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Pescar en río revuelto – Analitica.com

Venezuela insta a Guyana a reconocer el Acuerdo de Ginebra

Esta vez fueron en el Guaviare los ataques a la fuerza pública colombiana en medio de un proceso de paz orquestado desde el gobierno. 9 soldados más fueron asesinados en una emboscada de las disidencias de las FARC. Hacía apenas dos semanas el gobierno había decidido no prorrogar el cese al fuego con estos grupos con los que se venía negociando su desarme.

Como siempre, la conmoción en suelo neogranadino ha sido grande. Los uniformados ven sumarse nuevos crímenes que afectan a las fuerzas militares mientras el presidente insiste con su cuestionado proyecto de Paz Total en mantener un proceso de tratativas en el que los insurgentes aprovechan cada resquicio para hacer demostraciones de fuerza y de crueldad. La cúpula militar considera que acciones criminales como estas lo que evidencian es “el incumplimiento de los compromisos adquiridos a través de los acuerdos y protocolos suscritos en el marco de la mesa de diálogo y negociación, que adelanta el Gobierno nacional con el Estado Mayor de Bloques de las FARC”.

Gustavo Petro sigue manteniendo y alimentando sus diferencias con las fuerzas armadas que el mismo comanda. El presidente ha intentado desde el inicio de su mandato reformar las Fuerzas Armadas, buscando cambios doctrinarios y de enfoque frente al conflicto armado, el narcotráfico y los derechos humanos. Ello no ha funcionado ni va a funcionar. Dentro del estamento militar lo que ha habido es resistencia y escepticismo frente a la política de “Paz Total” y ha cuestionado su relación con actores como el ELN.  Pero los muertos los siguen poniendo las fuerzas militares.

Esta coyuntura, entonces, a quien le sirve es a Nicolás Maduro para hacer saber que en el conflicto colombiano contra la guerrilla y el narcotráfico Venezuela tiene una carta que jugar.  Y que es un actor interesado en trabajar a favor de la paz de Colombia, por ejemplo, como garante de las negociaciones con el ELN.  Con esa carta Maduro intenta lavarse la cara frente a Washington, quien está empeñado en evidenciar que todo lo que tiene que ver con guerrilla, narcotráfico y terrorismo en la región latinoamericana atenta contra la seguridad de los Estados Unidos y faculta al gobierno americano para actuar.

Es así como desde Miraflores, el régimen se atrevió a descalificar a las Fuerzas Armadas colombianas destacando su inexistente compromiso con Colombia y, a la vez, haciendo ver el interés de la revolución bolivariana – el de los buenos de la película-en hacer un aporte sustantivo a la batalla contra el narcotráfico como el “protagonizado por Venezuela en el Catatumbo”.  Inteligente es, en apariencia, esta estrategia madurista. Pero ella no logra convencer sobre el espíritu constructivo de Venezuela y su colaboración con los intereses americanos y continentales.

Este gesto político calculado por Maduro y sus adláteres, el de la deslegitimación de los sectores militares colombianos, pudiera hacerles a los chavistas ganar puntos como interlocutores legitimos con el gobierno de Petro y mantener su influencia en el proceso de paz colombiano. Pero recordemos que a pesar de todas las coincidencias que puedan existir, el presidente cordobés a esta hora aún no reconoce la victoria electoral de Nicolás Maduro.

Asi, Colombia sigue convertida en una enredada madeja en la que ahora el interés gubernamental no es sino el de la consulta popular que tiene andando.  Y el interés del vecino gobierno venezolano, es el de pescar en río revuelto.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.analitica.com

Publicado el: 2025-05-03 00:15:00
En la sección: Opinión archivos – Analitica.com

Publicado en Opinión

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