Menú Cerrar

El misterio de los animales gigantes en islas

[Img #70075]

Las islas son laboratorios naturales ideales para llevar a cabo estudios sobre la evolución. No es casualidad que las primeras hipótesis sobre la teoría de la evolución por selección natural, formuladas a mediados del siglo XIX por los naturalistas Charles Darwin y Alfred Russel Wallace, se basaran en observaciones realizadas en islas de todo el mundo para estudiar su biodiversidad y las adaptaciones de las especies en estos territorios aislados. Desde entonces, el estudio de la evolución en condiciones de insularidad ha sido objetivo de muchos equipos de investigación con el fin de encontrar una explicación a las regularidades evolutivas de estos lugares.

 

El interés que suscita el estudio de la evolución en las islas se debe a una serie de características propias, como el aislamiento geográfico o la escasez de recursos en los ecosistemas insulares, que desencadenan patrones evolutivos comunes en las faunas que habitan allí. Este fenómeno se conoce como el síndrome de la isla y es sabido que resulta en un ritmo lento en la historia vital de las especies insulares. Esto a menudo se traduce en cambios en el tamaño corporal (a menudo se producen fenómenos de gigantismo o enanismo), en la longevidad y en la edad a la que alcanzan la madurez sexual, entre otros parámetros. Estas diferencias con respecto a sus especies ancestrales son adaptaciones a las presiones selectivas que surgen de las condiciones ecológicas particulares que operan en las islas.

 

En el caso de los gigantes insulares, es decir, esas especies que son de cuerpo significativamente más grande en las islas en comparación con sus antepasados continentales, se ha observado que el ritmo de la historia vital se ralentiza con el aumento del tamaño corporal. Las especies de tamaño corporal más grande maduran más tarde, tienen menos descendencia y viven más tiempo que las de cuerpos más pequeños. Lo que no está tan claro es si esta ralentización es una adaptación a las condiciones ecológicas de las islas o simplemente una consecuencia de su tamaño, ya que en la mayoría de las especies, las más grandes tienden a tener una historia vital más lenta que las más pequeñas. Para tratar de esclarecer las causas de esta ralentización, el equipo de Meike Köhler, del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont ha tomado como modelo al conejo gigante de Menorca, Nuralagus rex.

 

Esta especie, que se extinguió hace unos 5 millones de años, presentaba características morfológicas bastante particulares. Pesaba alrededor de 8 kilogramos, unas 5 veces más que un conejo actual, convirtiéndose así en el lepórido (el grupo taxonómico que incluye conejos y liebres) más grande conocido hasta el momento. Tenía un cerebro relativamente pequeño, el tamaño de sus órbitas oculares y las características de su sistema auditivo sugieren que no tenía un sentido de la vista ni uno del olfato muy desarrollados. Tenía una columna vertebral bastante rígida y una capacidad pulmonar reducida. Pero quizás lo más característico es que tenía extremidades cortas y se movía lentamente, apoyando toda la palma de las patas en el suelo. Todas estas características son comunes en entornos donde no hay depredadores o hay muy poca presión por parte de estos, como también es el caso de la cabra enana de Mallorca Myotragus balearicus.

 

Comparación entre el tamaño corporal estimado del Nuralagus rex y el de un conejo actual, mucho más pequeño. (Imagen: Meike Köhler, Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont)

 

En los últimos años, se han encontrado muchas evidencias de que los enanos insulares maduran más tarde y son más longevos que sus correspondientes parientes continentales, como sucede con el elefante enano de Sicilia, Palaeoloxodon falconeri. Esta tendencia observada concuerda con las predicciones del modelo del «síndrome de la isla» y de la historia vital en cuanto a la edad, el tamaño y la madurez sexual. Sin embargo, contradice las predicciones de los modelos de escala alométrica (que indican que cuanto más pequeños, más rápido alcanzan la madurez sexual). En los enanos insulares, por lo tanto, la evolución de la historia vital está desvinculada de la reducción de tamaño, lo que indica que un retraso en el tiempo reproductivo y una vida útil más larga son fenómenos adaptativos.

 

Pero ¿qué ocurre en el caso de los gigantes insulares como el conejo Nuralagus rex? Un retraso en el tiempo reproductivo y una vida útil más larga podrían ser simplemente el producto del aumento de tamaño y, por lo tanto, no tener relación con la adaptación a las condiciones ecológicas de las islas. Para esclarecer esta cuestión, el equipo de investigación ha utilizado la histología ósea de este conejo para reconstruir las características clave de su historia vital.

 

Siguiendo los modelos de crecimiento de Ludwig von Bertalanffy de tamaño-edad, el conejo gigante de Menorca muestra una marcada desaceleración en la tasa de crecimiento, que es cinco o seis veces menor que la de la liebre actual. También muestra un retraso significativo en la edad de madurez sexual. Este cambio considerable supera con creces el cambio implícito en el aumento de tamaño. Por lo tanto, los resultados del estudio evidencian que el patrón de la historia vital del modelo del síndrome de la isla afecta a todos los mamíferos que evolucionan en las islas, independientemente de si han evolucionado hacia formas gigantes o enanas. Estudios como este contribuyen a un mejor conocimiento de las importantes implicaciones de los cambios de tamaño corporal en los mamíferos insulares, que en buena parte siguen siendo un misterio.

 

El estudio se titula “Insular giant leporid matured later than predicted by scaling. Y se ha publicado en la revista académica iScience. (Fuente: Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont)

 

 

Fuente de TenemosNoticias.com: noticiasdelaciencia.com

Publicado el: 2023-10-11 13:15:47
En la sección: Ciencia Amazings® / NCYT®

Publicado en Ciencia