Donald Trump envió tropas de marines para controlar a los manifestantes

Las protestas en Los Ángeles se intensificaron tras la decisión del presidente Donald Trump de enviar 700 marines y 2000 efectivos adicionales de la Guardia Nacional a la ciudad. La medida fue anunciada este lunes por el Pentágono, en respuesta a las manifestaciones que estallaron en rechazo a las políticas migratorias del gobierno republicano.

El despliegue militar comenzó con la salida de marines desde Twentynine Palms, una base ubicada en el desierto del sur de California. Poco después, la Secretaría de Defensa confirmó la movilización de 2.000 miembros adicionales de la Guardia Nacional, quienes se sumaron a los efectivos ya presentes en las calles angelinas.

De este modo, se totalizaron 4.000 agentes en operaciones de control urbano, en una ciudad convulsionada por tres días consecutivos de protestas. Las manifestaciones, que comenzaron tras las redadas masivas contra inmigrantes ordenadas por el gobierno, derivaron en enfrentamientos y disturbios en distintos barrios.

Los cuestionamientos a la decisión de Donald Trump

La medida generó fuertes críticas en el plano político local. El gobernador Gavin Newsom cuestionó la decisión con dureza: “Los marines de Estados Unidos han servido honorablemente en múltiples guerras en defensa de la democracia. No deberían ser desplegados en suelo estadounidense enfrentándose a sus propios compatriotas para cumplir la fantasía demente de un presidente dictatorial. Esto es poco estadounidense”, publicó en su cuenta de X.

El presidente Trump, en cambio, ratificó su línea dura frente a los manifestantes. En declaraciones difundidas durante el fin de semana, advirtió: “Si escupen, nosotros golpearemos”, en alusión directa a quienes se movilizan contra su política de deportaciones.

Desde el viernes, diversas zonas de Los Ángeles permanecieron en tensión, con represón y choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Las protestas apuntaron contra la estrategia del Ejecutivo federal, que incluyó allanamientos, detenciones y operativos masivos en barrios con alta presencia migrante.

Las medidas de Donald Trump

El jefe de Estado, de 78 años, ordenó personalmente el despliegue de la Guardia Nacional, una fuerza de reserva del ejército, para reforzar la seguridad en la ciudad. La decisión fue interpretada como una muestra de fuerza en el marco de su campaña presidencial, en la que volvió a ubicar el tema migratorio como uno de los ejes principales.

Desde la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), la abogada Hina Shamsi denunció: “Es una escalada innecesaria y un abuso de poder”. La organización advirtió sobre el uso creciente del ejército en tareas policiales, una práctica controvertida que resurge ante cada episodio de crisis social.

Aunque durante su primer mandato en la Casa Blanca (2017-2021) Trump no ejecutó operativos militares en suelo estadounidense, esta vez decidió utilizar su condición de comandante en jefe para imponer su política migratoria. Según su entorno, la lucha contra la inmigración ilegal constituye una defensa de la “civilización”.

Su asesor Stephen Miller defendió el endurecimiento de las medidas con una serie de publicaciones en redes sociales. El domingo escribió: “Los Ángeles es la prueba que necesitas de que la migración masiva deshace sociedades (…) Si no se soluciona el problema de la migración, no se podrá solucionar ni salvar nada más”.

El lunes profundizó su postura: “Lo creas o no, California solía ser un paraíso” y “la migración masiva nos ha llevado a donde estamos ahora”, en una clara alusión a las consecuencias de la política migratoria sobre la convivencia social en el estado.

Mientras tanto, las movilizaciones en Los Ángeles continuaron con fuerte presencia policial y militar. Los manifestantes rechazaron tanto las redadas como el uso del ejército para reprimir a la población civil. La situación escaló hasta convertirse en un nuevo foco de conflicto nacional, con repercusiones políticas y sociales de amplio alcance.