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Este próximo domingo 15 de junio del 2025 se cumple un nuevo aniversario de aquel feliz alumbramiento ocurrido en la maternidad del Hospital Central «Antonio María Pineda» de Barquisimeto cuando la honorable matrona venezolana Adolia Roselia Suárez trajo al mundo a un robusto, inquieto y vivaracho niño varón a quien pocos meses más tarde le pusieron en la pila bautismal de la Iglesia «San Rafael Arcángel» y bajo el Sagrado Crisma del Sacramento del Bautismo, el nombre de Wilmer Rafael Colmenárez Suárez quien luego en su niñez y adolescencia recibió la educación , la orientación y la formación moral de sus tíos maternos Don Teófilo Suárez y Doña Elena Suarez en un hogar muy humilde pero respetuoso de los preceptos de Nuestra Iglesia Católica, ubicado en el caserío rural «Cambural» del Municipio Torres. Los padres de Wilmer Colmenárez fueron Adolia Suárez y Rafael Pastor Colmenárez conocido como «El Chino» y «Juancho» quienes ya están desaparecidos físicamente de esta vida terrenal porque esa fué la Divina Voluntad de Nuestro Adorado Divino Dios quien los necesitaba a su lado para dibujar cada amanecer y adornar el cielo con su presencia.
En este humilde y muy sencillo homenaje que le brindo a mi apreciado amigo Wilmer Colmenárez como un regalo de cumpleaños ya que no tengo más nada que regalarle, no digo la fecha de su nacimiento porque él quiere estar siempre «pollito» viviendo una vida de ensueño, felicidad y fantasía llena de bellos sentimientos que florecen cada día como una gama de hermosos motivos que encierran todos los matices que hacen realidad los anhelos y los deseos de todos los seres humanos. Lo único que sí puedo decir en este escrito es que Wilmer Colmenárez está muy cerquita de aterrizar en la pista del «aeropuerto» del medio cupón o sea a la media centuria de feliz vida. Wilmer Colmenárez fue para sus padres y tíos maternos un maravilloso y abnegado hijo, es un hermano amoroso, un tío cariñoso, un padre ejemplar, un sobrino consecuente y de eso puede dar fiel testimonio su tío José Suárez «El Golpero» de Lara, es un esposo amantísimo, un amigo fiel, leal y consecuente a carta cabal y también un próspero, exitoso y boyante Empresario que con su constancia, su esfuerzo, su perseverancia y sobre todo con la ayuda de Dios ha contribuido con el crecimiento y el progreso comercial y empresarial de Barquisimeto.
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Así como es nuestro querido equipo de beisbol profesional «Los Cardenales de Lara«, el obelisco Barquisimetano, las Lomas de Cubiro, las ancestrales tunas de Algarí, los caminos soleados de Cambural, el cocuy de penca de Siquisique, el pan de Tunja de Aguada Grande, los Saragozas de Sanare, las exhuberantes flores de Río Claro, la fecunda amistad del Duaqueño, el pan de horno de Bobare, las pulperias del Eneal, la histórica ceiba de Cabudare, las paledonias de Barbacoa, las acemitas tocuyanas, la jalea de mango de Sarare, el papelón de Guarico, la cascada del vino de Humocaro, el mondongo de chivo de Pavia, el inhiesto palo de cují de Carorita, los cardones de Padre Diego, las cachapas de Puente Torres, los golperos de Curarigua, el suero hecho en tapara de Tucuragua, la artesanía de Tintorero, el café de Puente Torres, el pabellón criollo de Villa Rosa, la Virgen de Altagracia de Quibor, las carnosas piñas de Las Playitas y el Legendario «Diablo de Carora», así mismo es Wilmer Colmenárez, un larense de pura casta y cepa por donde quiera que se le mire y se le busque porque nació en esta tierruca larense donde la música y el tamunangue marcan el ambiente patrio secundada por el romance y la naturaleza misma, sus múltiples paisajes, la embrujadora belleza de sus acróteros y fascinantes crepúsculos en sus rojos atardeceres, sus matices y expresiones que dicen el sentir de un pueblo que nos habla de amor y de romance mientras en sus coplas se dibujan estilos diferentes donde se ensalza la dulzura y la belleza de la mujer y la bravura del hombre larense.
Wilmer Colmenárez nació en Barquisimeto «La Capital Musical» de Venezuela en donde se revive un otrora de ensueño y las añoranzas de aquellas frías madrugadas bañadas por la «Luna de Abril» donde se escuchaban hermosas serenatas con todo el colorido de un ensueño musical y de aquellas soleadas tardes dominicales de los elegantes caballeros peinados con glostora, vestidos de levita, sombrero de pumpá, zapatos de dos colores y tacón cubano, bastón con empuñadura de plata y de las lindas muchachas de largas crinejas negras adornadas con flores rojas y cintas multicolores mientras se escuchaban las romanzas arrancadas de las sonoras cuerdas de la mandolina bajo el entretejer de las manos prodigiosas del insigne maestro Don Antonio Carrillo quien inspirado en los jirones de un brillante sol crepuscular nos brindaba el embrujo sublime de su vals: «COMO LLORA UNA ESTRELLA». Finalmente voy a llenar mi copa del altruismo con el vino de la amistad para brindar con alegría y desearle a mi apreciado amigo Wilmer Colmenárez… Un feliz cumpleaños.
Alí Ramón Delgado
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elimpulso.com
Publicado el: 2025-06-11 11:47:00
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