Así es el andador inteligente diseñado en España que mejora la vida de niños con parálisis cerebral

Ligero, plegable y con sensores clínicos integrados: este dispositivo creado en España ayuda a niños a caminar mientras recopila datos médicos clave para su rehabilitación.

Parece un andador infantil cualquiera, pero lleva tecnología punta bajo el capó. Diseñado por investigadores de la Universidad de Málaga, este dispositivo no solo permite que niños con parálisis cerebral puedan caminar de forma más autónoma. También recoge información clínica sobre cómo se mueven, fuera del hospital, para que sus médicos y fisioterapeutas puedan personalizar mejor sus tratamientos.

El invento viene del Laboratorio de Biomecánica Clínica de Andalucía (BIOCLINA) y del Departamento de Fisioterapia de la Universidad de Málaga (UMA), con colaboración italiana (de la Universidad de Roma Tor Vergata) y una idea clara: que los avances en ingeniería sirvan para mejorar el día a día de niños con problemas de movilidad.

El dispositivo incluye sensores y un microcontrolador que registran cómo se desplaza el pequeño paciente. Esos datos se envían a la nube o se almacenan localmente, y sirven para analizar la evolución del menor en su entorno habitual: en casa, en el parque, en el colegio…

Esto abre la puerta a una rehabilitación más natural, menos clínica y mucho más conectada con la realidad del niño. Además, el diseño está pensado para que el andador se adapte al cuerpo y necesidades del paciente a medida que crece: puede ajustarse en altura, peso y tipo de soporte.

“Al llevar la estructura detrás, el paciente libera sus manos, de manera que fomenta el entrenamiento, el divertimento y la rehabilitación a través de un sistema estable y seguro”, explica María Prado, investigadora del Laboratorio de Biomécanica Clínica de Andalucía de la UMA.

Pensado para crecer con ellos

El dispositivo está dirigido a niños de entre 4 y 11 años. Es plegable, fácil de transportar y lo bastante ligero como para que no suponga una carga extra para la familia. Y, a diferencia de muchos productos similares, ha sido diseñado para ajustarse a la diversidad funcional de cada caso, no al revés.

Todo el desarrollo ha sido financiado por la Universidad de Málaga, y ya está registrado como modelo de utilidad. Pero más allá del reconocimiento oficial, su impacto se nota en algo mucho más importante: la posibilidad de que más niños puedan dar pasos hacia adelante, literal y metafóricamente, con apoyo personalizado y datos clínicos que realmente cuentan.