Aquí vivió Richard Kauffmann, nacido en 1902. Huyó a Holanda. Internado en Westerbork, deportado en 1941 a Auschwitz y ejecutado el 8/8/1942. No es raro encontrar esquelas como ésta grabada en una pequeña placa metálica, del tamaño de un ladrillo e incrustada a ras en la acera adoquinada de alguna calle de Alemania.
Ellis Island, ubicada en el puerto de Nueva York, fue la estación de procesamiento de inmigrantes más concurrida de los Estados Unidos desde 1892 hasta 1954. Casi 12 millones de inmigrantes pasaron por sus puertas, en busca de nuevas oportunidades en Estados Unidos. Hoy en día, forma parte del Monumento Nacional de la Estatua de la Libertad y alberga el Museo Nacional de la Inmigración de Ellis Island, que muestra las experiencias de quienes llegaron en busca de una vida mejor.
En un pueblo llamado Westerbork en los Países Bajos (país que conocemos también como Holanda, su antiguo nombre) existió un campo de refugiados, establecido en 1939, para judíos alemanes y austriacos que huían de la persecución nazi. Como Ellis Island, los allí refugiados eran recibidos para ser insertados en la comunidad holandesa. Pero, al ser ocupado este país por el régimen de Hitler en 1940, Westerbork fue reutilizado por los nazis en 1942 como base para las deportaciones a campos de concentración como Auschwitz y Sobibór. Más de 97.000 personas fueron deportadas de Westerbork. Es decir, que pasó de ser un lugar de salvación a trampa de muerte. Por allí pasó Ana Frank, la niña alemana, que dejó descrito en su Diario el horror de vivir 2 años escondida tras emigrar con su familia a Amsterdam, para finalmente ser descubierta y deportada a un campo de concentración, donde murió antes de cumplir 15 años de vida.
La crueldad del depredador no tiene límites. Hombres, mujeres, niños son tratados como animales de circo, enjaulados, maltratados, transportados y manipulados sin consideración. Objetos de cambio con fines políticos inconfesables, material propagandístico, esclavizados por déspotas que nada tienen que envidiarle a los más macabros y crueles tiranos de la historia de la humanidad. Hombres, mujeres, niños sufren no solamente la falta de libertad. También sufren la falta de alimentos, de salubridad, muchos no soportan las torturas, la incertidumbre y el desapego y la ausencia del amor y la solidaridad de sus semejantes. Algunos llegan al suicidio en plena juventud, otros mueren por mengua de sus facultades o inefectividad de su lucha por su dignidad. O de motivos para vivir.
Mientras tanto, sus carceleros disfrutan de los placeres de la vida, del poder mal habido escatimado en fraudulentas elecciones o tomado por la fuerza, amenazando, garrote en la mano, a quien no se doblegue sumiso a sus arbitrariedades o azuzando a su jauría de presa, cebada con unas cajas de alimentos agusanados, contra quienes se manifiesten en desacuerdo con el latrocinio y la autoridad delincuente.
Tal vez, algún día, pasados los años de horror y terror, un caminante que paseará por una acera cualquiera de Catia, El Saladillo, Juan Griego o La Isabelica se encontrará una placa incrustada en la acera, del tamaño de un ladrillo, y medio carcomida por el óxido como consecuencia de la falta de combustible para el equipo de limpieza durante tantos años.
Con mucho esfuerzo y paciencia, tal vez podrá leer:
Aquí vivió Yeison Rokmer Bracho Mata, nacido en 1998, emigrado a Nueva York en 2021. Deportado a El Salvador en 2025, muerto no se sabe cuándo ni dónde, pero sí por qué y por quiénes.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.el-carabobeno.com
Publicado el: 2025-05-27 12:57:00
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