El apabullante viaje de la perrita Laika en noviembre de 1957, que asombró a medio mundo, sirvió como espoleta para especular sobre los futuros objetivos espaciales de la URSS. Y siendo Laika un ser vivo, existÃan pocas dudas sobre que la próxima meta de esta nación serÃa, con toda seguridad, enviar un ser humano al espacio.
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La empresa, sin embargo, serÃa formidable. Laika habÃa muerto en el espacio debido a los extremos térmicos experimentados, y ni siquiera estaba prevista su recuperación. Un cosmonauta, en cambio, deberÃa girar alrededor de la Tierra de forma totalmente segura, y regresar a casa protegido de las infernales condiciones de la reentrada atmosférica.
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Todo ello requerirÃa el desarrollo de una cápsula recuperable, dotada de un escudo térmico y sistemas adecuados para garantizar la supervivencia de su tripulante. El programa iniciado para ello, bautizado en el futuro como Vostok, estarÃa protagonizado por un largo camino de ensayos y pruebas, tanto en tierra como en vuelo, para certificar que los sistemas, efectivamente, podÃan mantener vivo a un cosmonauta en el espacio.
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Enviados a la órbita de forma relativamente secreta, los primeros integrantes de la serie experimental consistieron en cápsulas recuperables 1K, a menudo con viajeros vivos a bordo, como perros, que ayudaron a comprobar que todos sus sistemas actuaban según lo previsto. La versión de la cosmonave pensada para ser ocupada por un humano, la 3K, era básicamente idéntica a su predecesora, pero disponÃa de algunas mejoras para hacer más cómodo el viaje de un cosmonauta, y además estaba equipada con elementos que solo una misión tripulada necesitarÃa.
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La primera cápsula 3K enviada al espacio, no obstante, no llevó aún a un hombre en su interior, sino que fue lanzada para simular su viaje en toda su extensión. En efecto, la última misión de prueba Vostok antes del lanzamiento del cosmonauta Yuri Gagarin se convirtió en un ensayo esencial para garantizar que todo irÃa bien durante el primer vuelo tripulado de la historia. La cápsula, bautizada como Korabl-Sputnik-5 (Sputnik-10), fue lanzada el 25 de marzo de 1961 y era idéntica a la que transportarÃa al primer inquilino humano.
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Como ya se habÃa hecho anteriormente, transportó en su interior numerosos organismos biológicos, incluyendo un perro llamado Zvezdochka. Junto a él, para simular el procedimiento de aterrizaje del cosmonauta, que debÃa abandonar la nave a baja altitud mediante un asiento eyectable y descender gracias a su propio paracaÃdas, se encontraba además un maniquà llamado cariñosamente Iván Ivánovich. Vestido con un traje espacial, serÃa protagonista involuntario del aterrizaje.
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Intentando simular con la mayor precisión posible un vuelo orbital tripulado, los ingenieros soviéticos incluyeron a bordo un sistema de reproducción que emitirÃa el sonido de una voz humana. Ello ayudarÃa a probar el sistema de comunicaciones que mantendrÃa el contacto entre la cápsula y la Tierra. Algo tan trivial se convirtió en complicado cuando hubo que decidir qué debÃa decir el falso «cosmonauta». Dado que Occidente, pendiente de las comunicaciones de las naves espaciales soviéticas, no sabrÃa si a bordo viajaba o no una personal real, se descartó emitir una conversación técnica detallada, lo que podrÃa haber despertado sospechas e incluso haber insinuado algún tipo de misión de espionaje. También se descartó algo mucho más inocente, como cantar una canción, lo que podrÃa haber hecho pensar que el supuesto cosmonauta se habÃa vuelto loco. Finalmente, se optó por incluir una voz que leÃa una receta culinaria, asà como un coro de voces, tan numerosas que habrÃa sido imposible embarcar a tanta gente a bordo. QuedarÃa asà claro que se trataba de una grabación emitida desde el espacio.
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La misión, caracterizada por una sola órbita alrededor de la Tierra, se desarrolló sin ningún problema aparente. Tras la reentrada, el asiento eyectable con el maniquà se separó como estaba previsto. Pero tanto este como la cápsula aterrizaron en medio de una potente tormenta de nieve, lo que provocó un sustancial retraso de 24 horas en la localización del punto en el que se habÃan posado. Cuando los hallaron, descubrieron que los animales estaban en perfectas condiciones, mientras que el maniquà habÃa llamado poderosamente la atención de los extrañados lugareños. Creyéndolo un hombre desmayado, intentaron reanimarlo, sin obtener reacción alguna del hombre de las estrellas. Pero aún se sorprendieron más cuando llegaron las fuerzas de rescate y estas lo ignoraron por completo. Finalmente, comprobaron que se trataba de un maniquà inerte, y la tranquilidad volvió a los airados campesinos.
Fuente de TenemosNoticias.com: noticiasdelaciencia.com
Publicado el: 2024-02-26 05:30:49
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