Chicago, Nueva York, Atlanta, Austin, San Antonio, San Luis, Raleigh, Las Vegas, Mineápolis, Eugene, Seattle… La mecha de las protestas contra la endurecida y agresiva política de detenciones de inmigrantes del presidente Donald Trump que prendió el fin de semana en Los Ángeles se extiende, cada vez con más fuerza, por ciudades de todo Estados Unidos.
Lo hace también la tensión por la respuesta militarizada del mandatario y el rechazo a ese peligroso paso, otro más en la deriva autoritaria de Trump. El republicano ha exagerado desde el sábado la destrucción asociada a las manifestaciones para desplegar sin que se lo pidieran las autoridades locales a cerca de 5.000 militares reservistas y en activo en la principal urbe de California y la segunda de todo el país.
Los Ángeles se ha convertido así en el laboratorio del reto de Trump al poder de gobiernos estatales y locales gobernados por demócratas y al sistema constitucional y democrático. Y las protestas que crecen en la metrópolis y a lo largo y ancho del país van subiendo la temperatura ante manifestaciones organizadas en todo EEUU para el sábado, cuando Trump ha decidido marcar el 250 aniversario del nacimiento de la Armada coincidiendo con su 79 cumpleaños con un enorme desfile militar en Washington DC. El lema común de las manifestaciones es “No kings”, un rechazo a los reyes.
Respuesta de California
En Los Ángeles los efectivos militares desplegados tienen de momento la misión y autoridad limitada a proteger empleados y propiedades federales. Trump, no obstante, no deja de emplear retórica que le abriría las puertas a invocar la Ley de Insurrección, que daría la opción de que las Fuerzas Armadas realicen acciones policiales contra ciudadanos estadounidenses en su propio territorio, algo que sin esa norma impide la Ley Posse Comitatus.
La estrategia transparente de Trump ya ha llevado al gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, a pedir a los tribunales que frenen al presidente. Newsom, con claras aspiraciones presidenciales para 2028, ofreció además el martes un discurso donde acusó al presidente de “abuso descarado de poder” y habló de “un momento peligroso para la democracia” en EEUU.
Toque de queda
La alcaldesa de Los Ángeles, la también demócrata Karen Bass, ha dado sus propios pasos para tratar de frenar la escalada y dejar sin argumentos a Trump. El martes por la noche impuso un toque de queda nocturno, entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana, en la zona del ‘downtown‘ de Los Ángeles que ha sido el centro de las protestas, en las que ha habido estallidos de violencia pero que han estado siempre muy lejos de representar una crisis grave. La medida afecta a alrededor de 2,5 kilómetros cuadrados en una ciudad que se extiende por más de 1.200 kilómetros cuadrados.
Con ese toque de queda en vigor la noche del martes las protestas fueron mucho menores en intensidad y participación, se redujo considerablemente el vandalismo y se dispararon el número de detenciones. La alcaldesa ha adelantado que la medida seguirá aplicándose mientras lo considere necesario.
División política
Frente a la resistencia de líderes demócratas en California Trump cuenta con aliados republicanos en estados como Texas. Allí el gobernador Greg Abbott anunció el martes por la noche que desplegará la Guardia Nacional para responder a las protestas, convirtiéndose en el primer gobernador que pide a Trump el apoyo de los militares.
Ron Nirenberg, alcalde demócrata de San Antonio, una de las localidades texanas donde ha habido manifestaciones y se anticipan más, ha dicho este miércoles que esa presencia de militares es innecesaria y ha hablado de “teatro y provocación”.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-06-11 12:17:00
En la sección: El Periódico – internacional