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Las olas de calor afectan al sistema cardiovascular de los trabajadores industriales | Actualidad

Las olas de calor afectan al sistema cardiovascular de los trabajadores industriales | Actualidad

La crisis climática es una de las mayores amenazas a las que se enfrenta la humanidad en el presente y en el futuro próximo. Más allá del aumento de fenómenos meteorológicos extremos que incrementan la aparición de catástrofes naturales (inundaciones, incendios, sequías…), el calentamiento global provocará enfermedades y muertes en multitud de personas. La Organización Mundial de la Salud estima que la crisis climática causará unos 250.000 fallecimientos adicionales cada año debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico entre los años 2030 y 2050.

El calentamiento global incrementa la frecuencia, la duración y la intensidad de las olas de calor durante el verano. En estos periodos prolongados de temperaturas elevadas el sistema cardiovascular interviene para regular la temperatura corporal y la presión sanguínea. No obstante, esta tarea implica un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, los golpes de calor son más frecuentes, especialmente entre las personas que realizan trabajos que requieren esfuerzos físicos.

La Unión Europea ha financiado un gran proyecto científico, llamado Escudo de calor, para conocer mejor el impacto del calor excesivo sobre la salud y productividad de los trabajadores de cinco industrias estratégicas en Europa: la agricultura, el turismo, la construcción, el transporte y la fabricación. En este proyecto participan 12 centros de investigación, dos organizaciones que elaboran políticas, cuatro entidades industriales y dos organizaciones sociales civiles de la UE.

Como parte de este gran proyecto, un equipo internacional de científicos ha simulado las condiciones de una ola de calor de tres días y estudiado sus efectos sobre siete hombres sanos y jóvenes (media de edad de 21 años). Los voluntarios hacían diversas tareas cada día para simular su trabajo en la industria dentro de un ambiente controlado en el laboratorio, alternando periodos de trabajo con descansos. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Scientific Reports.

Los investigadores realizaron un seguimiento total de nueve días en el que se registró cómo variaban los flujos sanguíneos (en los vasos de la piel en particular y del sistema cardiovascular en general) y la temperatura corporal, antes, durante y después de la ola de calor, en respuesta a la ortostasis: una respuesta fisiológica normal del sistema cardiovascular que busca compensar la caída brusca de la presión sanguínea que ocurre cuando una persona tumbada se levanta de repente. De esta forma, los mareos que experimentan algunas personas al ponerse de pie rápidamente se deben a una hipotensión transitoria.

Los nueve días de seguimiento de los trabajadores se dividieron de la siguiente manera: en los tres primeros días, los participantes trabajaban con temperaturas medias neutrales de 25,4 °C (y entre 22 y 23 °C durante el descanso), en los tres días siguientes con la ola de calor la temperatura se alzó a 35,4 °C (con entre 22,5 y 27 °C en los periodos de descanso) y en los tres últimos días las temperaturas volvían a ser neutrales (25,4 °C). Los científicos midieron las respuestas cardiovasculares, los flujos sanguíneos, las temperaturas de la piel y del tracto gastrointestinal (esta última se registró con una píldora que habían ingerido los voluntarios y que enviaba datos de forma inalámbrica) durante 10 minutos con los participantes tumbados boca arriba en la cama y otros 10 minutos en los que estos se erguían al levantarse la cama en un ángulo de 60 °C.

La ola de calor provocó un ascenso significativo de la frecuencia cardíaca, del bombeo de sangre del corazón (gasto cardíaco) y del flujo sanguíneo de las piernas en los voluntarios tumbados. Cuando estos se erguían en ángulos de 60 °C, se producían cambios aún más evidentes en todas las respuestas cardiovasculares registradas y también se producía un incremento del flujo sanguíneo en piernas y brazos.

Los investigadores observaron que tanto la exposición a la ola de calor durante tres días como la ortostasis provocaban cambios importantes en los flujos sanguíneos de piernas y brazos por la vasodilatación. Además, muchos de los cambios se mantenían tras la ola de calor y, a pesar de que esta era moderada (temperatura media de 35,4 °C), dicho ascenso de la temperatura fue suficiente como para causar cambios importantes en los flujos sanguíneos de los vasos de la piel y en las temperaturas de la piel y central del cuerpo (a través de los registros del tracto gastrointestinal).

Estas alteraciones cardiovasculares, que buscan proteger a las personas de un golpe de calor al rebajar su temperatura, suponen un riesgo añadido a los trabajadores industriales durante las olas de calor. Los desmayos, el exceso de calor corporal, las complicaciones cardiovasculares y los accidentes laborales inducidos son algunos de los riesgos a los que se enfrentan estas personas, especialmente aquellos que ya padecen enfermedades cardiovasculares.

Las mujeres y las personas de más edad en el sector industrial podrían sufrir alteraciones cardiovasculares diferentes; sin embargo, el presente estudio cuenta con la gran limitación de incluir solo a hombres jóvenes. Otros colectivos aún más vulnerables, como los ancianos y las personas que sufren ciertas enfermedades podrían sufrir cambios aún más importantes a nivel cardiovascular. Los autores recomiendan investigar a estos dos colectivos para saber mejor cómo mitigar el riesgo al que se enfrentan con la crisis climática.

Esther Samper

Referencia: «Cardiovascular responses to orthostasis during a simulated 3-day heatwave»; Jason Fisher et al. en Scientific Reports, vol. 12, nº. art. 19.998, 21 de noviembre de 2022.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.investigacionyciencia.es

Publicado el: 2022-12-27 19:00:00
En la sección: Investigación y Ciencia: Actualidad científica

Publicado en Ciencia