Israel decapita en la misma noche la cúpula de sus enemigos más cercanos

La muerte de Ismail Haniya ha sorprendido a los propios israelíes que conocían la noticia por la televisión. Un asesinato que el gobierno israelí no reconoce en público. Otro presentador, esta vez en Irán, anunciaba la misma noticia en otro país igualmente sorprendido. Hacía solo unas horas que Haniya, miembro fundador de Hamas, había asistido en Teherán a la investidura del nuevo presidente iraní, un moderado. Antes también, había sido recibido por el líder Ali Jamenei. Ante el asesinato de un valioso huésped dentro de sus fronteras la oficina de Jamenei ha dicho que Israel se ha buscado un duro castigo. Según un medio libanés Haniya murió por el impacto de un misil guiado lanzado desde fuera de Irán, aunque de momento no se ha confirmado. El brazo armado de Hamas dice que esto lleva la batalla a nuevas dimensiones y que habrá grandes repercusiones. Una muerte que cambia los cálculos de un posible acuerdo entre Israel y Hamas para poner fin a la guerra y que ocurre un día después del asesinato en Beirut de un importante líder de Hezbola. Para Israel, una respuesta a la muerte de doce niños que jugaban al futbol el sábado en los altos del Golan por un cohete. Algo que había prometido vengar.