El Hospital Oncológico Padre Machado es uno de los más importantes del país en el tratamiento de pacientes con cáncer y, aunque en los últimos años ha tenido avances puntuales en infraestructura y equipos, sigue presentando persistentes problemas de accesibilidad, atención y recursos.
Esta situación se hace más visible en los recientes meses, cuando notablemente se ha incrementado el número de pacientes que buscan ser atendidos; esto debido a las diversas fallas en otros hospitales tanto de Caracas como del interior del país, que hace que los servicios hospitalarios del nosocomio ubicado en el populoso sector de El Cementerio, al sur de Caracas, se vean desbordados.
«Aquí lo atienden bien a uno; pero últimamente las citas para consultas tardan más. Y cuando te pueden dar la cita, es un mar de gente. Hay que llegar más temprano que antes, porque si no pasas todo el día aquí y es una larga espera», afirma una de las pacientes, a la que identificaremos como Amparo, quien prefirió resguardar su nombre «por si acaso».
Ella nació y vive en San Diego, estado Carabobo. Cada 15 días viaja a Caracas para consultas y hacerse tratamientos médicos, debido a que el Oncológico Dr. Miguel Pérez Carreño, en Valencia, cerró varios servicios, dejó de realizar cirugías e incluso suspendió consultas médicas regulares.
«Tengo que salir casi de noche para poder llegar temprano aquí al Padre Machado. Sola, porque mis hijos no puedan acompañarme y mi esposo hace años que no está. Para pagar los pasajes consigo una bolsa de chupetas y me pongo a vender allá y aquí. Todo es un sacrificio para mantenerse viva», contó la mujer de 52 años de edad, quien padece cáncer de ovario.
Casi un centenar de pacientes oncológicos en el estado Carabobo denunciaron recientemente la interrupción de los tratamientos para sus patologías por la falta del equipamiento médico necesario en el Pérez Carreño, que se encuentra en el municipio Naguanagua. Afirman que el equipo de braquiterapia tiene más de 10 años dañado, mientras que el tomógrafo lleva dos meses en las mismas condiciones; lo que hace que busquen alternativas en otras regiones del país.
Fallas en el sistema
El sistema público no garantiza atención adecuada debido a la falta de especialistas (en 2020, según la Encuesta nacional de Hospitales, había menos de 40 oncólogos en el país), insumos y mantenimiento de hospitales.
El Padre Machado no escapa a ello. Servicios como el de quimioterapia y radioterapia, aún activos, han visto mermadas en algo sus atenciones, debido a que no hay medicamentos y fallan algunos equipos. De hecho, los pacientes deben acudir al sector privado para comprar los insumos necesarios.
La emergencia es pequeña, apenas tiene cuatro camillas, separadas apenas por una cortina y cuando todas están ocupadas a los pacientes que va llegando los atienden en otras tres sillas, que se encuentran en una especie de salita de espera.
«Desde más o menos agosto del año pasado (2024) no llegan las quimioterapias a la farmacia de Alto Costo (del Ivss) en Los Ruices. Yo voy y pregunto todos los meses y nada. La que se está poniendo mi mamá hoy la tuve que comprar en Badán (farmacia privada), luego de endeudarme con la empresa donde trabajo», describe la familiar de una paciente, que tampoco quiso dar su nombre por seguridad.
Larga espera en el Padre Machado
Es tanta la gente que acude allí, que muchos duermen en las salas de espera, vencidos por el cansancio. El área de anatomía patológica (recientemente rehabilitada) y de oncología médica se ven saturadas de pacientes en espera; lo mismo que las citas para operaciones.
«No hay laboratorio clínico, no hay tomógrafos ni mamógrafos, es decir, no se realizan estudios de ninguna clase; los pacientes tienen que acudir a otros centros para hacerse los exámenes necesarios para que les autoricen la aplicación de tratamientos», agregó otra paciente.
A eso se le suma las deficiencias en otros servicios, como los baños. Funcionan unos pocos, en algunos no hay luz, a veces no hay agua directa y deben usar tobos. «Y recordemos que los pacientes oncológicos, por una parte, son población en alto riesgo de contraer infecciones y diversas enfermedades y, por otro lado, quienes reciben quimioterapia están expuestos a medicamentos con radiación, altamente tóxicos, por lo que no deberían tener que compartir el baño con familiares, acompañantes, etc», añade la fuente.
De lo que no se quejan los pacientes es del trato del personal médico y de enfermería, que literalmente trabajan «con las uñas» para cumplir su misión con mística y valores humanos. De lo que sí, es que aunque el hospital es público hay que pagar muchas veces también por lo mínimo.
«Las hojas para abrir la historia, la tarjeta de control de citas, las planillas de informe y las fichas de tratamiento se deben comprar al frente o en el cafetín», dicen.
La realidad de los pacientes
El cáncer es la segunda causa de muerte en Venezuela, con una población aproximada de 34 millones. Según el último balance presentado por la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) en 2024, se estimaba el diagnóstico de más de 83.562 nuevos casos de cáncer en Venezuela, lo que representa un aumento del 14,64%.
La detección tardía, los altos costos y la escasez de recursos convierten la enfermedad en una sentencia para muchos, especialmente los más vulnerables.
Hay una grave escasez de quimioterapias y otros fármacos oncológicos. Pacientes reportan que medicamentos esenciales como Cetuximab son difíciles de conseguir o extremadamente costosos (hasta 2.000 USD por ciclo). Muchos recurren a mercados informales o a países vecinos como Colombia.
Los tratamientos en clínicas privadas son prohibitivos, con quimioterapias que pueden costar 700 USD por ciclo o radioterapias desde 3.000 USD. Esto obliga a muchos a vender bienes o depender de donaciones.
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Fuente de TenemosNoticias.com: efectococuyo.com
Publicado el: 2025-06-13 13:48:00
En la sección: Salud – Efecto Cocuyo