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Producción de pollo en Colombia crece en 2024 y se intensifica control a importaciones bajo TLC | Agro | Economía

Producción de pollo en Colombia crece en 2024 y se intensifica control a importaciones bajo TLC | Agro | Economía

El sector avícola colombiano continúa consolidando su expansión en 2025, con un aumento sostenido en el encasetamiento de pollitas ponedoras y mejoras en los parámetros de peso por ave en canal, incluso en un entorno de precios a la baja.

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Al mismo tiempo, las importaciones de pollo desde Estados Unidos en el marco del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia presentan inconsistencias que han activado mecanismos de alerta en los sistemas de control aduanero.

Entre enero y mayo de 2025, el encasetamiento de pollitas ponedoras alcanzó los 24,3 millones de aves, lo que representa un crecimiento del 2,32% frente al mismo periodo del año anterior, cuando la cifra se situó en 23,7 millones. Este comportamiento ha sido constante durante los últimos años, con una tasa promedio anual de crecimiento de 3,3%, y se da en un contexto en el que los precios del huevo y del pollo han estado disminuyendo durante 17 meses consecutivos.

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Pese a esta tendencia en los precios, la actividad sigue siendo rentable para los productores, lo que ha estimulado la continuidad en las inversiones. “El margen aparente del negocio es favorable para el productor”, se señala en el más reciente informe de coyuntura de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), correspondiente a junio de 2025.

La rentabilidad, junto con la reducción de costos y una oferta efectiva menor a la nominal, ha evitado caídas drásticas en los precios, a pesar del aumento de la producción. Vale señalar que este crecimiento ha estado acompañado por mejoras en el rendimiento productivo.

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Comportamiento del sector avícola

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Según la Encuesta Anual Manufacturera (EAM) del Dane, la producción formal de carne de pollo en canal alcanzó 1.33 millones de toneladas en 2023, frente a 1.28 millones de toneladas en 2022. A partir de estos datos, el peso promedio en canal por ave se estimó en 2,3 kilogramos, el más alto de toda la serie histórica. Este indicador ha aumentado desde los 2,1 kilogramos de 2022 y los 1,9 kilogramos de 2021, año que se vio afectado por bloqueos logísticos.

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La representatividad de las empresas incluidas en la EAM respecto al total nacional se ha mantenido estable, con una cobertura del 62,1% en 2023, apenas por debajo del 64,4% registrado un año antes. A partir de esta representatividad y del peso promedio calculado, se proyectó una producción total de carne en canal para 2024 de 2 milones toneladas, según el modelo basado en los parámetros de la EAM. Si se mantuviera el peso promedio de 2023, la proyección para 2025 podría ser incluso mayor, aunque existen diferentes enfoques sobre cómo integrar este nuevo dato en las proyecciones.

El aumento en la producción nacional ha tenido un efecto directo en el consumo per cápita de carne de pollo. En 2023, el consumo por persona fue de 35,8 kilogramos, de acuerdo con la producción estimada, y de 40,6 kilogramos si se utiliza exclusivamente la cifra reportada por la EAM. Esta diferencia de cinco kilogramos refleja los retos que aún persisten en la medición del consumo real.

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Comportamiento del sector avícola

Comportamiento del sector avícola

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Desafíos del TLC

Al tiempo que se fortalece la producción interna, las importaciones de pollo desde Estados Unidos bajo el TLC han generado interrogantes. En 2024, la cuota libre de arancel para los cuartos traseros, uno de los productos más sensibles del sector por su alta demanda en el mercado nacional, fue de 43.292 toneladas.

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Sin embargo, aunque se subastaron 31.758 toneladas bajo el contingente Colom-Peq, menos de la mitad fueron efectivamente utilizadas. “¿Por qué participar en la subasta si no se va a hacer uso del derecho obtenido?”, plantea el análisis de Fenavi. Las toneladas no utilizadas representarían unos US$675.000 en derechos no ejercidos, considerando el precio promedio de subasta de US$45 por tonelada.

Los datos de exportación de Estados Unidos indican que en 2024 se enviaron a Colombia 6.848 toneladas de cuartos traseros sin sazonar y 10.013 toneladas de otros cortes similares, para un total de 16.861 toneladas.

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Comportamiento del sector avícola

Comportamiento del sector avícola

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La Dian reportó 16.602 toneladas importadas bajo la subpartida correspondiente a cuartos traseros congelados, lo que refleja una correspondencia razonable, aunque no total. No obstante, el análisis encuentra posibles irregularidades en la clasificación de otros cortes.

Estados Unidos reportó exportaciones por 29.194 toneladas de productos que, por normativa, deberían ingresar sin arancel por no estar sujetos a contingente. Colombia registró la importación de 28.020 toneladas de estos cortes. Dentro de estas, más del 70% de las declaraciones de importación carecían de especificaciones claras sobre el tipo de corte o no incluían el código AMS, lo que impide determinar con certeza si el producto estaba correctamente clasificado.

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Algunas declaraciones incluso registraban productos como “contramuslo”, que deberían clasificarse bajo la subpartida de cuartos traseros y estar sujetas al contingente. En caso contrario, “podrían estar evadiendo el pago del certificado Colom-Peq, así como el IVA y el Impuesto al Consumo de Productos Importados (ICUI) en productos sazonados”, destacan.

Fenavi advierte que esta clasificación errónea podría estar permitiendo la entrada de productos sazonados como si fueran crudos, lo que les exime del pago de impuestos. Un caso particular es el de la pasta de pollo. Si se trata de una mezcla reconstituida con aditivos como sal o grasa, debe ser clasificada bajo el capítulo 1602, y no como un corte sin procesar. La diferencia es significativa desde el punto de vista tributario: mientras los productos del capítulo 0207 ingresan sin arancel ni impuestos, los del 1602 sí deben pagar.

Pollo

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El análisis de los precios implícitos refuerza esta hipótesis, pues algunas declaraciones de “pechuga” reportan precios por debajo de los US$0,90 por kilogramo, más cercanos al valor de la pasta de pollo que al de la pechuga propiamente dicha, que se ubica entre US$1,4 y US$4,2 por kilogramo según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda).

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Ante este panorama, Fenavi plantea la necesidad de fortalecer los mecanismos de fiscalización y trazabilidad en las importaciones. La utilización correcta del cuadro de correlativas entre las subpartidas arancelarias de Colombia y los códigos HTS de Estados Unidos es clave para garantizar que los productos ingresen correctamente clasificados.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.portafolio.co

Publicado el: 2025-06-17 11:50:00
En la sección: Sección

Publicado en Colombia

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