Menú Cerrar

Observación de quetzales… ¿en Panamá?

estado-silvestre-observacion-de-quetzales-en-panama

El color turquesa del quetzal ha maravillado a la humanidad por siglos, sin embargo su escasez provoca que verlos sea casi un milagro.

En un país famoso por sus cayos rodeados de mar turquesa, zonas libres de impuestos y esclusas que conectan los dos océanos más grandes del mundo, una montaña discreta revela la presencia de un pájaro divino. Así puedes experimentar la observación de quetzales en Panamá.

Panamá es uno de los países más verdes y biodiversos del mundo. De acuerdo con datos de Panama Wildlife Conservation, en el puente de las Américas se conocen más de 1,500 especies animales y 10,000 especies de plantas. Con base en el reporte de Global Forest Watch, más de 60 % del territorio panameño está cubierto de bosque. Gracias a ello, cuando menos en buena medida, el país es uno de los pocos que capturan más dióxido de carbono del que emiten.

Marck Guttman

Ahora los panameños presumen su título de carbono negativo más que el de su capital, autoproclamada la Miami de Latinoamérica. Y sí, además de atolones caribeños y centros comerciales, el país llama la atención por sus despliegues de flora y fauna. Eso sí, la folletería de Panamá a menudo incluye una que otra orquídea, perezosos de tres dedos, tortugas lora y ranitas flecha. En cuanto a aves, se dejan ver tucanes pico iris, guacamayas rojas y águilas harpía. Pero, ¿observación de quetzales?

Presente en la cosmovisión y las leyendas locales, el quetzal es un pájaro emblemático de México y Centroamérica. También es una especie ejemplar para hablar sobre la importancia de practicar la observación de vida silvestre de forma responsable. Además de impresionar con sus plumas largas que serpentean al vuelo, el quetzal es famoso por ser muy propenso a morir en cautiverio. Lo mismo si se trata de osos polares, orangutanes o colibríes, para ver animales hace falta visitar su entorno, no importarlos al nuestro.

La posibilidad de una exitosa observación de quetzales basta para convencer a más de un pajarero de viajar a la región y probar suerte. Costa Rica, con poblaciones conocidas en destinos como Monteverde y Dota, suele acaparar la atención. La Reserva de la Biosfera El Triunfo, en el sur de México; el Corredor Biotopo del Quetzal, en Guatemala, y la montaña de Santa Bárbara, en Honduras, también se pelean la fama. Panamá, donde el quetzal tiene un rango de distribución limitado, apuesta por la discreción.

Reserva Ecológica Mount Totumas, el lugar perfecto para la observación de quetzales

Reserva Ecológica Mount Totumas
Marck Guttman

Entre nubes que devoran árboles y caminos de terracería apenas transitados, un rincón montañoso en la provincia de Chiriquí resguarda un santuario ideal para observar aves. Basada en principios de autosuficiencia, la Reserva Ecológica Mount Totumas protege más de 160 hectáreas de bosque nuboso en la zona de amortiguamiento de La Amistad, el parque internacional que comparten Panamá y Costa Rica.

Cerca de 100 kilómetros de carretera y lastre conectan el pueblo de Bajo Boquete con Mount Totumas. En línea recta deberían ser menos de 30 kilómetros, pero se interpone el volcán Barú, el pico más alto de Panamá. El recorrido para llegar a la reserva sirve como muestra de lo que se espera en ella. Con cada metro recorrido se espesa el bosque, se hace evidente la escases de servicios y se desdibuja la presencia humana.

Ubicada a 1,900 metros de altitud, la base de operaciones de la reserva es ideal para buscar quetzales. Después de todo, estos pájaros tienen un rango altitudinal que ronda entre 1,000 y 3,000 metros sobre el nivel del mar. Sin siquiera dejar las inmediaciones del lodge, una cabaña con cinco habitaciones, es posible ver chipes, clorospingos y decenas de especies de colibríes. Bosque adentro, la reserva esconde quetzales y campaneros rojos, el par de aves que seduce a la mayoría de los pajareros.

quetzales panamá
Marck Guttman

Febrero, marzo y abril son los mejores meses del año para ver quetzales en Panamá. Las fechas coinciden con la temporada seca, pero se explican con el ciclo reproductivo de la especie. El quetzal es un pájaro huidizo, experto en el arte de pasar inadvertido. Solo durante el cortejo y la crianza, los hábitos del más llamativo de los trogones delatan su presencia. Ver un quetzal entre mayo y enero no es imposible, pero la estadística juega contra la esperanza.

Camuflada por el verdor del bosque, sobre todo primario, la reserva ofrece también más de 30 kilómetros de senderos. Algunos conducen a cascadas y aguas termales tan naturales como rústicas. Otros esconden arroyos que cobijan tarántulas, insectos palo y ranitas de cristal. Todas, especies que con ayuda de un poco de suerte y de una linterna se pueden ver durante una caminata nocturna. ¡Gajes de la tropicalidad apenas intervenida!

Este texto fue escrito por Marck Guttman, fotógrafo, escritor y partidario devoto del turismo sostenible. Dirige el blog Don Viajes y ha publicado más de 800 historias en medios como Esquire y National Geographic Traveler. Las montañas son su lugar feliz y el pan dulce su primer amor.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.ngenespanol.com

Publicado el: 2023-10-27 12:00:29
En la sección: National Geographic en Español

Publicado en Ciencia