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Inseguridad alimentaria y cambio climático expulsan a los ch’ortis’ de Corredor Seco guatemalteco : IPS Agencia de Noticias

Inseguridad alimentaria y cambio climático expulsan a los ch’ortis’ de Corredor Seco guatemalteco : IPS Agencia de Noticias

Miriam del Cid, gerenta general de la Asociación de Servicios y Desarrollo Socioeconómico de Chiquimula (Asedechi), considera que uno de los principales impactos de la migración en las comunidades ch’orti’ del Corredor Seco es la desintegración familiar.

En el hogar de la familia Felipe López, la ausencia de Ángel dejó una cicatriz. Recordarlo aún es difícil para mamá, quien prefiere no ver las pertenencias que dejó. Además, su esposa e hija de 13 años abandonaron la comunidad y ahora viven en el municipio de Chiquimula.

Mientras tanto, el papá de Ángel continúa trabajando en el terreno alquilado. Tiene 62 años y, sin la ayuda de su hijo y con la necesidad de trabajar a altas temperaturas, el cansancio es cada vez más notorio en él.  El mes de junio está por iniciar y la lluvia de mayo aún no cae.

La inestabilidad del ciclo de agua en el Corredor Seco también amenaza el conocimiento ancestral de la comunidad ch’orti’. En el pasado, las semillas se sembraban cuando iniciaba la lluvia, pues se consideraba que estas continuarían y las nutrirían. Pero ahora esas prácticas deberán cambiar.

A nivel comunitario, la migración genera un rompimiento en el tejido social. Especialmente, cuando son quienes ocupaban posiciones de liderazgos, por ejemplo, en los Cocode. “Hay liderazgos que tomaban las decisiones y apoyaban a las demás familias. Estas se quedan, de alguna manera, fragmentadas”, explica Del Cid.

Los efectos de la migración en el Corredor Seco, además, afectan principalmente a las mujeres. Cuando su pareja migra, ellas suelen cumplir una doble o triple función, pues se encargan de las labores del cuidado de la familia.

Además, cuando el padre de la familia que migró tarda meses en llegar, como le sucedió a Ángel, la madre debe encargarse de garantizar el acceso a las necesidades básicas de la familia. En una comunidad donde las mujeres suelen trabajar como artesanas o en las labores del hogar, esto significa un cambio en sus formas de vida.

Desde hace un par de años, las familias de Guareruche ya no reciben servicio de agua en sus hogares. Esto los obliga a abastecerse de un nacimiento cuyo caudal disminuye en las temporadas de sequía.

Debido a los roles de género socialmente impuestos y ante la ausencia del hombre que migró, las mujeres son también quienes se encargan de recogerla. Todos los días, caminan entre 20 y 30 minutos, mientras cargan entre dos y tres tinacos en su espalda y cabeza.

Esto significa que “caminan mayores distancias y esto impacta en su salud. Tienen también menos tiempo para trabajar o para estudiar porque tienen que dedicar más tiempo a hacer labores que son más arduas de lo que antes eran”, indica Arias.

Fuente de TenemosNoticias.com: ipsnoticias.net

Publicado el: 2025-06-19 04:15:00
En la sección: Últimas Noticias : IPS Agencia de Noticias

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