El robot Perseverance avanza más rápido por Marte gracias a tomar más decisiones por su cuenta

En aproximadamente un tercio del tiempo que habría tardado otro de los rovers robóticos de la NASA en Marte, el Perseverance circuló recientemente por un terreno repleto de rocas, que mide aproximadamente medio kilómetro de extremo a extremo. Los planificadores humanos en la Tierra trazaron la ruta general que el Perseverance debía seguir, pero era este el que se las arreglaba para decidir por su cuenta cómo esquivar cada pedrusco.

De hecho, el Perseverance ha batido récords de velocidad en Marte desde su aterrizaje ahí en febrero de 2021.

Tyler Del Sesto, de la NASA, ha trabajado en el software de AutoNav (un sistema de autoconducción) del Perseverance durante siete años. Antes solía pensar que a veces los obstáculos que le ponían al gemelo terrestre del Perseverance durante las pruebas en un terreno que la NASA tiene habilitado para parecerse lo más posible a la superficie de Marte, eran excesivos. Cambió de opinión después de que el Perseverance se topase con el terreno que ha recibido el nombre de Snowdrift Peak.

«Era mucho más accidentado que todo lo que el Perseverance se había encontrado hasta entonces: estaba absolutamente plagado de rocas», explica Del Sesto. «No queríamos rodearlo porque nos habría llevado semanas. Más tiempo conduciendo significa menos tiempo para la ciencia, así que nos zambullimos de lleno en el terreno».

La intrincada trayectoria de cada una de las ruedas del Perseverance al avanzar por Snowdrift Peak, un terreno con muchos pedruscos y rocas a esquivar. (Imagen: NASA JPL / Caltech)

El 26 de junio, el Perseverance se adentró en el Snowdrift Peak por su borde oriental. Incluyendo dos paradas en busca de rocas que el equipo científico quería inspeccionar, la ruta en línea recta a través de Snowdrift cubriría 520 metros. Para cuando el rover salió del terreno rocoso por su borde occidental, el 31 de julio, había registrado 759 metros recorridos dentro del terreno, con gran parte de la distancia extra procedente de las maniobras decididas por el AutoNav alrededor de rocas no visibles en las imágenes del orbitador utilizadas para planificar la ruta.

«Si descontamos los días marcianos de la misión dedicados a la ciencia, la travesía por el Snowdrift Peak solo llevó 6 días de conducción autónoma, lo que supone probablemente 12 días más rápido de lo que habría tardado el Curiosity», explica Del Sesto. «Por supuesto, todos los miembros del equipo saben que solo hemos llegado a este nivel de rendimiento subidos a hombros de gigantes. Sojourner, Spirit, Opportunity y Curiosity fueron los pioneros».

Desde que el primer robot móvil explorador de la superficie Marte empezó a esquivar rocas en 1997, se ha venido utilizando siempre algún sistema de navegación con mayor o menor capacidad de autoconducción.

Por aquel entonces (1997), el Sojourner, del tamaño de un horno microondas, tenía que detenerse cada 13 centímetros para que su cerebro informático evaluara su nuevo entorno antes de seguir avanzando.

Los siguientes exploradores de Marte, el Spirit y el Opportunity (que llegaron a la superficie del Planeta Rojo en 2004), tenían el tamaño de un carrito de golf, y ya podían recorrer distancias de hasta medio metro antes de tener que detenerse para decidir qué hacer a continuación.

El Curiosity, que llegó a la superficie de Marte en 2012, ha recibido recientemente una actualización de software que le ayuda a tomar por su cuenta decisiones de conducción, pero el Perseverance presenta varias ventajas respecto del Curiosity. Con cámaras más rápidas, el Perseverance puede tomar imágenes lo bastante deprisa para procesar su ruta en tiempo real, y tiene un ordenador adicional dedicado por completo al procesamiento de imágenes, lo que elimina la necesidad de detenerse para decidir su siguiente movimiento. (Fuente: NCYT de Amazings)