El conflicto de Ucrania y el regreso de Trump han supuesto un giro copernicano en la defensa y en la necesidad de reinventarse de Europa. La odisea de armar una industria de defensa competitiva para tener una verdadera Unión de la Defensa Europea es una labor titánica que tiene sus seguidores y detractores. Sin embargo, irónicamente, ‘The New York Times’ revela que es un ex agente estadounidense de la CIA, Eric Slesinger, quien está capitalizando el auge del gasto militar en Europa.
Con el comienzo de la guerra en Ucrania fundó la Red Europea de Inversores en Defensa, que cuenta con unos 125 inversores, entre emprendedores y responsables políticos.
«Ahora, sus predicciones parecen proféticas»
Desde 2019, Slesinger venía advirtiendo de la necesidad de una autonomía estratégica por parte del Viejo Continente y se mudó a Madrid con esa idea en mente. «Ahora, sus predicciones parecen proféticas», destaca NYT. Su firma de capital de riesgo, 201 Ventures, está completando un fondo de 22 millones de dólares para invertir en startups relacionadas con la tecnología y la seguridad nacional. Y el fondo de la OTAN es el principal apoyo financiero de su firma.
Chris O’Connor, socio del Fondo de Innovación de la OTAN, señaló al periódico estadounidense que la experiencia de Slesinger en seguridad nacional lo convertía en la persona idónea para identificar empresas con potencial para los gobiernos.
Su apretada agenda demuestra que este hombre de 35 años no ha perdido el tiempo desde que dejó su puesto en la Agencia de Inteligencia. Sus más recientes encuentros van desde ingenieros que fabrican drones marítimos en Suecia, cenas con miembros de la inteligencia británica, viajes por el Ártico para probar nuevas fuentes de energía o una visita al acelerador de partículas de Suiza.
En un momento en que la veda está abierta para lanzarse como abejas a la miel en el auge del gasto en defensa, las credenciales de Slesinger en la agencia de espionaje le han abierto muchas puertas para desarrollar «una carrera como inversor de riesgo», apunta NYT. No en vano, están en juego cientos de miles de millones de euros en armas, y Slesinger ya ha movido ficha invirtiendo en empresas de inteligencia artificial en Grecia o una compañía emergente de vehículos hipersónicos en Alemania.
Slesinger ya apuntaba maneras cuando era un estudiante de Stanford que empezó a atraer la atención por sus capacidades en ingeniería mecánica. A diferencia de sus compañeros, que buscaban un hueco en uno de los acorazados tecnológicos, Slesinger tenía como objetivo entrar en la CIA. Según sus propias declaraciones, llegó a trabajar entre personajes más parecidos a ‘Q’ de la saga de James Bond, es decir empollones fuera del foco encargados de resolver problemas técnicos para los agentes de campo. Trabajó para el fondo de capital de riesgo de la CIA, In-Q-Tel, y ahí fue gestando la idea de un rearme para Europa. Dejó la CIA para estudiar en la escuela de negocios de Harvard.
«Estados Unidos gastó unos 880.000 millones de dólares en defensa en 2024, más del doble de lo que gastaron en conjunto los demás países de la OTAN. Con Estados Unidos centrado en China, Slesinger estaba convencido de que vería el fin del llamado dividendo de la paz, que ha permitido a los países europeos gastar más en servicios sociales y pensiones desde la Segunda Guerra Mundial, en lugar de en tanques y aviones de combate», describen desde los medios estadounidenses.
Y sus pronósticos dieron en la diana tras la elección de Trump para un segundo mandato. Durante estos pocos meses de presidencia, ‘The Washington Post’ informó que había tenido acceso a un memorándum secreto del Pentágono de orientación interna firmado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Este documento, con el nombre de ‘Guía Estratégica Provisional de Defensa Nacional’, pedía priorizar el escenario del Indo Pacífico, con China como actor central. Planteaba reorientar la arquitectura militar estadounidense y también estudiaba reforzar la defensa nacional «asumiendo riesgos» en Europa y otras partes del mundo. El informe afirmaba que dejaría la amenaza de Moscú a cargo principalmente de aliados europeos». «EE.UU. se mostrará reacio a proporcionar fuerzas con prioridades centradas en otros ámbitos», indicaba la guía.
A esta realidad se suma que Bloomberg publicara esta semana que Estados Unidos se negará a proporcionar activos de defensa aérea para cubrir las «fuerzas de seguridad» que Gran Bretaña y Francia planean crear en la Ucrania de la posguerra, mientras se establecen los preparativos para la cumbre de la OTAN en La Haya. En medio de este escenario, el teléfono de Slesinger no ha parado de sonar con propuestas de emprendedores europeos repentinamente interesados en apostar por el desarrollo de tecnología militar para abordar amenazas emergentes.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es
Publicado el: 2025-06-07 08:01:00
En la sección: Internacional