¿Destrucción o retraso? El vicepresidente Vance solo asegura que los ataques han «retrasado sustancialmente» el programa nuclear iraní

Con el paso de las horas, las posiciones de las autoridades tanto de EE.UU como de Israel, que lleva bombardeado instalaciones nucleares y militares de Irán desde el pasado fin de semana, son más cautas.

Preguntado al respecto en una entrevista en la cadena NBC News, Vance se abstuvo de confirmar esa destrucción completa, pero mantuvo que se ha «retrasado sustancialmente».

«No voy a entrar en inteligencia sensible sobre lo que hemos visto sobre el terreno, pero hemos visto mucho y tengo confianza en que hemos retrasado sustancialmente su desarrollo de un arma nuclear y ese era el objetivo del ataque», dijo. Algunas autoridades iraníes han defendido que los ataques no son «irreversibles», otras que el resultado había sido un «daño severo».

Preguntado por cuánto tiempo retrasará la posible consecución de un arma nuclear, Vance tampoco dio detalles: «Muchos, muchos años«, respondió, «pero nuestro objetivo es que nunca sean capaces de tenerla».

Poco después, en otra entrevista, esta vez en ABC News, Vance tampoco quiso posicionarse sobre si el ataque había conseguido «dañar seriamente o destrozar» las instalaciones iraníes. «No sé bien cuál es la diferencia. Lo que sabemos es que hemos retrasado su programa nuclear sustancialmente».

El análisis inicial del ejército de Israel es que los ataques provocaron serios daños en la planta de enriquecimiento de uranio de Fordo, una instalación subterránea, que el propio Trump explicó que solo se podía destruir con su propio armamento. Se refería a la bomba anit-búnker, de casi 15.000 kilos de peso y que fue utilizada por primera vez en la historia este sábado. Pese a ello, las instalaciones no han sido completamente destruidas. Tanto los israelíes como los propios iraníes han asegurad que buena parte del uranio enriquecido en Fordo y el equipamiento de la instalación habían sido trasladados a otros lugares.

En la rueda de prensa de este sábado del Pentágono, el jefe del Estado Mayor, el general Dan Caine, aseguró que las tres instalaciones atacadas sufrieron «destrucción y daños severos», pero que era demasiado pronto para concluir si Irán mantiene o no capacidad nuclear.

Antes del ataque estadounidense, el análisis interno de EE.UU. consideraba que los ataques de Israel de la última semana habían debilitado la infraestructura nuclear de Irán para que no pudiera desarrollar un arma nuclear en un periodo de seis meses. Algunos análisis preliminares en EE.UU. apuntan a que los destrozos causados por EE.UU. inhabilitan a Irán para conseguir ese armamento nuclear durante un periodo de entre dos y cinco años.

Vance defendió que EE.UU. no está en guerra con Irán: «Estamos en guerra con su programa nuclear» y que la decisión de atacar de Trump fue porque los iraníes no estaban negociando «en buena fe», no se tomaron la diplomacia «con seriedad» y «nunca dieron una oportunidad real» a las negociaciones.