Si un país es secuestrado por bandas de mandoneros, disfrazados de gobernantes; y si en ese país gran parte de la vocería formal de la oposición la integran charlatanes malandrosos o palaciegos; entonces hablar de un futuro positivo parece no tener sentido. ¿O sí?
La frontera que separa el presente miserable de un futuro positivo, es la hegemonía despótica y depredadora, y su constelación de colaboradores.
La reacción de furia represiva y de veneno destilado en contra de personas que no se doblegan en su lucha por un cambio de raíz, así lo reconfirma.
Los mandoneros y los colaboradores son capaces de todo para mantener los privilegios del continuismo. Lo demostraron con el fraude colosal y ahora con su pretendida validación.
Esa frontera de violencia y destrucción, hay que traspasarla. La Constitución formalmente en «vigencia», lo exige; y la abrumadora mayoría del pueblo lo anhela.
Un futuro positivo no es un sueño delirante, puede ser una realidad efectiva. El destino de los vándalos es la justicia rigurosa, y la reconstrucción desde los cimientos exige valor y sabiduría.
Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fuente de TenemosNoticias.com: www.analitica.com
Publicado el: 2025-03-25 00:25:00
En la sección: Opinión archivos – Analitica.com