“El reconocimiento de la asexualidad suele surgir de una sensación de desajuste con las expectativas culturales en torno al deseo sexual”, explica el médico.
“La persona puede darse cuenta de que, mientras todos a su alrededor hablan de atracción sexual, fantasías o impulsos, ella simplemente no siente lo mismo, y nunca lo ha sentido”, continúa Perin.
El especialista indica algunos pasos que suele recomendar en la clínica a quienes se preguntan “si son asexuales o no”. Estos serían:
- Observar la historia sexual y afectiva personal: “Hazlo con cuidado y sin juzgar”, recomienda el médico. Hazte preguntas para comprender si alguna vez has sentido atracción sexual por alguien y con qué frecuencia. “¿En qué contextos ocurrió?”, sugiere.
- Considera el espectro: “Quizás estés en una zona gris de la sexualidad (la grisexualidad) o seas demisexual”, comenta.
- Busca información y testimonios de otras personas del espectro asexual: “Escuchar las historias de los demás puede ayudar mucho a identificar y validar los sentimientos”, sostiene.
- Busca profesionales especializados en sexualidad humana: los psicólogos o psiquiatras con formación en la materia pueden ayudar a diferenciar lo que forma parte de una orientación y lo que puede ser consecuencia de traumas, enfermedades o efectos secundarios de medicamentos, explica Perin.
“Al igual que cualquier otra orientación sexual, la asexualidad puede ser estable a lo largo de la vida o sufrir cambios, dependiendo de la trayectoria única de cada individuo”, advierte el médico.
Según él, algunas personas pueden reconocerse como asexuales desde su juventud y mantener esa comprensión con claridad durante toda su vida, explica, mientras que otras “pueden identificarse así después de mucha reflexión, especialmente si han pasado años sintiéndose ‘fuera de lugar’ en una cultura donde el sexo es a menudo central”, detalla el psiquiatra.
“También hay casos en los que la identificación cambia con el tiempo”, cuenta, como por ejemplo cuando una persona “inicialmente se ve a sí misma como asexual, pero luego se da cuenta de que está dentro del espectro demisexual”, dice. “Esto no invalida la asexualidad, sino que refuerza que la sexualidad humana es fluida y compleja”.
El especialista hace una última salvedad y advierte que hay que tener cuidado de no confundir los términos “asexual” con “asexuado o asexuada”. Según él, esta segunda definición es errónea para referirse a la orientación sexual de las personas, ya que significa falta de sexualidad, lo que no concuerda con la naturaleza humana.
“Es fundamental que la sociedad ofrezca espacio y escucha para que cada persona pueda explorar y nombrar su experiencia, sin prisas ni imposiciones”, finaliza Perin.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.nationalgeographicla.com
Publicado el: 2025-06-19 13:31:00
En la sección: National Geographic