En 2021, Donald Trump se quejó públicamente de que Bitcoin era una «estafa contra el dólar» cuyo valor «es muy volátil y se basa en el aire». Lo que entonces era una denuncia se ha convertido ahora en una oportunidad de negocio para él y su familia. Cuatro años después de esa crítica, el autoproclamado «presidente de las criptomonedas» está utilizando su segundo mandato al frente de Estados Unidos para satisfacer a los aliados tecnológicos que financiaron su contienda electoral con una profunda desregulación del sector, pero también para engordar su fortuna personal.
En los últimos meses, el clan Trump ha impulsado una serie de criptoproyectos que han abierto las puertas de la Casa Blanca a la corrupción. El último y más polémico es la subasta de una cena exclusiva este jueves con el presidente en su club de campo a las afueras de Washington para los 220 mayores poseedores de $TRUMP, una criptomoneda meme que lanzó el 18 de enero, dos días antes de la inaguración de su presidencia, y que ya indignó tanto a reguladores como a parte de la comunidad cripto.
Una criptomoneda meme o memecoin es un activo digital que tiene «poca o ninguna utilidad» –según advierte la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU– más allá de la especulación. Su valor inicial es cero y depende de la fama de su impulsor para hincharse artificialmente. Su volatilidad las ha hecho muy populares –véase dogecoin, catapultada por Elon Musk–, pero también peligrosas, lo que ha hecho que se las compare con los esquema Ponzi, un tipo de estafa piramidal. En sus primeras horas, $TRUMP disparó su valor hasta un máximo de 70 dólares, pero desde entonces este se ha precipitado un 82%.
Muchos pierden, Trump gana
La criptomoneda meme de Trump esconde una realidad dramática. Un 80% de los 67.000 pequeños inversores que apostaron por $TRUMP —muchos de ellos partidarios del movimiento MAGA sin conocimientos financieros— han perdido dinero sobre el papel, según un reciente análisis de ‘The Washington Post‘, mientras que solo un 3%, aliados del presidente incluidos, han obtenido ganancias, algunas incluso millonarias. Al no ser consideradas como valores por parte de la normativa financiera estadounidense, los promotores de este tipo de memecoins no están obligados a cumplir con las leyes que protegen a los pequeños inversores.
El gran beneficiado de todo este tinglado es Trump. Las criptomonedas que posee el presidente representan casi el 40% de su patrimonio neto, lo que equivale a aproximadamente 2.900 millones de dólares, según un reciente estudio de la organización State Democracy Defenders Action. La criptomoneda $TRUMP está gestionada por The Trump Organization, filial del negocio familiar del presidente, y otra empresa privada. Ambas poseen un 80% de las divisas y, aunque el desplome de su valor ha limitado sus ganancias, han encontrado otras vías para seguir haciendo dinero como el cobro de una tasa a los compradores. En total, las carteras de Trump han ganado 312 millones de dólares en ventas y otros 43 millones en comisiones.
La subasta de la cena, que se anunció cuando el proyecto había tocado fondo, ha revalorizado el token, una maniobra que en apenas dos días generó casi 900.000 dólares de beneficios para Trump y sus aliados, según Chainalysis. Múltiples expertos advierten que el presidente podría estar violando las leyes federales de valores, si bien es improbable que se le investigue. Trump ha desarticulado la normativa cripto adoptada por Joe Biden y ordenado a la Comisión de Bolsa y Valores y al Departamento de Justicia dejar de investigar los posibles abusos de empresas como Ripple, Coinbase o Robinhood, que regaron la campaña trumpista con miles de millones de dólares.
Influencia a subasta
Tanto demócratas como cada vez más republicanos han denunciado que el concurso para la «invitación más exclusiva del mundo» monetiza el acceso al presidente, una práctica inédita en el Despacho Oval que despierta inquietud por conflictos de interés y corrupción. Compradores de la criptomoneda han explicado a ‘The New York Times‘ que su intención es cenar con Trump para influir en su acción política. Uno de ellos es GD Culture Group, una pequeña empresa con vínculos con China y sin beneficios que el lunes anunció que había conseguido financiación de un inversor desconocido para comprar 300 millones de dólares de $TRUMP. Según ‘The Washington Post’, 88 de las 220 personas que cenarán con Trump probablemente no son estadounidenses, pues adquirieron la divisa a través de Binance, una plataforma de trading cripto originaria de China que dice no aceptar clientes de la primera potencia mundial.
El descarado afán de lucro personal de Trump también está teniendo consecuencias negativas. La subasta de una cena con el presidente este jueves ha hecho descarrilar la aprobación de una ley que beneficiaba a la floreciente industria de las criptomonedas y contaba con apoyo bipartidista. Además, los demócratas en el Senado tratan de pasar una ley que prohíba a funcionarios electos y al personal de alto rango del poder ejecutivo emitir o respaldar activos digitales. Incluso algunos empresarios e inversores del mundo cripto lamentan que la codicia de Trump está bloqueando avances para el sector.
Un negocio familiar
El presidente de EEUU no es el único Trump que está haciendo caja con proyectos sospechosos. Su esposa, Melania, también lanzó su propia criptomoneda meme en la víspera de la inauguración presidencial. Tras alcanzar un valor máximo de 13,76 dólares el día 20 de enero, su valor se ha desplomado un 93%. Sin embargo, un pequeño grupo de inversores ganó hasta 99,6 millones de dólares al comprar la divisa antes de que su lanzamiento se hiciese público y al revenderla cuando su valor se había catapultado, según ha descubierto una investigación del ‘Financial Times‘. La empresa detrás de la memecoin de la primera dama ya ha ganado casi 65 millones de dólares.
Conscientes de la posición de poder de su padre, Donald Trump Jr. y Eric Trump también están aprovechando para sacar tajando. Ambos participan en la gestión de World Liberty Financial, una opaca empresa en manos de la familia Trump y vinculada a criptoinversores investigados y con antecedentes penales que a principios de mayo recibió 2.000 millones de dólares en depósitos de un fondo de capital riesgo emiratí respaldado por el Gobierno de Abu Dabi, según destapó ‘The New York Times‘. La alianza, al igual que los regalos recibidos de Qatar, despierta temor a que la Casa Blanca esté vendiendo su influencia a régimenes extranjeros. Don Jr. y Eric también han lanzado la empresa de criptominería American Bitcoin, que la semana pasada anunció su salida a bolsa, una operación que, según el diario, «podría allanar el camino para que los operadores, incluidos aquellos que buscan el favor del presidente Trump, inviertan en una entidad de la familia».
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-05-22 00:00:00
En la sección: El Periódico – internacional