En hospitales y Centro de Diagnóstico Integral la falta de personal y equipos limita la atención médica oftalmológica. Los pacientes se ven obligados a emprender una travesía contra reloj para recuperar la visión antes de quedar ciegos.
“Todo empezó cuando se me nubló la vista. Veía como a través de una ventana borrosa. No distinguía lo que me rodeaba y tenía miedo de que me atropellara un carro en la calle”.
Así describe Santiago* el inicio del peregrinaje que lo llevó a recorrer distintos centros asistenciales en busca de atención médica, para operarse de las cataratas que casi lo dejan ciego.
El vigilante de 55 años de edad, y habitante de los Valles del Tuy, tuvo que librar una batalla contra el tiempo para recuperar la visión. Durante casi seis meses visitó distintos hospitales y Centros de Diagnóstico Integral (CDI). En algunos no había especialistas y en otros faltaban reactivos y equipos para hacer los exámenes que requería y llevar a cabo la cirugía.
Pese a los obstáculos Santiago finalmente se operó ambos ojos entre finales de 2021 y principios de 2022, en el CDI Che Guevara de Sarría. No pagó por las cirugías ni los exámenes y el procedimiento fue exitoso.
Sin embargo, tres años después se enfrenta a otra dificultad. Necesita hacerse la limpieza rutinaria de los lentes intraoculares y en la mayoría de hospitales a los que acudió el servicio se encuentra suspendido. Le dicen que no hay equipos de láser.
En el mundo 2200 millones de personas viven con alguna deficiencia visual o ceguera total, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De esos casos 100 millones eran prevenibles con la atención médica oportuna.
Se estima que en Latinoamérica por cada millón de habitantes hay 5 mil ciegos y que la prevalencia es más alta en entornos rurales y de escasos recursos.

En Venezuela y gran parte del mundo la principal causa de ceguera, a partir de los 60 años de edad, es provocada por las cataratas.
Nancy Martínez, médico especialista en oftalmología y telemedicina, explicó que este padecimiento es una consecuencia natural del envejecimiento. Ocurre cuando el cristalino se torna opaco una vez que sus células mueren y se acumulan, lo que genera visión borrosa.
A pesar de su alta incidencia en el país no hay datos actualizados para dimensionar el problema. El último estudio publicado por el Ministerio de Salud data del año 2009 y arrojaba que para esa fecha había 81.947 personas ciegas a causa de esta patología.
Aunque las cataratas causan discapacidad pueden tratarse al ser detectadas en sus primeras fases y son reversibles mediante cirugía.
La promesa de la Misión Milagro
Con la promesa de brindar atención gratuita para prevenir la ceguera y tratar padecimientos oculares, en julio de 2004 el Gobierno venezolano creó la Misión Milagro.
Este programa social, fruto de la alianza binacional entre Cuba y Venezuela, se planteó como objetivo devolver la visión a seis millones de personas en un periodo de 10 años, dentro del país y Centroamérica.
Sin embargo, en junio de 2015 el plan contabilizaba un total de 3.927.406 intervenciones quirúrgicas, de acuerdo con declaraciones de Ricardo Riera, entonces director de despacho de misión milagro.

Aunque no existen datos más recientes que cuantifiquen el alcance del programa, lo que sí se sabe es que el plan ofrece sus servicios a través de la red hospitalaria pública y los CDI.
Sin servicio o pocas citas
Para corroborar la operatividad de la Misión Milagro el equipo de Crónica Uno recorrió seis centros de la ciudad y constató que los pacientes se ven obligados a emprender una travesía contra reloj para recuperar la visión antes de quedar ciegos.
En plena calle Colombia de la parroquia Sucre, en Catia, el hospital de Nuevas Misiones Hugo Chávez llama la atención por su imponente infraestructura compuesta por ocho pisos con amplias e iluminadas salas. El próximo 26 de julio cumplirá un año desde su inauguración. Sin embargo, el catálogo de servicios que ofrece a la comunidad es muy limitado.

No cuenta con Servicio de Oftalmología por falta de equipos y personal, aunque una cartelera informativa en la entrada del recinto anuncia que esta rama de la medicina está entre sus especialidades.
“No tenemos oftalmología y nunca hemos tenido ese servicio activo. Acá solo se han hecho jornadas de cirugías oculares para tratar casos puntuales. Los interesados deben pedir ayuda con el sistema 1×10 y esperar el llamado a través del sistema”,explicó una fuente que prefirió mantener su nombre en reserva.
El hospital general Dr. Jesús Yerena de Lídice alberga uno de los núcleos de la Misión Milagro. Los pacientes que acuden con cataratas u otros problemas oculares deben someterse a una primera evaluación tras pedir la cita. También se les solicita exámenes médicos de rutina previo a la cirugía.

Sin embargo, no siempre hay disponibilidad de citas oftalmológicas y los cupos son limitados. Por el momento no hay consulta hasta el próximo 7 de julio. Una trabajadora del recinto les aconseja a los pacientes llegar a primera hora de la mañana para ser anotados a partir de ese día y hasta el 11 de julio.
“En promedio se reparten unos 40 números, quien no está aquí antes de las 6:00 a. m. se queda por fuera”,comentó la empleada a las personas que asistían al hospital de Lídice.
No todo es gratuito
En la sala de espera se aglomeran personas de todas las edades desde temprano. Algunas acuden por control y otras porque necesitan operarse con urgencia. La intervención más demandada es la de cataratas.
María* acude desde hace más de cuatro meses a esta sede en busca de atención médica para su mamá de 82 años de edad.
“A ella la operaron aquí y salió todo bien, pero ahora necesita hacerse seguimiento y que le limpien el lente. Hemos venido varias veces pero en ocasiones las citas se postergan o no se hacen las evaluaciones completas de una vez y eso alarga demasiado el proceso”, contó.
Un funcionario que resguardaba la entrada del CDI reconoció que las pruebas y la atención son gratuitos, pero en algunos casos, se les pide a los pacientes algunos insumos de los que no se dispone en el hospital.
“Eso lo determina el especialista en cada caso y se conversa con el paciente”, detalló.

