Menú Cerrar

Se llama venganza política y la ejecutan sin compasión

Se llama venganza política y la ejecutan sin compasión, por Armando Martini P.

Armando Martini Pietri

03/10/2024

La venganza política, perpetrada sin miramiento ni límite, revela más de quien la ejerce que sobre la injusticia que busca rectificar

@ArmandoMartini

Un acto primitivo, arraigado en la naturaleza humana, instalado en el alma. Nace del deseo visceral de restaurar un equilibrio quebrantado, e intento de satisfacer el apetito de justicia. Pero no a través del perdón o derecho formal, sino mediante el sufrimiento ajeno. En el ámbito político, este impulso toma forma peligrosa cuando se ejecuta sin compasión o remordimiento. La venganza política, perpetrada sin miramiento ni límite, revela más de quien la ejerce que sobre la injusticia que busca rectificar.

Cuando líderes políticos sucumben a la tentación de la represalia, el Estado se transforma en un arma de revancha. Un ejemplo, el de las purgas políticas en regímenes autoritarios, donde la eliminación de opositores se convierte en una rutina para consolidar el poder. El caso de Stalin en la Unión Soviética es emblemático: las grandes purgas de la década de 1930 no solo acabaron con la vida de miles de opositores reales o imaginarios, sino que instauraron una atmósfera de miedo y paranoia que asfixió cualquier intento de disidencia. Lo que comenzó como una búsqueda de control político derivó en una maquinaria implacable de desagravio personal y grupal, alimentada por la desconfianza y el deseo de eliminar cualquier amenaza al poder.

Otra muestra contemporánea se distingue en el uso de la justicia como herramienta de retaliación en democracias frágiles. En ciertos países, el cambio de gobierno se acompaña de persecuciones judiciales contra los líderes salientes, no para corregir errores ni imponer justicia imparcial, sino para desquitarse políticamente y socavar la legitimidad de los adversarios. En lugar de fortalecer el Estado de derecho, estos actos profundizan las divisiones y deslegitiman las instituciones. Se crea una cultura en la que la justicia se confunde con venganza, y el poder deja de ser un medio para el bien común, convirtiéndose en un fin en sí mismo.

La vindicta ejecutada sin misericordia ni escrúpulo es una señal de debilidad, no de fortaleza. Quien se deja llevar por ella renuncia a su propia humanidad, a la posibilidad de la reconciliación y construcción de un futuro común. La historia está llena de ejemplos donde la venganza política ha alimentado ciclos de violencia. Los Balcanes, décadas de represalias étnicas y políticas crearon un ambiente de odio tan enconado que solo pudo superarse tras años de guerra y la intervención internacional. O en la política latinoamericana, donde las dictaduras del siglo XX utilizaron el terror y la persecución contra los sectores que consideraban subversivos, con resultados devastadores para la cohesión social y la confianza en las instituciones.

Despojada de reflexión y control, solo perpetúa dolor y desconfianza, conduce al caos, alimentando un clima donde diálogo y reconciliación se tornan imposibles. Un estadista, no busca la retribución cruda, sino una forma de justicia que cierre heridas sin abrir nuevas. Se debe ser consciente de que, cuando se ejecuta sin piedad, arrastra a la sociedad al abismo de la anarquía moral, donde ya no impera el derecho, sino el caos de la vendetta interminable.

Nelson Mandela, tras décadas de encarcelamiento injusto, tuvo la oportunidad de ejecutarla contra el régimen del apartheid, pero en lugar de eso eligió la reconciliación. Su grandeza no residió en su capacidad de castigar a sus opresores, sino en su voluntad de trascender el ciclo de revanchismo y odio, eligiendo por un futuro compartido donde todos tuvieran un lugar.

La historia ha demostrado que el verdadero poder no reside en la capacidad de castigar sin clemencia, sino en la grandeza de saber cuándo contener la ira, transformar el odio en entendimiento, y sustituir la venganza con el perdón. El reto de nuestra era no es perpetuar el ciclo de la retribución, sino encontrar las vías para trascenderlo.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Fuente de TenemosNoticias.com: runrun.es

Publicado el: 2024-10-03 04:05:39
En la sección: Opinión archivos – Runrun.es: En defensa de tus derechos humanos

Publicado en Opinión

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Mi resumen de noticias

WhatsApp