Dos semanas después de sumarse al ataque de Israel en Irán y bombardear las instalaciones nucleares de la República Islámica, Donald Trump recibía este lunes en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu. El encuentro, que no se había producido aún a la hora de escribir estas líneas, era el tercero entre ambos en el 1600 de la Avenida Pensilvania desde que Trump volvió a la presidencia. Podía haberse organizado como un festival triunfal ante las cámaras, pero tanto la llegada como la cena privada estaban previstas como actividades cerradas a la prensa. Y la decisión tiene su lógica conociendo los planes e intenciones de Trump.
El republicano no quiere dormirse en los laureles de lo conseguido hasta ahora ni que lo haga Netanyahu. Y Trump necesita que el líder israelí responda a sus ambiciones de conseguir un alto el fuego en Gaza para allanar el camino a metas a medio y largo plazo para Oriente Próximo, especialmente ampliar los acuerdos de Abraham y que Arabia Saudí se sume a ese plan de normalización de relaciones con Israel de los países árabes.
Los objetivos de Trump son inalcanzables mientras Israel mantenga abierta la guerra que abrió en la Franja tras los atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023. Por eso el estadounidense está presionando para que Tel Aviv se sume a esa propuesta de tregua lanzada por Washington, que según el borrador que ha visto ‘The Washington Post’ incluye una pausa de 60 días en las hostilidades, la liberación de 28 rehenes israelíes (10 vivos y 18 cadáveres) y el incremento de entrada de ayuda humanitaria.
Persisten las diferencias
“Soy muy optimista pero, ya saben, cambia día a día”, decía el domingo Trump ante las perspectivas de las conversaciones para el alto el fuego, que sería el tercero en 21 meses de un conflicto en el que han muerto al menos 57.000 palestinos y se ha desatado una brutal crisis humanitaria. Pero las diferencias entre Hamás e Israel persisten: Israel exige la rendición total de Hamás, la entrega de todas las armas y el exilio del territorio; Hamás la retirada total de Israel de Palestina.
Entre Trump y Netanyahu hay, además, otros puntos de fricción. Tras el ataque a Irán el estadounidense quiere reactivar las negociaciones con Teherán sobre su programa nuclear, y de hecho Steve Witkoff, el enviado especial del republicano que está negociando en la región, tiene previstas conversaciones en Oslo este fin de semana con el ministro de Exteriores iraní. Netanyahu sigue receloso del diálogo con Teherán.
Witkoff, que tiene previsto también participar en conversaciones en Qatar sobre el alto el fuego con Hamás, se reunía con Netanyahu este lunes, igual que el secretario de Estado, Marco Rubio, antes de la cena privada en la Casa Blanca.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-07-07 15:59:00
En la sección: El Periódico – internacional