La brutal cruzada de Donald Trump contra Harvard se intensifica. El gobierno del republicano ha informado este jueves al prestigioso campus de Massachusetts de que revoca su programa para estudiantes extranjeros y visitantes de intercambio. La medida, que el campus inmediatamente ha denunciado como «ilegal» y que con toda certeza acabará en los tribunales, no solo pone en la cuerda floja una fuente de ingresos fundamental para la universidad (pues sus 6.800 estudiantes extranjeros son más de un cuarto del total) sino el futuro de miles de alumnos que por ejemplo este año han llegado de más de 140 países, incluyendo los que ya están en EEUU.
En un mensaje que ha enviado a Harvard Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional del gobierno de Trump, se anuncia la revocación «con efecto inmediato». Se avisa de que los estudiantes internacionales que estén actualmente en Harvard deben ser transferidos a otros centros o “perder su estatus legal”, lo que les obligaría a abandonar el país o arriesgarse a una deportación.
Supuesta permisividad con el antisemitismo
Noem, en nombre de la Administración, ha vuelto a esgrimir el argumento de la supuesta permisividad del campus con el antisemitismo. En su mensaje se dice que la Universidad ha permitido que “agitadores pro-terroristas, antiestadounidenses”, agredan a estudiantes judíos en el campus. También acusa al centro, sin dar pruebas, de coordinarse con el Partido Comunista de China.
La decisión ha llegado un día después del asesinato de dos empleados de la embajada israelí en Washington que las autoridades han tildado de acto de “violencia antisemita intencionada”. No obstante, sus raíces están en un enfrentamiento de Trump con la Universidad que viene de mucho más atrás que el crimen del jueves.
Después de que el republicano amenazara con castigar y luego ejecutara una congelación de fondos para la Universidad, como ha hecho con otros centros de educación superior, Harvard fue la primera de estas instituciones que decidió plantarle cara y retar al presidente en los tribunales. La escalada de tensión no cesó y Trump ya en abril presionó al campus a través de más exigencias de Noem para que facilitara más información sobre sus estudiantes internacionales.
La resistencia de Harvard a dar esos datos, según fuentes conocedoras del caso citadas desde el anonimato por ‘The New York Times’, ha llevado a la decisión de este jueves. Y se abre un nuevo episodio de enfrentamiento, que atrapa en medio a los estudiantes o a otros extranjeros que participan en programas de intercambio en áreas como la investigación o la docencia.
«Estamos trabajando rápidamente para dar directrices y apoyo a los miembros de nuestra comunidad», ha declarado en un comunicado el director de relaciones con los medios de la Universidad, Jason Newton. «Esta acción de represalia amenaza con provocar grave daño a la comunidad de Harcard y a nuestro país y mina la misión académica y de investigación de Harvard».
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-05-22 14:27:00
En la sección: El Periódico – internacional