Zaida*, de 62 años de edad, notó el declive de su visión a principios de 2024. Primero se le dificultaba ver de lejos, luego sus ojos comenzaron a empañarse. Se mareaba con facilidad y no lograba distinguir la cara de amigos y conocidos cuando se los topaba por la calle.
Alarmada acudió a un oftalmólogo. Luego de un examen minucioso se le diagnosticó una catarata bilateral y se le recomendó someterse a una cirugía para corregir el problema. Durante cuatro meses recorrió varios hospitales del municipio Libertador en busca de atención médica gratuita, hasta que llegó al hospital de Lídice.
Allí le practicaron los exámenes y le programaron la operación para marzo de este año, su médico le aconsejó hacerse el procedimiento lo más pronto posible antes de que la catarata endurezca. Eso haría más riesgosa y complicada la cirugía.
“Fui a varias farmacias y no tienen el modelo específico que necesito. Eso me tiene paralizada, tampoco sé si podré costearlo. Me han dicho que los precios van de los $20 en adelante pero algunos son demasiado caros. Desde el año pasado estoy en esto y me siento peor”,detalló

Crónica Uno averiguó los precios de los lentes intraoculares más utilizados en el entorno médico. Una reconocida distribuidora de insumos que dota a clínicas y centros especializados dispone de varios modelos de la marca Johnson y Johnson.
Los lentes monofocales básicos más requeridos para corregir las cataratas oscilan entre los Bs. 12.336 y Bs. 18.092 bolívares, lo que equivale a $125 y $187 por pieza.
Sin especialistas ni equipos
En el CDI Amelia Blanco, en la avenida Andrés Bello, hay consultas oftalmológicas y de optometría a partir de las 8:00 a. m. A los pacientes se les hace la evaluación de rutina y se emite una orden para realizarse los exámenes médicos de forma externa.
Por el momento no disponen de equipos médicos para realizar intervenciones quirúrgicas ni limpieza de lentes intraoculares.

“Antes hacíamos otro tipo de procedimientos, pero ahorita no estamos capacitados para brindar ese tipo de atención”, dijo un trabajador del centro.
El peregrinaje para recuperar la visión continúa en el sector Pinto Salinas, parroquia El Recreo. Allí funciona el CDI Che Guevara, reconocido como un baluarte de la Misión Milagro.
Por años esta sede fue punto de referencia en cirugía de cataratas y procedimientos con láser para corregir el glaucoma y otros problemas de la vista.

Pero de eso queda poco. En la actualidad la atención médica se reduce a citas de rutina. No hay cupos para cirugía ni equipos para corregir problemas oculares. Un empleado de la institución indicó que los oftalmólogos que realizaban los procedimientos se fueron a Cuba.
“No tenemos personal porque están fuera del país y no sabemos cuándo se podrán reactivar las operaciones. El equipo láser tiene más de seis meses estropeado y no han venido a repararlo”,explicó una fuente vinculada al centro, a quien por medidas de protección no se menciona.
A los pacientes que acuden para operarse se les recomienda dirigirse al CDI Bolívar y Martí, situado en la avenida Marqués del Toro de San Bernardino. Esta institución, inaugurada en 2003, inició sus actividades como centro de rehabilitación para personas con discapacidad física y motora.

Luego fue ampliado y acondicionado para ofrecer atención oftalmológica especializada enmarcada en la misión milagro. En sus quirófanos se realizan operaciones de cataratas, glaucoma y pterigión, también hay disponibilidad de exámenes médicos sin costo. Sin embargo, las limpiezas de lentes intraoculares con láser están suspendidas por el momento.
Una larga espera
Un trabajador del CDI Bolívar y Martí explicó que hasta el 1º de julio no se admitirán pacientes de nuevo ingreso. La demanda de cirugías es alta y los procedimientos se organizan por jornada.
“Todavía estamos interviniendo a las personas que teníamos en lista desde el año pasado, pero acá se le garantiza una atención gratuita y todos lo necesario, previo a la cirugía, lo hacemos acá”, aseguró.
En el hospital Pérez Carreño el Servicio de Oftalmología se ve abarrotado de pacientes que amanecen allí con la esperanza de recibir atención. Muchos llegan desde La Guaira, Barlovento, Aragua e Higuerote, pero no todos logran obtener un cupo para la consulta.
De lunes a jueves desde primera hora se reparten solo 30 números, la gente se aglomera fuera de la taquilla de información.

A los pacientes que acuden por primera vez solo se les pide una fotocopia de la cédula y una referencia. “
En este momento sí estamos haciendo cirugía de cataratas, seguimiento de tutina y limpieza de lentes intraoculares, pero deben estar dispuestos a hacer cola, madrugar y esperar el turno. Así es como se trabaja aquí”, sentencia una trabajadora.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.el-carabobeno.com
Publicado el: 2025-06-07 11:45:00
En la sección: Noticias de Venezuela.