Tras la fumata blanca del pasado jueves, vimos a miles de personas celebrando con júbilo la llegada del nuevo papa, León XIV. Todo era una fiesta con música, bailes y alegría. A pesar de haber católicos de todo el mundo, se intuía una sensación de hermanamiento y unión entre todos. Es innegable que estaban socializando de una forma muy positiva y que se les veía muy felices. Ahora bien, ¿significa eso que el papel de la religión sobre la salud mental es positivo?
Esta pregunta se la hizo recientemente el profesor de la Universidad de Bolonia Gabriele Prati. Para responderla, llevó a cabo un estudio que se publicó el pasado mes de marzo en la revista Psychological Science.
Su objetivo era estudiar cuál es la relación entre la religión y la salud mental. Por eso, comenzó analizando la literatura científica que se ha publicado hasta el momento. Después, empleó sus propias encuestas para intentar dar una información más completa. Su conclusión va un poco en contra de lo que dicen la mayoría de estudios, aunque lo cierto es que, en un tema como este, es imposible tener respuestas claras y concluyentes.
Socializar para sentirse mejor
La mayoría de estudios que se han parado a analizar la relación entre religión y salud mental apuntan a que es una relación positiva. Sobre todo, señalan a que esto puede deberse a dos factores. Por un lado, al hecho de que las personas religiosas que además practican esa religión tienden a socializar mucho con otros individuos con sus mismas creencias. No hay más que ver la fiesta tras la elección de León XIV.
Por otro lado, dado que la mayoría de religiones se oponen al consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias, es bastante habitual que quienes participan de lleno en la religión no mantengan estos hábitos. Todos ellos son muy perjudiciales tanto para la salud física como mental, por lo que tendríamos un claro efecto positivo de la religión sobre esta última.
La relación entre religión y salud mental no está tan clara
Al analizar los estudios disponibles sobre este tema, Prati percibió que la mayoría se habían llevado a cabo en periodos cortos de tiempo. Él sentía la necesidad de analizar la salud mental de personas más o menos religiosas durante un periodo largo de tiempo. Por eso puso en marcha su propio experimento.
Comenzó por recopilar un conjunto de datos conocido como Understanding Society – British Household Panel Survey (BHPS). Estos fueron recogidos por científicos de la Universidad de Essex entre 1991 y 2009 y reúnen información de todo tipo relacionada con las cuestiones sociales del ser humano.
Según se explica en un artículo de Psychology Today, se incluyeron 10 conjuntos de medidas en las que los participantes indicaban su frecuencia de asistencia a los servicios religiosos con una simple escala de calificación de una pregunta. Tras esos 10 intervalos de prueba, el porcentaje de participantes que declararon que asistieron a los servicios promedió alrededor del 11 al 16 %, con entre el 50 % y el 66% que nunca pusieron un pie en una casa de culto.

Por otro lado, cabe destacar que el 38 % no se definió con ninguna afiliación religiosa. De los demás, la mayor parte eran cristianos, con su mayor representación en la Iglesia Anglicana.
Dicho esto, lo que más llamó la atención de este científico es que, al tener en cuenta los datos a largo plazo que no se habían contemplado en otros estudio, desaparecía ese supuesto beneficio de la religión sobre la salud mental.
Prati no tiene claros los motivos, pero parecen tener que ver con que no es una relación tan simple. Acudir a los servicios religiosos no siempre es señal de socialización. Además, los datos pueden cambiar con el tiempo. Las personas y nuestro estado de ánimo cambiamos con los años, independientemente de si somos religiosas o no.
¿Y qué pasa con la ansiedad?
A lo largo de los años, la relación establecida entre religión y salud mental ha cambiado muchísimo. Inicialmente eran cuestiones fuertemente vinculadas, ya que eran las instituciones religiosas las que solían hacerse cargo de las personas con alguna enfermedad mental.
Con el tiempo, en cambio, se dio un giro radical a esta percepción y la religión comenzó a verse casi como una forma de psicosis.
Hoy en día no hay una hipótesis bien establecida. Hay quien considera que la religión puede ser perjudicial para la salud mental, porque fomenta la ansiedad a través de la culpa, el miedo y otros sentimientos que pueden afectar a nuestro bienestar. Esa culpa puede producirse por muchos motivos. Por ejemplo, si alguien no logra alcanzar los estándares de lo que se considera positivo en su religión. También puede haber mucho malestar cuando las creencias religiosas de los miembros de una pareja o una familia son distintas. Todo eso es capaz de aumentar muchísimo la ansiedad.


En cambio, también hay quien considera que las creencias religiosas pueden dar a algunas personas una sensación de consuelo que le ayuda a afrontar los avatares de la vida. Incluso algunos estudios señalan que las personas religiosas son menos propensas a la depresión. Cabe destacar que algunos de estos estudios se centran mayormente en las tasas de suicidio. En muchas religiones, el suicidio se considera un pecado, de ahí que las personas con una profunda fe no lleguen nunca a hacerlo. Pero eso no quiere decir que no estén tristes o deprimidas. No es la mejor vara de medida.
De cualquier modo, todo esto depende mucho de cada persona e incluso de la religión que profese. Hay estudios que señalan que los judíos sí que tienen una tendencia a la depresión mucho mayor que la de otras religiones.
Una nueva etapa empieza con el nombramiento de León XIV
En definitiva, la relación entre la religión y la salud mental es tan variable como variables somos las personas. No hay respuestas claras. De hecho, si nos centramos en la religión católica, no hay más que ver la cambiante ideología de los papas. Algunos fomentaban esa sensación de culpa para todo tipo de colectivos: las personas divorciadas, los gays, las mujeres que abortan… Otros, como el recién fallecido papa Francisco, dan mucha más importancia al consuelo. Quizás sea esa deriva de la religión la que realmente se asocie a la salud mental. Habrá que ver por dónde nos lleva León XIV.
Fuente de TenemosNoticias.com: hipertextual.com
Publicado el: 2025-05-12 11:40:00
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