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De «Veneca» a «Veneka» | Meme y centro de la acción pretotalitaria

Nicmer Evans

La canción “Veneka” de Rawayana y Akapellah se ha convertido en un fenómeno de debate cultural en Venezuela, provocando tanto reacciones de simpatía como políticas. Según los creadores de la canción, la intención era explorar clichés venezolanos con humor, revirtiendo el sentido despectivo de un término que se usa contra las venezolanas en Colombia, pero terminó siendo el centro de una controversia nacional cuando el autócrata Nicolás Maduro la criticó públicamente, calificándola de denigrante.

La reacción política

Maduro, señalado de violar derechos humanos, de ser responsable de corrupción y de haber hecho fraude electoral en la última elección presidencial efectuada el 28 de julio de este año, en un acto público de su acostumbrada demagogia populista, declaró enfáticamente: “¡No son venekas, son venezolanas!”.

Esto condujo a una serie de acciones, señaladas como presiones políticas y económicas que forzó a Rawayana a cancelar su gira por el país, ya que las empresas que estaban realizando el montaje de los eventos fueron presionadas y extorsionadas, conduciendo a la negación incluso de los espacios donde se realizarían los eventos.

Por otra parte, de fondo, algunas fuentes indican que el desplazamiento contra la productora de los eventos, tiene que ver con que no pertenecen al circuito de productores maduristas.

La canción, que fusiona elementos de ‘raptor house’, se volvió viral y alcanzó el número uno en Spotify en Venezuela, pero también encendió una discusión sobre el uso de términos despectivos hacia las migrantes venezolanas.

El debate cultural de Veneka

“Veneka” no solo se convirtió en un éxito musical, sino también en un punto focal para debatir sobre la identidad y los estereotipos asociados con las mujeres venezolanas, especialmente en el contexto de la migración. La canción, nominada a los Grammy, algunos la ven como un intento de empoderamiento, mientras que otros critican su perpetuación de clichés.

La reacción de Maduro y su gobierno, señalado de autócrata, es evidencia de rasgos totalitarios, al negar la posibilidad de que exista una expresión cultural alterna y fuera de su control, que resignifique el término de Veneca por “Veneka”, pero además, implica la pretensión del control absoluto del pensamiento y la negación de la capacidad reinterpretativa de los ciudadanos.

En este sentido, el problema no es que Maduro entre en un debate sobre el concepto, que pude ser absolutamente legítimo, sino las medidas de censura, desde la presión económica, para negar que la agrupación se pueda presentar en el país.

El impacto en la sociedad

El término “veneca” se usa históricamente de manera peyorativa, pero con “Veneka”, la banda intentaba resignificarlo. Esta dualidad ha llevado a una amplia discusión en las redes sociales y entre intelectuales sobre la identidad, la cultura y la política en Venezuela. La canción ha abierto un espacio para reflexionar sobre la realidad de los migrantes venezolanos y el papel de la música en la sociedad.

Beto Montenegro, cantante de Rawayana, al referirse a la controversia, destaca el valor del arte para generar debate, aunque la política ha eclipsado temporalmente esta conversación cultural.

Mientras tanto, los jóvenes venezolanos, sin la posibilidad de ver a una de sus bandas preferidas, sienten el rigor de expresiones totalitarias, y generan resistencia, colocando el tema en el tope de su preferencia.

@NicmerEvans

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Fuente de TenemosNoticias.com: puntodecorte.net

Publicado el: 2024-12-05 08:56:00
En la sección: Nacional Archivos – Punto de Corte

Publicado en Nacionales

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