiene manilla en el exterior, para que el atacante no pueda abrirla. Desde el interior, donde caben hasta 30 personas, se cierra con llave. «Es así de fácil«, explica la maestra a ‘ABC 33/40’ tras desplegar la habitación antibalas en un santiamén.

No es una pizarra, sino placas balísticas que detienen la mayoría de disparos

Marquette no escribe sobre un plástico cualquiera, sino una placa balística de metal duro y otros materiales que puede detener los disparos de la mayoría de pistolas y rifles. De hecho, garantiza el nivel 3 de protección del Instituto Nacional de Justicia (NIJ) de Estados Unidos. Es decir, solo podría atravesar esas paredes un arma perforante, los cuales tienen uso militar.

La escuela West Elementary de Cullman ya ha instalado dos habitaciones a pruebas de balas. La construcción de ambas costó unos 47.000 euros, ha indicado Thomas en diferentes medios de comunicación estadounidenses. El contratista espera recibir fondos de otros estados, como lo ha hecho Alabama, para extender los refugios blindados a centros educativos de todo Estados Unidos. Es más, también quiere hacer refugios más grandes para cafeterías y gimnasios.

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Pese a ser una solución radical, Thomas ve las habitaciones del pánico plegables como «algo temporal». «Esta es una forma de ganar tiempo hasta que nosotros, como comunidad y país, encontremos una solución a la problemática de las armas de fuego», denuncia el contratista. «Tenemos que hacer saber a los padres de los niños de Uvalde, Sandy Hook, Columbine y todos los demás que han perdido a sus hijos por una bala en las aulas que les escuchamos y que vamos a hacer algo porque no podemos depender del Gobierno», manifiesta.

En lo que va de año ya se han registrado 11 incidentes con armas de fuego en escuelas norteamericanas, los cuales se han saldado con 6 víctimas mortales. Estados Unidos considera como tiroteos masivos aquellos que causan la muerte de más de cuatro personas. Desde el año 2000, se han producido 16 masacres que han provocado 178 muertos en centros educativos.