Tras ascender el pasado marzo gracias a su posición en la escena internacional, la popularidad de Emmanuel Macron, volvió a su tendencia habitual en el último mes. Según el nuevo barómetro publicado por Odoxa para el medio Public Sénat, el presidente francés recibe ahora un 73% de opiniones negativas.
«Más de tres cuartas partes de los simpatizantes de izquierda (79% del La Francia Insumisa y 76% del Partido Socialista), el 92% de los simpatizantes del Reagrupación Nacional y el 58% de los simpatizantes del Los Republicanos, cuyo partido apoya sin embargo al Gobierno, consideran que ‘no es un buen presidente'», explica Gaël Sliman, presidente de Odoxa. Una caída que podría deberse al reciente anuncio de un plan de recortes para atajar el desbordado déficit público del país.
Hasta ahora, las tensiones internacionales habían impulsado la popularidad de Macron, situándole en un 31% de índice de aprobación. Esto suponía 7 puntos más que en febrero, pero sobre todo, era la primera vez que volvía al nivel en el que se encontraba antes de su anuncio de la disolución de la Asamblea Nacional a principios de junio, que provocó la caída en picado de su índice de reconocimiento. Un ‘efecto bandera‘ que le ha durado poco al inquilino del Palacio del Elíseo, que ve cómo su popularidad cayó en abril cuatro puntos en comparación con el mes anterior.
Un espejismo
Al aumento de popularidad en un contexto de tensiones internacionales, los expertos lo llaman ‘efecto bandera’. La guerra en Ucrania y las cuestiones relacionadas con la defensa europea, en un momento en el que Estados Unidos amenaza con retirarse del Viejo Continente, ayudaron durante unos meses al inquilino del Elíseo a mejorar ligeramente su popularidad entre los franceses. En febrero, el 45% de los encuestados opinaba que Macron defendía bien los intereses de Francia en el exterior.
Este efecto es bien conocido en el país, especialmente cuando suceden crisis en las que se pone en juego el interés nacional, generando un efecto directo en la opinión pública. Un ejemplo muy claro tuvo lugar entre marzo y abril de 2020, durante la crisis del covid, cuando la popularidad del presidente francés creció de golpe 13 puntos.
En 2022, durante el inicio de la guerra en Ucrania y en plena campaña presidencial, se volvió a producir una nueva subida, que ayudó a Macron a superar el 30% de las intenciones de voto en la primera vuelta. En la actualidad, la amenaza rusa se ha convertido en una de las principales preocupaciones entre los franceses, y las tensiones internacionales han experimentado un salto de 16 puntos, situándose en tercer lugar (33%), por delante de la inmigración y la delincuencia.
Una preocupación que el presidente utiliza para su beneficio. A finales de febrero, se volvió a producir ese ‘efecto bandera’ durante su visita a Washington, días antes de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fuera humillado en el despacho Oval por Donald Trump y J.D. Vance. De aquello, Macron obtuvo cierto rédito, ya que los franceses veían positivamente la implicación internacional de su presidente y el liderazgo de Francia en las negociaciones por la paz en el país eslavo. Esto se tradujo en el segundo aumento de popularidad más importante del presidente desde su llegada al Palacio del Elíseo.
Ahora, los nuevos sondeos vuelven a situar a Macron en un lugar indeseado, devolviéndole al mismo lugar que hace unos meses, cuando decidió disolver la Asamblea Nacional, en junio de 2024.
François Bayrou pincha entre los franceses
Acompañando a Macron en las tinieblas de la impopularidad también se encuentra su mano derecha, el primer ministro, François Bayrou, quien desde su llegada al Palacio de Matignon no ha conseguido el favor de los franceses. Desde que asumió el cargo a finales de 2024, Bayrou ha perdido siete puntos, recibiendo sólo un 23% de opiniones positivas. La puntuación más baja medida para un jefe de Gobierno en los últimos 10 años, según el barómetro Odoxa publicado el pasado mes de marzo.
Los últimos escándalos, como el ‘affaire Bétharram’, y el contexto económico nacional tampoco le han ayudado demasiado. Hace un mes, el primer ministro anunció un plan drástico para recortar 40.000 millones de euros y reducir el déficit público de Francia, que dobla el límite del 3% establecido por Bruselas, un ajuste que no ayuda en absoluto en los sondeos de popularidad.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-05-25 06:00:00
En la sección: El Periódico – internacional