Durante la dictadura argentina, cualquier ciudadano podía ser señalado de “terrorista” o terminar detenido en centros de torturas…
La dictadura que sufrió Argentina entre 1976 y 1983 aún tiene abierta una herida en el país, de allí que la palabra dictadura tenga un significado de terror para la sociedad argentina.
En República Dominicana un argentino, y además sindicalista que asistía a un encuentro de periodistas donde fui invitado, me dijo que era la primera vez que salía de su país gracias a la elección de un gobierno democrático, en aquel momento de Carlos Menem.
Y sobre Menem recuerdo que decía con sus palabras bien claras, bien vernáculas, “sabemos que Menem es un payaso, pero nosotros preferimos mil veces un payaso que un dictador”.
Nunca jamás es un libro donde se describe la persecución, la tortura, los desaparecidos y el rechazo absoluto de la sociedad argentina a la dictadura.
Esta novela de Tito Drago, ambientada en Argentina bajo la cruel dictadura del general Jorge Rafael Videla, narra la vida de un hombre y una mujer sindicalistas y de fuertes convicciones democráticas que terminaron víctimas, a pesar de no haber empuñado nunca un arma en toda su vida, de lo que el régimen denominó eufemísticamente “guerra contra el terrorismo”.
Por eso se entiende que el presidente Javier Milei y muchos de sus antecesores, con honradas excepciones por su puesto, cuando ven asomos de dictadura o gobiernos que pueden llegar hacerlo necesariamente salen en defensa de la democracia. Porque la democracia es el régimen de las libertades.
En democracia es donde los ciudadanos son y se sienten libres de andar, de trabajar, de opinar, de comprar y participar políticamente sin ningún tipo de atadura.
Y aunque Javier Milei tiene un estilo poco ortodoxo de decir las cosas, se entiende que en el fondo lo que emana del más alto político en el poder de Argentina es el deseo de que las sociedades se encaminen por la democracia, de allí sus críticas posiciones.
La última dictadura argentina fue tan sangrienta que llevó al país a una guerra que dejó 30 000 desaparecidos y un total de 40 175 ejecutados, detenidos desaparecidos y víctimas de tortura.
Por eso, el compromiso de Milei no solo es el compromiso de un hombre con determinada postura política, sino la postura del argentino común que rechaza desde su fuero interno cualquier dictadura, sea de izquierda o de derecha.
Argentina, gobernada en la actualidad por Javier Milei, tiene un pasado pendiente que pesa sobre el destino democrático del país. Y que cada vez que se recuerda necesariamente, lleva a la gran nación sureña a destacar que la democracia está por encima de todos los valores.
Ese drama que Argentina tiene del pasado es nada más y nada menos que la peor dictadura que enfrentó y logró superar y que le costó sangre, muerte y mucho dolor, que aún se refleja en las familias argentinas. Fue una represión sistemática con el pretexto de “garantizar la paz y el orden”.
Cualquier ciudadano podía ser señalado de “terrorista” o aparecer en alguna lista y terminar detenido arbitrariamente y llevado a centros de torturas, como la célebre Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fueron torturadas y desaparecidas miles de personas.
Por todo esto, y en especial para el gobierno de Javier Milei, enfrentar las dictaduras es una especie de desiderátum, de misión. Y más, por supuesto, cuando se trata del continente americano.
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Fuente de TenemosNoticias.com: runrun.es
Publicado el: 2024-10-05 14:11:09
En la sección: Opinión archivos – Runrun.es: En defensa de tus derechos humanos